#TalDíaComoHoy, en 1336, nacía uno de los grandes conquistadores de la historia: Timur, conocido como Tamerlán. Tenemos nueva #biografía en la web sobre él, pero también os vamos a contar unas cuantas cosas por aquí. ¿Vamos allá? 😉
ABRIMOS HILO 👇🏼
lamismahistoria.es/tamerlan
Su mismo nacimiento ya fue un (mal) presagio, y es que llegó a este mundo con las manos manchadas de sangre. Esto se vio como un augurio de toda la que derramaría. El caso es que acertaron.
Tamerlán era hijo del jefe del clan Barlas. Pertenecían al pueblo tártaro, de origen túrquico. Esta zona había sufrido la invasión de las hordas de Gengis Kan en el siglo XIII y la cultura mongola estaba muy presente. De hecho, Gengis Kan fue el modelo a seguir para Tamerlán.
Hasta 1360 no se sabe mucho de él, y a partir de ahí se conocen sus intentos de unificar las tribus desafiando al Kan mogol que gobernaba, y que no le salieron bien. En esta época sufrió la lesión que le da nombre; “Temur-i-lan”. "Timur, el cojo".
“Temur-i-lan”, la forma de la que ha derivado "Tamerlán", viene del persa: "Timur el cojo". Sucedió yendo a caballo, según unas versiones mientras transportaba ovejas, y según otras mientras las robaba. Sufrió una emboscada y cayó. Como resultado quedó cojo de por vida.
A partir de 1370 comienza su ascenso. Hemos señalado que admiraba a Gengis Kan, pero siempre respetó que el título de Kan debía tomarlo alguien de su sangre (y él no lo era). Eso sí, se emparentó con esa línea casándose con una descendiente. Título aparte, gobernaría igualmente.
Fue muy creativo con las tácticas militares: hacer fogatas en las colinas rodeando una ciudad o atar ramas a los caballos para hacer más ruido y que pareciera que sus fuerzas eran mayores, o cavar zanjas para los elefantes enemigos en India y luego usarlos para atacar Anatolia.
Pero fue aún más creativo con los castigos, como sofocar una revuelta en Isfahan cortando las cabezas de los habitantes y haciendo una pirámide con ellas en la entrada de la ciudad, o meter al sultán Bayezid I en una jaula de hierro y usarla como taburete para subir a su caballo.
En este mapa podéis ver la extensión que logró su recién fundado imperio, sobre todo teniendo en cuenta que partió de la nada.
Murió en enero de 1405 cuando se dirigía a conquistar China. Él era la pieza clave de su imperio, y a su muerte se sucedieron las guerras de poder, pero no volvió a estar tan cohesionado. Acabó desmembrándose en 1526.
Por cierto, de las cenizas del imperio timúrida nació otro, el mogol, del que también hemos hablado en la web. No os perdáis sus primeros pasos con Babur, descendiente tanto de Gengis Kan como de Tamerlán, que conquistó 3 veces Samarcanda (y la perdió).
lamismahistoria.es/grandes-mogole…
Pero la historia de Tamerlán no ha terminado, y es que aún iba a dar guerra desde el Más Allá. En su tumba grabó una maldición:
«Si yo me levantase de mi tumba, el mundo entero temblaría».
El primero en probarlo fue el rey persa Nader Shah en el siglo XVII.
Parece que sí tuvo mala suerte, y además rompió la lápida sin querer.
Pero la historia curiosa se produjo entre los años 1941 y 1942. El arqueólogo Mijaíl Guerásimov abrió su tumba por encargo de Stalin. Casualidad: Alemania atacó Rusia.
Aquí tenemos a Mijaíl Guerásimov y su equipo durante la apertura de la tumba de Tamerlán (1941).
En noviembre de 1942 se produce la batalla de Stalingrado con la derrota alemana. Casualidad: ese mismo mes Stalin había mandado enterrar apropiadamente otra vez los restos de Tamerlán.
Os lo explicamos más detalladamente en esta #curiosidad, y con ella concluimos este hilo sobre Tamerlán. Esperamos que hayáis disfrutado y aprendido 😉
lamismahistoria.es/maldicion-tame…
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