Hace tiempo salí con un wey del cual obviamente me encule, yo pensé que ya me iba a casar con él, era güerito, alto, pelo sedoso y suave, cejón, mamadisimo, tenía un culazo y la exquisitez de brazos venudos.
Todo era perfecto, hasta que un día sin más ni menos el culero me ghosteo. Le escribía y no respondía, llegue hasta pensar que había muerto. Lo vi conectado en FB, le mande un mensaje y el muy culero me dejo en visto “al menos no está muerto... TODAVIA”, pensé.
Para los que me preguntan si voy a abrir hilo
Continuo con mi relato, me destrozó el corazón, le lloré meses, me puse unas pedas muy cabronas, en una de ellas terminé con mi mejor amiga llorando en Mc Donald’s porque la taqueria estaba cerrada y aproveché para llorar por ese wey. Mientras el cajero escuchaba y yo de
Y lo que más coraje me daba era que me había invitado a salir un wey que me gustaba un chingo y lo rechacé.
Al mes de su desaparición me enteré por una fuente de confianza que el vato tenía novia, la fuente fue mi madre que es la stalker oficial de la familia. En chinga me metí a su perfil y había subido una foto con la vieja y yo ni en cuenta, “feliz tercer mes” decía la pinchi foto.
Yo trataba de hacerme la fuerte y no demostrar que me importaba, algo en mi se rompió.
En fin hice lo que toda despechada haría, me aventaba pedas de tres días, baje Tinder y nunca jamás le volví a llorar. Mis amigas me decían “ya wey, no vale la pena”, y yo de “si verdad”
Eventualmente lo fui superando y me olvidé por completo de su existencia... hasta hoy.
Se abrió una vacante en donde trabajo, citaron a entrevista a puros hombres, mi amiga y yo salimos a ver a los candidatos, un taquito de ojo a ver la calidad de los culitos y había un wey que apenas lo vi de espaldas dije
Se dio la vuelta y chinga tu pito, era don pendejo poniéndose el cubrebocas. Me cague, no sabía donde meterme.
La de nóminas dijo mi nombre, el wey volteo a ver quien era y me vio, yo creo que también se cago, ni la voz le salió para saludarme, solo me hizo un gesto de mano y yo solo levanté la mano y me fui en chinga de ahí.
Obviamente Eduardo de sistemas conoce esa historia de mi pasado, de como me destruyo emocionalmente ese ghosteo, sabe todo! Bueno, excepto la parte de los weyes de Tinder, no le vayan a decir, se los estoy contando a ustedes porque son mis compás.
Yo traía la taquicardia del momento, fui a decirle a Lalo “¿te acuerdas del wey que me ghosteo? ESTA AQUÍ”. Y se paró en chinga y salió a la sala de recepción con cara de Rambo, dispuesto a conocer la cara del wey.
Nunca se lo describí físicamente, pero en cuanto lo vio supo quién era. Le echo una mirada matona, como si le dijera “se que escuchas mis pensamientos, si intentas algo te vas al demonio. Si, eso dije, puedo pensar cosas que nunca digo”.
Yo estaba viendo de lejitos toda la escena. Como Lalo infló el pecho y su cara de encabronado.
Cuando regreso conmigo, me dijo “tiene cara de pendejo”, se acercó mi amiga y pregunto “¿quién?”, le dijo a quien se refería y ella le dijo “estas loco, esta guapísimo, tiene unos brazotes, HASTA A LUPITA LE GUSTÓ” y yo de weeey cállate!
Lalo estaba encabronadísimo, nunca lo había visto así de enojado, ni cuando le gané en Mario Kart del Nintendo 64 porque la nubecita lo regresó cuando quiso hacer la trampita de la pista de Wario.
En fin, yo tenía que recibir a los candidatos. Recibir CV, evaluarlos y llevarlos a entrevista con el gerente. Me quede a solas con el vato y me empezó a sacar plática, al principio como que me volvió a enganchar, es un wey que te atrapa
Hasta que me dijo “te desapareciste, ya no supe nada de ti”. Hijo de perra, la audacia. Y que le suelto todo el coraje que traía atorado
En palabras propias le dije chinga tú madre y que era el wey más culero. Y se empezó a excusar, me dijo que nunca quiso hacerme sentir mal, que no pensó las cosas. Que el no me merecía, y que la vieja lo engañó con su mejor amigo y yo de
Estábamos a media plática y discusión y justo cuando me quiso agarrar la mano, se abrió de pronto la puerta y entra Lalo con su cara de Rambo.
Lalo muy serio me dijo “puedes venir, necesito tu ayuda”. Salí y luego luego me dijo “llevas mucho tiempo ahí con él, le voy a partir la madre”. Ay amigos que emoción, nunca lo había visto así, tuve que comprobar que todavía traía calzones.
Y le dije “a ver partesela, me gusta verte así” yo andaba toda alborotada por como actuaba Lalo.
Regrese a la sala con el wey y me dijo “creo que no le caigo bien, me ve como con mucho odio”. Seguí con el proceso y me dijo “te invito a comer” y yo siguiéndole el pedo le dije “ah pues si estaría bien, tal vez ahora si es nuestro momento”.
Yo creo que me estaba queriendo engatusar para ayudarlo a quedarse con el puesto. Lo lleve a entrevista con el gerente, cuando salió me dijo “yo creo que nos vamos a ver muy seguido ahora”.
Se despidió de mi, y cuando se fue Lalo se acercó y me pregunto “¿que pasó?”
Le dije a Lalo que probablemente si lo iban a contratar y madres, se enojo, me dijo “dame su CV, YO LO ARREGLO”.
El hizo lo que cualquiera hubiera hecho, puso otro número de teléfono. Y ahora solo queda esperar, este no es el final.
Como dato adicional a esta situación, saliendo del trabajo le dije a Lalo “nunca te había visto así de enojado”. Y me dijo “SIGO ENOJADO Y SI DIOS LO PERMITE, ME VOY A DESQUITAR CONTIGO”. Y pues Dios dijo
No se pierdan el final de esta historia en un próximo tuit.
Hoy por fin les revelaré la continuación de este hilo, he tardado tanto porque pues simplemente no pasó ni madre. Estamos en cuarentena, convivir con alguien que no trae cubre boca es lo que le pone aventura, peligro y sazón a la vida últimamente.
Comienzo, tomen asiento, dejen de rascarse el ano por un momento y pongan atención.
Me encargaron llamar a tres candidatos para una segunda entrevista, obvio uno de ellos era el vato que me ghosteo, Martín. No se llama así para que no anden deseando que me violen por andarlos quemando.
Obviamente no lo llame, yo dije que nunca contesto, llamaron al número falso, nadie contestó y así quedo.
El lunes se presentaron sólo dos weyes, a los que yo llamé, estaban en pleno examen cuando empezó a sonar mi teléfono.
Era el guardia de la entrada y me dice “la buscan” y yo de “ah chinga, ps quien será”. Antes de que le preguntara me dijo “es el Sr Martín”.
No chinguen, fue como si me hubieran echado encima un balde de agua fría. Le dije “dígale que me espere ahí afuera”. “Dice que viene a entrevista”.
Y yo de
No mamen amigos, ¿cómo se enteró? ¿QUIÉN DE USTEDES LE DIJO? ¿QUIÉN DE USTEDES SE ATREVIÓ A TRAICIONARME?
Lo dejaron entrar y yo salí de la sala de juntas en chinga. Eduardo de sistemas iba con su taza de cafecito, me vio y sonrió. Cuando vio mi cara al ver a Martín en la entrada, giro a ver qué veía y su rostro cambió totalmente.
Eduardo de sistemas totalmente sereno tomando su cafecito | Eduardo de sistemas después de ver a Martín
Estaba que me llevaba la chingada, yo seguía pensando en ¿cómo se enteró?, ¿quien vergas le dijo?. Y Eduardo solo me veía con cara de encabronado y sus ojos azules decían “TU LO LLAMASTE”.
Me acerqué a recibirlo, y salió Raúl, el mamado de facturación.
Ustedes lo recordarán por sucesos importantes como el de la maquina expendedora, la peda en el antro y no nos olvidemos de la entrañable acta administrativa.
Y ahí comenzaron los problemas. Martín se iba a acercar a saludarme de beso y Raúl salió de su oficina y le dijo “hey, hay que mantener la sana distancia, no querrás tener problemas”. El wey luego luego se puso a la defensiva y le dijo “ah es tu novia o qué?”.
Raúl le dijo “y si lo fuera a ti qué?”. Verga que huevos, como que Martín agarro el pedo y se calmó porque obvio no era el lugar para cantarle el tiro a alguien.
Y yo solo dije “Martín, acompáñame por aquí”. Lo pasé a la sala y cuando cerré la puerta solo vi como Eduardo de sistemas y Raúl hablaban, y rara vez los veías hablando con esa confianza.
Un momentito, un momentito. Tengo una llamada.
Ay amigos perdón. En fin continuo, ya en la sala Martín me dijo, que casi no llegaba a la entrevista. Y al parecer hablo a la oficina porque no había tenido noticias, llamo cuando yo ya me había ido y quien contesto le dijo que viniera.
Obvio me estuvo escribiendo por Facebook pero nunca contesté, en primera porque es él y segunda NADIE lo usa para chatear. No mamen.
Los otros weyes terminaron antes porque si llegaron a tiempo, cuando se quedó solo conmigo me pregunto que si era mi novio el mamado ese. Le dije que no, que solo éramos amigos. “Por ti no le partí la madre” me dijo. Jajajaja este wey.
En fin al salir Eduardo y Raúl estaban esperando el momento para atacar de nuevo. Lalo se encaminó hacia nosotros con una laptop en mano, y le chocó el hombro a Martín.
“Estarás muy pinche gordo, wey” murmuró Martín. No se cuantos kilos de huevos compro Eduardo, porque le respondió “¿que dijiste?”
Y en chinga salió Raúl, y le dijo a Martín “bueno ¿que te traes? Desde que llegaste andas echando pleito, has de querer que le hablemos a los de seguridad para que te saquen”.
Estos cabrones, quien los viera.
Alguien le hablo al jefe, y cuando llegó dijo “¿qué traen? No están en la central de abastos para estar pelando como verduleras”. Raúl fue el primero en hablar y dijo “el joven empujó a Lalo, las cámaras lo pueden comprobar, y cuando llegó a mi me atacó verbalmente”.
Eduardo de sistemas dijo “si y además me ofendió, Lupita escucho”. Y yo de no mames ya me metieron, me esta poniendo a prueba
Martín dijo “no es cierto, diles Lupita”. Me voltearon a ver y no mames no mames.
En fin yo dije qué tal vez habían tenido un mal entendido. Y el jefe dijo “pues aquí no es lugar, ya hablaré con ustedes dos (señaló a Eduardo y Raúl). Y a Martín le dijo “ya le estaremos llamando para ver su situacion en el proceso de reclutamiento”.
El gerente me mando a acompañar a Martín a la puerta y Lalo dijo “no, no la puede dejar sola con él, el tipo es agresivo, qué tal que la ofende”. En ese momento se disipó todo el nervio que traía, yo sentí que Eduardo de sistemas me estaba proclamando como suya.
Raúl dijo “yo lo acompaño”. Desde ahí supe que algo iba a pasar, salieron de las oficinas y no pasaron las de dos minutos cuando se escuchó un putazo. Salimos a ver y Raúl tendido en el suelo. Eduardo corrió a ayudarlo
Pinche escena, que si yo no la hubiera visto, jamás me la hubiera creído si me la hubieran contado.
Martín levantó los brazos, se echó para atrás y dijo “yo no le hice nada”. El jefe solo grito “SÁQUENLO!”.
Y mientras Eduardo disque ayudando a Raúl
Se acercaron a checar que Raúl no tuviera heridas. Todo bien, dijo que lo había golpeado pero solo se notaba el golpe de la caída y uno que otro raspón. Ya adentro mientras se preparaban un café, Eduardo y el chocaron manos.
Ese fue el final amigos. Si algo más ocurre lo sabrán en un tuit independiente. Gracias por sus likes, nos vemos en un próximo hilo, tal vez en ese les cuente cómo fue que me cogi a Eduardo de sistemas.
Hasta la próxima amigos.
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