Hacemos una pausa en nuestro recorrido por la historia de los tranvías "de caballitos" de Caracas, mientras nos preparamos para el final de la tarde:
🎼 ☕️🍻 "¡Llegó el viernes, sábado chiquito!"
#ViernesSábadoChiquitoGFV
Después de varios meses con el DeLorean guardado en el garaje, reprogramamos nuestra "máquina del tiempo" para un nuevo recorrido histórico aprovechando el #ViernesSábadoChiquitoGFV.
¿Fecha y destino?
Viernes 18 de diciembre de 1970.
Centro Comercial Chacaito.
¿Nos acompañan?
Diseñado por el Arq. Antonio Pinzani y construido entre 1965 y 1968, el Centro Comercial Chacaito fue el primer gran mall de Caracas, representando toda una novedad para esa ciudad que se abría paso, entre aciertos y errores, a la modernidad.
Su diseño abierto y adaptado al clima caraqueño, amplio estacionamiento, teatro y cinemas, tiendas exclusivas de afamadas marcas internacionales y sus locales nocturnos fueron un imán para los caraqueños, convirtiéndose en la sensación del momento.
Pero volvamos al DeLorean, ya que del Centro Comercial Chacaito hablaremos en otro momento.
Después de pasar una media hora en la cola del estacionamiento y dar vueltas y vueltas para conseguir un puesto, finalmente estacionamos justo al frente de un elegante Rolls Royce.
El único concesionario Rolls Royce estaba ubicado muy cerca, en el local donde luego funcionó por años la Panadería "La Rolls", al frente del antiguo Teatro Broadway.
El propio Centro Comercial Chacaito se conoció en su momento como "el hogar caraqueño de las marcas británicas".
London in Caracas:
Un video de British Pathé dedicado al Centro Comercial Chacaíto, 1969.
ow.ly/Ct6F30f3tBp
18/12/1970:
A escasos días de celebrar la Navidad y a sólo cuatro de haberse inaugurado nuestro lugar de destino, caminar por Sabana Grande, Chacaito y el Centro Comercial Chacaito es toda una proeza pues al parecer media Caracas se encuentra aquí de compras navideñas.
Llegamos a nuestro destino: "Le Drugstore".
Una sensación indescriptible se apodera de nosotros: sus paredes y pisos de cuadros negros y blancos nos proyectan en un tablero de ajedrez, que contrasta con la madera en estilo Art Noveau inglés y los vitrales separadores con celosía.
Complementaban el ambiente sus muchas minitiendas, sumergidas bajo sus agradables sombras y medias luces que generaban una atmósfera alucinante, una mezcla ecléctica de estilos que convertían a "Le Drugstore" en ese lugar "para ver y ser visto", como dirían luego de él.
"Le Drugstore" no se parecía a ningún otro lugar de Caracas, era simplemente "el lugar", combinación ideal del "american way of life" con el estilo de los pubs ingleses, sus minitiendas y un particular sabor local, sin etiquetarse en ninguno.
"Le Drugstore" era "Le Drugstore".
Al llegar al restaurante llamaba la atención su gran plancha al descubierto, justo en el centro, en donde se preparaban sus irresistibles crepes francesas.
El local estaba lleno a más no poder, pero con suerte conseguimos una mesa y nos sentamos en sus muebles acolchados.
Si el ambiente era fabuloso, también lo era su oferta gastronómica: única, excelente e inimitable: Comida rápida pero no para comerla rápidamente, sino para saborearla y disfrutarla como un placer más; de excelente calidad, amplia variedad de sabores y, sobre todo, originalidad.
La oferta de sandwiches era impresionante, con más de 38 variedades numeradas y con nombres propios, asociados a artistas famosos y personalidades del momento: Entre ellos, era muy popular el "Renny" [Ottolina], que se hacía con pan negro, salmón ahumado y queso crema.
El "Miss Venezuela" llevaba pan de comino, salmón ahumado, queso crema y cebollas fritas, mientras que el "Super Salvaje" se preparaba con lengua, corned beef y pollo; además del "Dean Martín" con roast beef y pan de centeno.
Exquisitos pero algo costosos: Bs. 12,00.
Entre los más económicos (Bs. 9,00) estaban el "Onassis" con pan de comino, pavo, queso suizo y jamón, ensalada de repollo y salsa rusa; además del "Cordobés" con pan francés redondo, pavo y pastrami.
Otros sandwiches populares eran el "Don Fulgencio" (por el personaje de las caricaturas) que llevaba pasta de hígado y cebollas sauté en pan de comino; así como el groserito "Jaimito" con queso crema, confituras, nueces y pan negro. ¡Una delicia!
Pero los sandwiches de "Le Drugstore", aunque no tenían competidor, rivalizaban con sus populares perros calientes gigantes, servidos por metros, que se volvieron sinónimo y referencia principal de "Le Drugstore".
Todos se acompañaban con enormes "yardas" de cerveza (jarras).
"Le Drugstore" cerró sus puertas a mediados de los años 1990, convirtiéndose su local en un “City Rock Café”, que duró muy poco, y finalmente en un "Tijerazo".
Tristemente, con el cerró también un capítulo importante de esa Caracas alegre, innovadora y de tendencias...
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