#taldíacomohoy, un 19 de septiembre de 1870, hace 150 años exactos, comenzaba el sitio de #Paris, que además de capital europea de la cultura, también era la mayor y más poderosa fortaleza militar del mundo, y una de las más modernas. Abro hilo👇
El sobrecogedor espectáculo del asedio llevado a cabo por el ejército alemán entre septiembre de 1870 y enero de 1871, durante el cual cerca de dos millones de parisinos padecieron a causa del hambre, del frío y, finalmente, de los bombardeos, acaparó la atención del mundo entero
Sitiar París no era parte del plan original prusiano. Helmuth von Moltke había previsto un rápido avance sobre la Francia oriental para atraer y derrotar al ejército francés a la batalla, esperando que Napoleón III suplicara la paz.
Pero el nuevo Gobierno de Defensa Nacional proclamado en París tras la caída del Segundo Imperio decretó que no cedería "ni una pulgada de nuestro territorio, ni una piedra de nuestras fortalezas". Bismarck tenía otros planes: la anexión de Alsacia y Lorena.
El fervor patriótico se extendió a toda la población, independientemente de clase social o ideología. A pesar de su edad, Victor Hugo se alistó en la Guardia Nacional: "Yo estoy con la gente que muere, y me compadezco de vosotros por estar con los reyes que matan".
Moltke, sin embargo, no estaba dispuesto a arriesgarse a un sangriento asalto y pronto, 236000 soldados alemanes se encontrarían atrincherados en una línea de trincheras y baterías artilleras de 80 km de largo que circunvalaba la cercada ciudad.
El clima político en París estaba cada vez más radicalizado, pero las perspectivas militares eran desalentadoras. Se intentó romper el cerco desde dentro y socorrer la ciudad desde fuera, todo en vano. Un fiasco que solo sirvió para soliviantar aún más los ánimos.
El tiempo que pudiera resistir París dependería de sus reservas de comida, y la escasez comenzó a sentirse en octubre. El gobierno comenzó a fijar los precios de los productos básicos, a requisar stocks, a establecer un sistema de racionamiento y a abrir comedores benéficos.
Una vez que ovejas y carneros empezaron a escasear, la ciudad se comió sus caballos, a un ritmo de 500 o 600 al día. Los ricos compraban carne de elefante o de antílope proveniente del zoológico, otros debían conformarse con gatos, perros y ratas.
El pan no se racionó hasta enero, pero las hogazas estaban llenas de paja, como “ajados sombreros panamá sacados de las alcantarillas.” Para diciembre, 477000 personas dependían de los comedores benéficos.
Edmond de Goncourt recogió en su diario: "El sufrimiento de París durante el sitio: una broma durante dos meses; el tercer mes la broma se tornó seria; hoy ninguno ríe". El 18 de enero: "las mujeres lloran en la cola del pan". El 21, que una chica se le ofreció por un mendrugo.
Al hambre se unieron el frío y las enfermedades. Carbón, gas y madera comenzaron a escasear. Los alemanes habían cortado el suministro de agua, por lo que la ciudad debía depender del contaminado Sena como fuente de agua potable, y de tifus.
Para finales de año, la tasa de mortandad en la ciudad cuadruplicaba la normal y puede que en torno a 40000 personas fallecieran como consecuencia de las privaciones del asedio, principalmente como resultado de enfermedades intestinales o respiratorias.
El 5 de enero las bombas alemanas comenzaron a caer sobre la ciudad, castigo que se prolongó durante tres semanas en las que unos 12000 proyectiles impactaron en París, ante el pavor de la opinión pública internacional, aterrada por la destrucción de su patrimonio artístico.
Agotada toda opción militar y con las reservas de alimentos de París acercándose a niveles de riesgo, el gobierno solicitó un humillante armisticio. La derrota dejaba un país desgarrado y al borde de la revolución y la guerra civil.
La Guerra Franco-Prusiana y en especial el sitio de París, de los cuales se cumplen 150 años, fueron acontecimientos de capital importancia para la historia europea, origen de fenómenos tan distantes como la Comuna de París y el revanchismo francés en la Primera Guerra Mundial.
Un episodio trascendental al que dedicamos dos espectaculares números de Desperta Ferro Historia Moderna, a las fases imperial (bit.ly/3kwp3bH) y republicana (bit.ly/32J0kuu) respectivamente.
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