Estamos preparando el próximo ciclo de #CuentosDeMedianoche 🌃 con nuevas leyendas, cuentos, personajes y una dinámica diferente en donde serán ustedes los protagonistas con sus propios relatos, historias y experiencias...
¿Se animan a participar?
A decir de los entendidos en la materia, a nuestro país se le considera "tierra del misterio" ya que en cada esquina, calle o lugar insospechado puede esconderse lo sobrenatural, mágico y asombroso, integrándose los cuentos y leyendas de una manera casi natural con la realidad.
Desde tiempos de nuestros indígenas, pasando por la colonia y la vida republicana, los cuentos atribuidos a personajes como La Sayona, El Silbón, La Llorona, las Ánimas, el Carretón Fantasma, la Mula Maniá y los duendes, entre otros no menos populares, han sido una constante...
... y a pesar de que están prácticamente en toda Venezuela, han sido "adoptados" por los lugareños como patrimonio muy local, a pesar del miedo y respeto que les profesan e implica convivir con ellos.
Hoy, cuando pareciera que la luz eléctrica, el internet, los teléfonos inteligentes y el resto de las innovaciones tecnológicas los alejaría, curiosamente están más presentes que nunca en la imaginación, memoria y el día a día del venezolano, formando parte de su propia esencia.
¿Realidad, ficción o simples cuentos de camino?
No tenemos elementos para demostrarlo o negarlo, ni tampoco pretendemos cuestionarlos, simplemente forman parte de nuestro imaginario popular y sólo esperan ser descubiertos.
En nuestro nuevo ciclo de 🌃 #CuentosDeMedianoche queremos invitarles a relatar sus propias experiencias, anécdotas e historias de miedo en las que "no creemos pero de que vuelan vuelan", como decían los abuelos, para recorrerlas juntos.
Esperamos sus valiosos aportes...
Mientras esperamos el nuevo ciclo de #CuentosDeMedianoche cedemos el espacio a Carmen Clemente Travieso (1900-1983), periodista, escritora, activista por los derechos de la mujer y biznieta del prócer Lino de Clemente, quien nos relata la historia de "El Carretón de La Trinidad".
Carmen Clemente Travieso nos legó, entre otras obras y trabajos no menos importantes, "Las Esquinas de Caracas" y toda una exhaustiva recopilación de cuentos, leyendas y recuerdos de nuestra vieja ciudad colonial.
Hoy, precisamente, destacaremos su crónica sobre uno de los espantos más temidos de la vieja Caracas: "El Carretón de la Trinidad", que publicaremos en los siguientes tweets.
¿Nos acompañan?
"En las noches oscuras, y en horas ya avanzadas, se divisaba en la ciudad, a favor de la tenue luz de las estrellas, las correrías del carromato que generalmente se extendían desde la plaza del Panteón (antigua Iglesia de la Trinidad)..."
"... hasta dos o tres cuadras al sur del puente que lleva el mismo nombre; o bien desde Las Dos Pilitas hasta la Plaza de La Pastora, en la parte norte de la población".
"En el silencio de la media noche, cuando la naturaleza parecía reposar y hasta el ave que sirve de centinela en el hogar parece dar la voz de alerta; y duerme, a esa hora, que según las gentes cándidas y las leyendas más antiguas, es la escogida por Satán para venir..."
"... a este mundo a celebrar pactos con los que han sabido evocarlo; a esa hora se despertaban sobresaltados los habitantes de aquel barrio a causa de un ruido atronador, semejante al que produjeran muchos carros arrastrados por bestias cuyos cascos desempedrasen las calles".
"Algún curioso que se atrevía a averiguar lo que producía tal ruido, contaba a la mañana siguiente, con los pelos erizados, que el carretón era una especie de arcón que en vertiginosa carrera atravesaba la calle por chispas de fuego que las ruedas despedían al tocar el pavimento"
"... sin que en la parte delantera ni en los costados, se viese bestia alguna que lo condujese, sino un bulto rojo que lanzaba fuego por los ojos y boca y que al compás de un canto diabólico iba dando saltos como un demonio que era, ya que en la cabeza ostentaba enormes cuernos."
"... y en la parte posterior, a guisa de rabo, llevaba un enorme apéndice, justamente como nos representan al arcángel caído, esas antiguas estampas que tanto asustan a los niños."
El "Carretón de La Trinidad", de acuerdo con quienes presenciaron sus apariciones, bajaba en la medianoche desde la iglesia de La Santísima Trinidad hasta la cuadra de Jesuitas a Tienda Honda, haciéndose sentir en el muy temido Cerrito del Diablo en Canónigos.
Los terrenos ubicados al norte, hacia la montaña, estaban casi totalmente deshabitados, por lo que se convirtieron por años en el escenario ideal para los cuentos de espantos y aparecidos, así como para los recorridos del "Carretón de La Trinidad".
Escuchar el ruido estruendoso y ensordecedor del carretón y de los cascos y relinchos de sus bestias invisibles, bastaba para paralizar a cualquiera, lo que se ponía aún peor al lograr verlo envuelto en llamas...
Cuando pasaba y se hacía sentir con más estruendo, se decía que la suerte estaba echada y venía a recoger el alma del nuevo elegido... a menos que se persignara inmediatamente y rezará un Credo, pidiéndole a Dios que lo alejara de tan espantosa aparición.
¿Realidad, ficción o un simple cuento de camino?
No podemos afirmarlo o negarlo, pero las apariciones del "Carretón de La Trinidad" aterrorizaron a los caraqueños por más de un siglo...
Como decían los abuelos: "¡De que vuelan, vuelan!
Nota de la redacción:
Los cuatro últimos tweets de nuestro hilo sobre "el Carretón de La Trinidad" complementan, pero no forman parte del texto original de Carmen Clemente Travieso, el cual se ha presentado entrecomillado.
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