Mati Fernandez Profile picture
La gran imagen no tiene forma

Apr 4, 2021, 30 tweets

Esta semana no pude hacer el hilo de empresas porque estuve de viaje. Pero tengo otra misión: convencerlos de que viajen a conocer Catamarca. Una provincia espectacular, con paisajes únicos, rutas impecables, gente de primera y con mucho desarrollo turístico por delante

Antes que nada aclaración: para viajar también hay que cuidarse y cuidar a los otros. Hisopado antes de salir, barbijo en avión y lugares cerrados, distancia y mucho aire libre. En muchos lugares fuimos los primeros turistas en un año. La gente agradecida y con ganas de trabajar

Lamentablemente Catamarca tiene pocos vuelos directos por semana, lo cual es un desincentivo para el turismo. Por suerte la ruta entre Tucuman y Catamarca es una fiesta. Entre el aeropuerto y Amaicha atravesamos la selva tucumano-oranense hasta Tafí del Valle.

Hicimos 20km adentro de una nube y visitamos las ruinas de los Quilmes. Estabamos solos. Impresionante. Intente imaginarme cómo habrá sido la vida en ese lugar. Cómo habrá sido una noche de celebración de la comunidad hace varios siglos.

La primera noche la pasamos cerca del límite de Catamarca en el hotel de la bodega Albarrosa. Un emprendimiento de un italiano que hace un Torrontes supremo y una comida casera genial (comimos lasagna, pastas, berenjenas a la parmesana y tiramisú).

A la mañana siguiente cruzamos a Catamarca por Fuerte Quemado hasta el Eje. Ahí nos subimos a las camionetas de Ariel y Bruno, los guías, para ir hacia el campo de Piedra Pomez. Catamarte le pusimos a esta parte del viaje, porque lo que ves en esa ruta es de otro planeta.

Ariel y Bruno son docentes en Belén y además guias de turismo cuando pueden. Nos contaron que enseñar en la pandemia fue muy dificil por la conectividad y la falta de electricidad. Y que hasta Agosto no hubo clases presenciales aunque no había ni un solo caso en toda la provincia

El amor que sienten por su provincia es impresionante. En cada rincón tenian algo para contarnos y enseñarnos. En ese viaje vimos las Dunas de Randolfo, nos contaron como la cooperativa de Laguna Blanca teje ponchos de vicuña, la milanesa de llama que hay que comer en El Peñon.

Llegamos al campo de Piedra Pomez después de pasar el Volcan Carachi Pampa. Pomez fue producto de una explosión volcánica violenta y la lluvia constante de cenizas. Por eso la piedra es cobriza arriba, blanca abajo y hay un polvo negro que cubre grandes extensiones.

Los vientos llegan a ser de 120 kms por las tardes lo que va erosionando las piedras que cambian sus formas. Es inmenso. Ariel y Bruno que trabajan de esto solo conocen ¼ de su extensión. Almorzamos en una sombra de las piedras, recogimos todo y pegamos la vuelta.

Esa noche dormimos en Belén, en la hostería de Mauricio, un rosarino que se vino a vivir y también es guía de turismo. Lo pueden ver en Youtube con Mario Markic. Lo vimos antes de viajar. La otra nota que nos convenció fue esta joya de @FMonjeau. clarin.com/espectaculos/m…

En Belen visitamos a una familia de tejedores. 4ta generación. Sus ponchos los tiene el Papa Francisco. Como otros tejedores y cooperativas, están empezando a exportar activamente productos de lana de vicuña. Es un mercado importantísimo a desarrollar para el NOA.

Al otro día tempranito nos fuimos para Fiambalá pasando por la ruta del Adobe y por Tinogasta. Este es el Oratorio, el Mayorazgo y una Iglesia hechas enteramente de Adobe. La provincia está tratando de restaurar la zona y convertirla en un atractivo turístico.

A la mañana visitamos El Shincal. Otras ruinas espectaculares de los Incas. Toda la zona está repleta y hay muchas comunidades haciendo esfuerzo por revalorizarlas. Al igual que con los Quilmes, es parte de nuestra historia y cultura y ojalá se siga ese camino.

En el camino estabamos muertos de hambre y apareció La Sala. Una casa familiar restaurada por la nueva generaciòn donde comimos las mejores costillas al malbec que probé en mi vida. También es hotel. Lleno ahora. Pero a los dueños les gustaría mas actividad en contratemporada.

Como muchos en la zona, tienen un pequeño viñedo. Se les incendió el año pasado y lo están recuperando. Los vinos de Catamarca me parecieron frescos, livianos y con mucho sabor. No se una goma del tema. Pero nos trajimos algunas botellas. Valen la pena.

Seguimos hasta Fiambalá donde alquilamos un Airbnb a Marisa. Primeros clientes del año. Venia bien en el 2019 y la pandemia frenó todo. La casa humilde pero buenas camas y buena ducha. Y un silencio...😋.

Esa tarde fuimos a las Dunas de Taton. No les puedo describir lo que se ve ni las fotos les hacen justicia. Tenes una duna inmensa, una montaña mas grande, un desierto, un río y un cielo de la hostia. Se nos hizo de noche y no llegamos al pueblo. Pero volvería mil veces.

A la noche tuvimos un culo fenomenal. Llamamos a una bodega para preguntar si había lugar y el dueño nos dijo: “hoy hacemos la cosecha y un ritual a la Pachamama. Vengan, los invito.” Cortamos uvas con las manos a la luz de la luna e iniciamos el proceso de fermentación.

Esto es clave. El tipo no nos conocía y nos invito gratis a comer, tomar vino y a un ritual privado y mágico entre él y sus conocidos. Es una muestra de lo que vivimos en Catamarca. La gente agradable y abierta, con mucha vocación de servicio al turista.

A la mañana siguiente salimos para los Seismiles. Una locura que nunca los haya oído mencionar siquiera. Una ruta entre Fiambalá y el Paso de San Francisco (a Chile) con decenas de volcanes y picos de mas de seis mil metros de altura. Acá el Pissis. No llegamos. Pero que lindo.

Como si fuera poco alucinante, en el camino hay un hotel sustentable (funciona a energia hidroeléctrica) con 30 habitaciones y un restaurant que estaba lleno. Nos hubiese encantado quedarnos a dormir ahí para ver la noche en ese lugar único.

Un dato interesante para mi que también vi en Salta muchas veces. Hay una industria del viaje en moto cada vez mas grande. Arranco con pioneros y lugares de culto (bares, hosterias, paisajes). Pero cada vez mas es una cultura en crecimiento que ademas es una pequeña economia.

De los Seismiles nos fuimos para Catamarca capital. Pasamos por La Rioja. Se ven los olivares a la vera de la ruta. Pero lo que mas me sorprendió es un tramo de la ruta 38 que volvió a cambiar por décima vez completamente el paisaje en el que estabamos.

Vimos algunos 🚵‍♂️. Una vez en Bolivia hice “la ruta de la muerte” en bici. Una bajada de decenas de kilometros por un camino de ripio desde los 3000 metros de altura. Fue peligroso e increíble. Esto es 1000 veces mejor y más seguro. Si te gusta el ciclismo, tenes que ir si o si.

Ahí llegamos a La Aguada, un hotel de película a las afueras de San Fernando. Sylvia y Gustavo nos recibieron de lujo. La comida espectacular, un budin de pan que te moris. Ella es de Cordoba y el de Rosario. Atienden acá pero están armando con esfuerzo su propia hostería

Dormimos ahí y hoy volvimos a Tucuman para volver a Bs. As. Los paisajes que vi en 4 días no los vi en 30 años. Les recomiendo de corazón conocer la provincia de Catamarca. Yo voy a volver sin dudas.

Así como las rutas estaban impecables, la conectividad fue mínima en las tres provincias que recorrimos. El turismo y otros sectores no van a desarrollarse nunca si no mejoramos la conectividad digital de los pueblos y caminos.

Catamarca tiene un potencial turístico y productivo importante: hotelería, comidas regionales, viñedos, tejidos de camelidos, aceituna. Un paso importante para que eso suceda, es que mas argentinos y extranjeros se enganchen con ella. Ojalá este hilo sirva para eso.

Como yapa les cuento que en Famaillá está la campeona nacional de la empanada de 1998. Creo que el premio se lo dio ella misma porque enfrente está la subcampeona. Pero una reina y una buena onda total. Y muy ricas las empanadas.

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