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Valorar y mantener el legado del pasado en nuestro presente es el más valioso paso que podemos dar hacia el futuro.

Aug 30, 2020, 20 tweets

Esta noche, a las 11:50, nos vamos fuera de Caracas para una nueva sesión de #CuentosDeMedianoche

Nos vemos en un rato, si el miedo y la señal de internet lo permiten...

En #CuentosDeMedianoche reseñábamos la leyenda de la 🐎 "mula maniá", uno de los espantos más temidos por los caraqueños, quienes al sentir sus relinchos corrían despavoridos por las calles empedradas y oscuras hasta que, exhaustos, dejaban de sentir la atormentante presencia...

A "la mula maniá", nacida de burro y yegua, se le llamaba de esta manera para indicar que tenía puesta una "maneá": Una cuerda o cadena con la que se le ataban las patas una con otra para evitar que corriera.

La "mula maniá" se les aparecía, en los momentos más inesperados, a los novios que se mantenían arrimados al pie de la ventana de su amada, relinchando y arrastrando sus cadenas, dando saltos, pateando todo a su paso y restregándose contra las paredes...

En su aparición se lanzaba contra el novio o la pareja de enamorados, aterrorizándoles hasta quedar inmóviles, congelados frente al infernal animal, suerte de la que no escapaban algunas señoras que aprovechaban la noche para compartir con sus vecinas los chismes del día.

Pero existe otra manifestación mucho más temida de la "mula maniá" fuera de Caracas, en tierras llaneras de Cojedes y Portuguesa, específicamente en las sabanas comprendidas entre Camoruco, Camuriquito y "La Mata Carmelera", muy cerca de San Rafael de Onoto.

En este caso, el anecdotario popular integra la historia con lo sobrenatural, agregándole ese toque de misterio, superstición, exageración y resabio tan particular del llanero que la han convertido en una leyenda muy propia, parte de su folclore local.

El 16/04/1898 se libró la "batalla de la Mata Carmelera" o de "El Carmelero", enfrentándose los Generales Joaquín Crespo y Manuel "Mocho" Hernández, alzado en armas, con la trágica muerte de Crespo y el inicio de una cruenta guerra civil que se mantendría hasta 1903.

Imagen de nuestro tweet anterior:

Retrato ecuestre del Gral. Joaquín Crespo.
Óleo sobre lienzo de Arturo Michelena (1863-1898), pintado en 1897.
Col. Palacio de Miraflores.

El Gral. Joaquín Sinforiano de Jesús Crespo Torres (1841-1898), militar, político y Presidente de la República en dos oportunidades (1884/86 y 1892/98), se consagró como el sucesor de Antonio Guzmán Blanco, ganándose no pocos enemigos dentro del convulsionado entorno político.

Aunque son muchas las versiones y los añadidos en el tiempo sobre la muerte de Crespo en esta batalla, todas coinciden en que el caudillo cabalgaba en su yegua blanca en la madrugada cuando recibió un balazo en la clavícula, ocasionándole la muerte instantáneamente...

... siendo en ese preciso momento cuando la yegua blanca inició sus andadas por la sabana, sin el peso de la silla ni frenos, vagando desde la puesta del sol hasta la madrugada, tanto en tiempo de lluvias como verano, volviendo siempre y recorriendo en circulo la mata carmelera.

A decir de los llaneros, los espantos de la sabana sólo aparecen en las noches más oscuras, durante la fase lunar de cuarto menguante, con lo que consiguen asustar mejor a quienes se aventuran por sus espacios.

Esas son, precisamente, las noches en que hace su aparición la "mula maniá de la mata carmelera", aunque muchos lugareños señalan que "la bicha" no respeta si es de día o de noche, espantando por igual con su infernal relincho, mordiendo y pateando al que se cruce en su camino.

Lo cierto es que para la "mula maniá" ("la yegua blanca") no hay horario ni fecha en el calendario, espantando en cualquier momento al ganado, a los caballos en los potreros, a los viajeros que cruzan el "puente del diablo" o a los lugareños que cruzan sus predios...

... y a diferencia de la "mula maniá" caraqueña, que se encarga de asustar a los novios trasnochadores o a las vecinas chismosas, la yegua blanca arremete violentamente contra su presa hasta paralizarlo o, según algunos lugareños, llegar a ocasionarle la muerte.

Pero la "mula maniá", condenada a vagar en el tiempo por el propio Gral. Joaquín Crespo al momento de su muerte, puede ser confrontada y neutralizada rezando un Ave María durante su aparición e invocando tres veces el ánima de Crespo (que aparentemente mora en ella):

¡Ánima de Joaquín Crespo,
no te pongas resabiá,
sálvame y que no me mate
tu vieja mula maniá!

Otra versión local señala que es la mismísima alma del Gral. Joaquín Crespo la que, al morir en el enfrentamiento, quedó penando dentro de su yegua blanca, por lo que se empeña siempre en perseguir y vengarse de sus asesinos y enemigos...

¡Así son las cosas!

Como siempre decimos, no podemos afirmar ni negar la veracidad de esta historia, entre tantas otras del anecdotario popular, pero "de que vuelan vuelan"...

Gracias a todos por acompañarnos.

¡Hasta mañana!

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