Así lo vivimos nosotros. Debajo del pupitre.
Una guerra inútil construida para perpetuarse en el poder.
Nuestro homenaje a los ex combatientes y héroes es mostrar, una vez más, la complicidad de los medios con los dictadores.
De eso trata este hilo
#MalvinasArgentinas
Hace 39 años las fuerzas armadas decidieron iniciar una guerra de ocupación.
Pero la narrativa se centró en un reclamo histórico: ocupación no es lo mismo que recuperación.
Con ello lograban construir un puente entre una necesidad política y un reclamo histórico.
El relato oficial decía que Argentina no había invadido. Los que invadían eran los británicos.
Los medios argentinos se hacían eco de la narrativa oficial cuyo eje era mostrarlo como un acto de justicia y de reivindicación. No como un acto de guerra
Uno de los puntos centrales del reclamo argentino tiene que ver con la herencia de la soberanía española de las Islas.
Así construían una línea histórica de 8 invasiones.
Lo insólito: sostenían que abril del 82 los británicos habían invadido cuando había sido al revés.
Mientras tanto, los dictadores se hacían los guapos y mandaban a miles de pibes a cagarse de frío y hambre y a morir.
Los medios construían victorias incomprobables y generaban fanatismo como si se tratara de un partido de fútbol. Que se haya construido en base a un histórico y legítimo reclamo le daba la posibilidad por primera vez a los dictadores de ser aplaudidos en plaza de mayo.
Cada vez que hoy leo estas tapas me acuerdo del niño que las guardó, creyéndose lo que decían y sin saber lo he verdaderamente estaban pasando los pibes que hoy son héroes por haber hecho lo imposible por no rendirse.
El aparato comunicacional de la dictadura engañó como nunca a toda una sociedad.
Así se construía un presidente con rostro paterno y humano y al gobernador Menendez como un comandante sensible. Hasta se ensalzaba su experiencia en la guerra asociándola a lo que ellos llamaban “lucha anti subversiva”.
Y se usaba el heroísmo de los pibes para construir un relato único. Todos decíamos que las Malvinas eran argentinas, pero nadie podía pensar que la guerra no era el camino. La idea de la guerra como única forma legítima fue exitosa.
Llegaron a escribir que era una guerra no querida pero que era la única salida. Si, hasta escribieron que el gobierno Argentin había apelado al diálogo. Inventaron que Kissinger, un amigo de los dictadores locales, había dicho que las Islas serían argentinas.
Entre las muchas mentiras se contaba que la primer ministro británica estaba sola, que los ingleses estaban sorprendidos de nuestro arsenal y poderío militar. Tanto que escribieron que Thatcher sabía que las Islas nunca volverían a ser británicas.
Y mientras tanto se jugaba un mundial de fútbol. Y las noticias intercalaban las novedades del frente de batalla con la actuación de Argentina. Si, mientras miles de soldados se jugaban la vida allá, cientos de miles mirábamos el mundial acá.
La Revista El Grafico justificaba su compromiso con el Mundial apelando al slogan que construyeron los dictadores: “cada uno en lo suyo, defendiendo lo nuestro”.
La necesidad de la dictadura hizo que por primera vez un gobierno militar se juntara con Fidel Castro en plena guerra fría y el movimiento de no alineados. Anticomunistas como Alsogaray cuestionaron ello.
El periodismo oficialista ambién se sorprendió por este acercamiento a Cuba y Rusia. Luego de la derrota, lo explicó en una nota que exhibe los problemas a los que había llegado el periodismo aliado de la dictadura para construir un relato verosímil.
Como en esta nota de Raúl Horacio Burzaco. Una pieza llena de conservadurismo, anticomunismo y hasta fanatismo religioso.
También teníamos revistas que, dedicadas a la farándula y show bussines, construían tapas bizarras.
Y cuando la derrota militar llegó, la narrativa de los medios la reflejó con palabras como “cesaron los combates”, “alto el fuego” y “Tregua”.
Maneras galantes de decir “perdimos”
Lo que sí prosiguió fue la preocupación de algunos medios para que la derrota no implique “perder el país”, esto es que no signifique la salida del poder de los militares.
Mientras tanto, el Mundial se continuaba jugando.
Hoy nos quedan estos recuerdos. La hijaputez de Gente unas semanas después y la dignidad de Humor desde el inicio de la guerra. Ya no tengo 12 años. Pero terminó este hilo con el mismo dolor de aquellos días. Y con la esperanza de que no fue en vano. Honor a los héroes.
74 días, 649 muertos, 1082 heridos y 39 años después hay heridas que siguen abiertas.
El niño que fui sigue viendo estas tapas y se enoja. Se enoja porque lo engañaron. Le mintieron y lo manipularon. Como a millones.
En otro capítulo de la historia infame de nuestros medios
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