Jorge Decarlini Profile picture
Periodista freelance y guionista. Con @librosdelko he publicado '¡Milagro!' y '20 canciones'.

Aug 18, 2020, 30 tweets

Tal día como hoy mataron a García Lorca, y qué mejor fecha para repasar el largo camino que recorrió un poema suyo hasta convertirse en una canción magnífica y rompedora. Esto no es un hilo, es el viaje de unos versos por el tiempo y el espacio.

NUEVA YORK - 1929

Federico llega a bordo del transatlántico RMS Olympic, hermano del Titanic. Primero le ciegan las luces de Broadway, le impresiona la gran ciudad, pero pronto desarrolla una profunda animadversión hacia la sociedad estadounidense, epítome de la modernización.

El motivo oficial del viaje son unas conferencias en Nueva York y La Habana, pero en realidad las acepta para poner tierra de por medio tras la ruptura de su relación sentimental con el escultor Emilio Aladrén. Además, le aflige tener que esconder su condición sexual en España.

Su estancia neoyorquina coincide con el crac de la bolsa del 29. Le asquea lo que ve, repudia el capitalismo y simpatiza con las minorías étnicas, como hiciera con los gitanos. Mantiene el fondo, pero varía la forma, el estilo, porque abraza la corriente de moda: el surrealismo.

Justo antes de partir a Cuba, quizás aliviado por abandonar ya esa ciudad, escribe unos versos mucho más luminosos, y con un tema inequívoco: el amor. Doloroso, sí, pero amor, al fin y al cabo. Es el poema que ocupa este hilo, que luego recibirá el nombre de Pequeño vals vienés.

ESPAÑA - 1931

Federico regresa a su patria, donde crea el grupo de teatro La Barraca, que recorre varios pueblos de nuestra geografía. Hasta el golpe de Estado de 1936, terminará algunas de sus mejores obras: Yerma, La casa de Bernarda Alba o Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.

LONDRES - 1934

El manuscrito ha cruzado océanos y fronteras en su maleta, pero finalmente sale a la luz en la revista 1616 English and Spanish Poetry. La dirige Manuel Altolaguirre, compañero de la Generación del 27. Gracias a él, Federico ve publicado en vida su poema.

El surrealismo no se explica. La sucesión de imágenes enérgicas, de metáforas intensas, debe evocar una sensación diferente casi a cada lector. Pero la musicalidad es indudable, especialmente la estrofa de "este vals, este vals, este vals". Y tiene hasta un estribillo.

Pese a la buscada ambigüedad, la carga amorosa es innegable. Es un baile, un canto a una relación que fue y ya no es, aunque él todavía lo ame, cosa que expresa con insistencia. También explicita el sexo en algunos versos: "quebrada cintura; dejaré mi boca entre tus piernas".

GRANADA - 1936

Federico despierta aversión en ciertos sectores. Le ofrecen escapar del país, pero él se queda en casa. Allí le pilla la sublevación militar. Los golpistas apresan a Manuel Fernández, alcalde y cuñado del poeta, y luego lo fusilan. Federico correría igual suerte.

Las palabras son un arma poderosísima, cruciales para configurar la memoria, las identidades, los países. Por eso resulta fundamental la elección entre dos verbos: hay gente que se muere y gente a la que matan, y a García Lorca lo mataron. Historia negra de España.

MÉXICO - 1940

Poco antes de su muerte, Federico había entregado más de cien páginas repletas de tachones al escritor José Bergamín, quien las edita con el nombre de Poeta en Nueva York. Por motivos obvios, no puede publicarlas en España. Ahí se incluye Pequeño vals vienés.

MONTREAL - 1949

Un chaval judío, apenas quinceañero, entra en una librería de segunda mano y lee por vez primera a un poeta español. Me permitió encontrar mi voz, diría mucho después. No sospechaba que quedaría tan prendado como para bautizar en su honor a Lorca, su futura hija.

MONTREAL - 1962

El chaval se llama Leonard Cohen, y ha crecido. Toca muy mal la guitarra, hasta que descubre a un artista callejero, un gitano español. Le pide que le enseñe: en tres clases aprende una progresión básica de acordes flamencos, pero el profesor se suicida.

PARÍS - 1986

Cohen ya es un compositor mundialmente famoso, y graba en Montmartre su aportación a un disco homenaje al poeta que tanto le marcó. De entre todos los textos del volumen neoyorquino, Cohen escoge Pequeño vals vienés. Ese que ya casi parecía una canción.

Respeta íntegra la estructura del poema. Sería interesante traducir su adaptación y compararla con el original, pero este formato de hilo tuitero tiene sus limitaciones. En resumen: Cohen completa un trabajo de artesanía con los versos, siendo muy fiel a las imágenes lorquianas.

Curiosidad: Cohen solo inventa dos versos, inspirados en el encuentro entre Federico y Hart Crane — "la sentencia" de ambos poetas sería morir pronto—. Fueron a un bar gay, donde el amigo común que les hacía de traductor se sintió incómodo, se marchó y los dejó sin conversación.

FUENTE VAQUEROS - 1986

Cohen visita la casa natal del poeta, uno de los escenarios donde graba el videoclip del tema. La canción se convierte en un éxito, tanto en España como en medio mundo. El vídeo resulta, además, una tremenda promoción turística para la ciudad de Granada.

Anécdota: Juan de Loxa, escritor y director del museo, acepta una petición de Cohen; quiere que lo dejen solo un rato en una de las estancias. Cuando De Loxa regresa, se lo encuentra haciendo el pino. Según el canadiense, que siempre fue muy místico, está meditando.

El papel de Juan de Loxa resulta crucial en esta historia, porque antes de concluir aquel viaje le regala a Cohen un disco de un cantaor desconocido para él. Es nada menos que Enrique Morente, quien con su garganta ronca musicalizó los versos de otro español inolvidable.

MADRID - 1993

Morente y Cohen se conocen en un encuentro informal en el bar del Hotel Palace, donde Federico solía tomarse algo. Allí, gracias a la traducción de unos amigos, se declaran la mutua admiración que se profesan. Se caen bien. Sientan las bases de una colaboración.

Morente, que ya había cantado todo el flamenco del derecho y del revés, percibió la raíz común en muchas canciones de Cohen —la base de aquel gitano en Montreal—, y tenía en mente versionarlas. Tras conocerse, pactan hacer un disco, con temas del canadiense y textos del poeta.

GRANADA - 1996

Pero Morente, siempre renovador, no se conforma con simples versiones al uso, sino que se junta con la banda Lagartija Nick y se saca de la chistera una fusión, perfecta e imposible, entre el rock y el flamenco. Una revolución sin precedentes. Un disco histórico.

Morente mezcla la música de Cohen y la letra original, pero prescinde de la estrofa de la tortuga, juguetea un poco con otras, y convierte en hipnótico estribillo lo de "este vals, este vals, este vals". El resultado de todo este viaje es una maravilla.

MADRID - 2010

Enrique Morente fallece a los 67 años. Su legado: discos con todos los palos que un cantaor puede tocar, y de regalo unos pocos caminos abiertos para los que vengan detrás. Durante el entierro, su hija Estrella le cantó al féretro un poema de Federico.

OVIEDO - 2011

Cohen recoge el premio Príncipe de Asturias y ofrece un firme y sincero agradecimiento a España: por Federico, por la fabricación de la guitarra que lo acompaña, y por su efímero profesor, cuya historia narra al detalle.

LOS ÁNGELES - 2016

Leonard Cohen fallece a los 82 años, activo hasta el último día, con un disco recién grabado. Deja una carrera magistral, y un buen puñado de canciones inolvidables. Con él, muere el último integrante de la terna creativa que participó en esta historia.

Pero la canción se sigue y seguirá interpretando, a veces con tanta maestría como lo hace Sílvia Pérez Cruz. Aquí, ejecutada con mucho sentimiento, y con el gran Pájaro a la guitarra.

Y de esta manera, con las versiones y los homenajes y el recuerdo y la divulgación, es como siguen vivos los versos que escribiera García Lorca hace ya casi un siglo. Un poeta granadino, un español universal, al que mataron —no se murió— tal día como hoy, 18 de agosto de 1936.

P.D. Sin planearlo, han coincidido dos hilos seguidos sobre granadinos ilustres. Bien, es una ciudad fantástica a la que regreso cada vez que puedo. Eso sí, para la canción de la semana que viene nos vamos una mijita más lejos y cambiamos de país. Salud.

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