#Scifi2020 #LeGuin2020 En el primer capítulo me llamó la atención el calendario. Siempre están en el año 1. En el apéndice hay una explicación del mismo, pero es claro que las referencias a hechos del pasado o del futuro con un sistema así son muy incómodas.
Imaginen comprobar la edad de un documento oficial, o de un monumento. No pueden referenciarse en el mismo documento o monumento. Por otro lado, es típico de sistemas de numeración cronológicos poner referencias a un hecho pasado como año 1.
A riesgo que algún historiador por aquí se enoje y mire mal por delito de usurpación de hilo, voy a comentar algunas cosas que busqué por allí, sin mayores referencias primarias, y simplificando bastante. Después de todo esto es Twitter y no un paper.
Los hombres buscan repeticiones en las cosas para marcar como referencias, dado que la tierra rota y se suceden las noches y los días, la luna tiene fases, y el sol máximos y mínimos, tenemos días, meses y años, más o menos parecidos entre las distintas culturas.
Observar que el ciclo lunar es muy práctico para contar. Sin embargo tiene un problema. Todo sistema tiene que tener utilidad práctica, y en sociedades agrícolas importa el ciclo solar anual de las estaciones. Así se van mezclando tipos de calendarios a lo largo de la historia.
Los griegos se referían al año desde la última olimpíada, con lo cual, por ejemplo el año 1 de la era cristiana sería el 1 de la Olimpíada 195. Para compararlo con el nuestro, hay que tener en cuenta que no son coincidentes los inicios del año.
Los romanos tenían inicialmente un calendario lunar de 10 meses, y después un período indeterminado de invierno, hasta que terminaba el año solar. Con el tiempo lo cambiaron a uno de 12 meses y con unos días en el medio, y finalmente Julio Cesar hizo una reforma completa
Usaban 3 tipos de referencias. Ab Urbe Condita: desde la fundación de la ciudad o año 753 A.C. o por el nombre de los dos cónsules anuales. Había una lista en el templo de Júpiter en el Capitolio actualizada. O como Post Reges Exactos: comienzo de la república en el 509 a.c.
Los egipcios, hábiles astrónomos, usaban un año de 365 días, aunque las horas de diferencia no las aplicaban, con lo que se les iba acumulando error. Usaban varios tipos de calendarios, el probablemente original lunar, y uno de uso civil, solar.
El primero año de su uso corresponde a la coincidencia de la inundación con la primera salida (orto helíaco) de Sotis (Sirio) en Menfis. Teniendo en cuenta que el orto helíaco de Sotis se repetía cada 1460 años, se supone que el calendario solar estaba en uso desde el 2800 a.c.
Las referencias que usaban, además de estos ciclos, eran de los años de reinado de cada Faraón. Un dado acontecimiento, por ejemplo podía ser el año 3 del reinado de Amenothep I.
En la mesopotamia originalmente usaban un calendario lunar de 12 meses y en el 499 a.c. , en Babilonia, pasaron a uno lunisolar de 235 meses lunares y 19 años, para que vuelvan a coincidir las posiciones solares. Cada tanto tiempo intercalaban un mes.
Inicialmente los años se indicaban referenciándolos a algún suceso importante, o a una obra o un personaje, con el tiempo comenzaron a nombrarlos a partir del inicio de los reinados. Hay que tener en cuenta que la Mesopotamia hubo cambios de ciudades principales e imperios.
La mayoría de estos sistemas numéricos son posteriores al inicio de la cuenta. Por ejemplo, los Griegos contaban desde la primera olimpíada en el año 776 a.c. pero recién lo hicieron a partir de la obra del historiador Timeo de Tauromenio, que vivió entre el 350 a.c y el 260 a.c.
El calendario Cristiano de hecho, con el Anno Domini, como inicio, se comenzó a utilizar a partir de cálculos (con errores) de Dionysius Exiguus en el S.V. Y así con muchos otros sistemas, algunos que trataron de calcular el inicio del mundo o con sucesos importantes.
En otras palabras. Ponerse de acuerdo para medir el tiempo hacia sucesos lejanos, siempre ha sido un problema y fuente de equivocaciones, como puede aprenderse solo mirando cuando adoptaron los distintos países del mundo el calendario actual.
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