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"La última palabra de la civilización es la revolución". Comunismo como capacidad para revolucionar de forma consciente las premisas ideológicas de partida.

Apr 25, 2021, 19 tweets

La caracterización, publicada en 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 y 𝐻𝑜𝑛𝑔𝑞𝑖 bajo el título «¿Es Yugoslavia un país socialista?», que hizo la izquierda del PCCh de 1963-1964 sobre el revisionismo yugoslavo, poco después de la célebre respuesta del CC del PCCh al PCUS. ¡Dentro hilo!

La posición del PCUS de Kruschev de apoyo a la Yugoslavia de Tito en 1963-1964 contrasta con la postura mantenida tras la Conferencia de Moscú (1957). En junio de 1958, Kruschev declara en 𝑃𝑟𝑎𝑣𝑑𝑎 a la Liga de los Comunistas de Yugoslavia como «lacayos del imperialismo».

Tras el VII Congreso de la Liga, que aprueba el programa de «lucha por el socialismo bajo nuevas condiciones», el editorial de 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 tacha al partido de Tito de antimarxista, antileninista y netamente revisionista.

La dirección del PCCh acusa a la Liga (SKJ) de haber sustituido la dialéctica marxista revolucionaria por la metafísica, la teoría marxista del Estado por la teoría reaccionaria del Estado por encima de las clases y el internacionalismo proletario por el nacionalismo burgués.

En el artículo «¿Es Yugoslavia un país socialista?» se trata de fundamentar la naturaleza específicamente capitalista del régimen titista. Varios datos: existen 115.000 empresas privadas que explotan una fuerza de trabajo que en algunos casos llegan a los 600 obreros por empresa.

El PCCh acusa a la SKJ haber implementado políticas de fomento del capital privado, y en particular de bancos que operan como en cualquier país capitalista. Asimismo, en la Yugoslavia de Tito las cooperativas agrícolas se han reducido de 6.900 a 147 desde 1950 hasta 1960.

Además, tal como aparece citado en el libro de Jean Baby, en 𝐻𝑜𝑛𝑔𝑞𝑖 y 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 se denuncia que desde 1953 se han aprobado en Yugoslavia leyes y decretos de estímulos a la libre compraventa de tierras y de explotación de la fuerza de trabajo.

𝐵𝑜𝑟𝑏𝑎, el órgano de la SJK, admite que se ha formado una clase de kulaks en el campo. El artículo de los comunistas chinos critica con dureza igualmente la tesis de la autogestión obrera yugoslava, calificada por Tito de «forma superior de la propiedad socialista».

Modelo que el PCCh tacha de anarcosindicalista, socialista burgués y oportunista, por servir de cobertura y vehículo ideológico para el dominio creciente de la burguesía yugoslava:

Todo ello ha suprimido el plan económico unificado estatal, siendo el beneficio el principal estímulo de las unidades productivas, que compiten y no cooperan bajo un plan central; se aplica, con apoyo de los bancos, una política de estímulo a la libre competencia capitalista.

El artículo de los dos órganos de expresión chinos pregunta a «aquellos que se dedican a rehabilitar a la camarilla de Tito (...) ¿cómo pueden presentar al capitalismo de Estado dominado por la burguesía burocrática y compradora como una economía socialista?».

Dicho artículo enfatiza el hecho de que la entonces República Federativa Socialista de Yugoslavia «ha vendido su independencia a Estados Unidos», ha renunciado al monopolio del comercio exterior y ha convertido al país en una cadena de montaje para el imperialismo occidental.

Se denuncia igualmente «el papel contrarrevolucionario jugado por la camarilla de Tito en las relaciones internacionales», a la que se acusa de toda una larga lista de actuaciones contrarias al internacionalismo proletario y al llamado campo socialista.

Desde haber emprendido actividades desestabilizadoras contra la Albania de Hoxha hasta haberse posicionado contra la RPCh en Taiwán o el conflicto sino-indio, pasando por su actitud ambigua y liquidadora ante la guerra antiimperialista en Vietnam o en la guerra civil griega.

El partido de Tito ha degenerado en un «partido burgués (...) y la dictadura del proletariado degenera en dictadura burguesa», no mediante un golpe violento, sino a través de una «evolución pacífica» que ha dado el poder a la burguesía burocrática instalada en el Estado y la SKJ.

Asimismo, en el artículo se recuerda que la Declaración de 1960 (incumplida por el PCUS), cuando Kruschev denuncia al PCCh en el VIII Congreso del Partido Comunista Rumano, dejaba claro que «la camarilla de Tito» ya no representaba a un partido hermano, sino enemigo.

Así, en 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 y 𝐻𝑜𝑛𝑔𝑞𝑖 se define el régimen imperante en Yugoslavia como capitalismo burocrático de Estado, en el que la clase que detenta el poder y que se apropia de la plusvalía forma parte de la cima del Estado y del inmenso aparato burocrático.

Idéntico diagnóstico sería justo para aquella RPCh en la que definitivamente terminaría liquidándose toda posibilidad de revolución, sancionándose y culminándose con la derrota definitiva de la línea de izquierda y el golpe derechista de 1976 por Deng, Hua y los suyos.

Para terminar, una elocuente y honesta declaración de Bakarić (destacado teórico de la SKJ y presidente de la República Socialista de Croacia), recogida por Jean Baby, acerca del 𝑖𝑚𝑝𝑎𝑠𝑠𝑒 en que se hallaba en 1965 la República Federativa Socialista de Yugoslavia:

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