En la Base de la Fuerza Aérea Davis–Monthan en Arizona hay un famoso centro de almacenaje de aparatos. Allí entre los miles de aviones y helicópteros hay un viejo CH-46. En su día fue conocido por su indicativo de Swift 22. Esta es su historia. Otro relato del sentido del deber
Abril de 1975, Vietnam del Sur se desintegra ante el empuje de los ejércitos del Norte. La capital Saigón esta ya casi a tiro. Los americanos comienzan un plan de evacuación para sacar a todo su personal y a los vietnamitas de la administración que puedan.
El embajador americano retrasa todo lo posible la evacuación pensando que Saigón no caerá mientras sus asesores militares le urgen a que tome decisiones viendo el panorama. La tarde del 28 de abril el aeropuerto de Saigón es bombardeado y queda fuera de servicio.
Se llega a la peor de las situaciones, la evacuación helitransportada.El 29 de Abril la radio de la fuerzas armadas manda un mensaje en clave “ La temperatura en Saigón es de 105 grados y está subiendo”. Es la frase clave para que todo el personal vaya a sus lugares de evacuación
En ese momento un cohete norvietnamita cae en un puesto de control de los Marines cerca del aeropuerto matando en el acto a los marines McMahon y Judge. Serán las últimas bajas americanas en tierra vietnamita.
El 29 de abril se lanza la fase final de la operación Frequent Wind, unos 70 helicópteros despegan desde los buques de las Task Force 76 para comenzar la evacuación. La zona principal será el último complejo de edificios de los agregados militares americanos en las afueras.
El otro lugar será la embajada americana en Saigón. Pero pronto se tuerce todo. Muchas más personas acuden a la embajada. Miles de vietnamitas que ven como los americanos comienzan la evacuación se dirigen a las puertas de la embajada. Se piden más helicópteros.
En la primera oleada de los CH-53 vuela una compañía de Marines para reforzar la seguridad durante la evacuación. Además el tiempo comienza a empeorar.
Mientras esto sucede decenas de helicópteros Sur vietnamitas vuelan cargados con familias enteras hasta los barcos de la Task Force 76 de la Us Navy.
Hay tantos que son arrojados por la borda en cuanto aterrizan para dejar sitio a los que les siguen. Muchos de esos helicópteros siguen a los aparatos americanos que hacen viajes a la embajada.
En la embajada se trabaja frenéticamente. Los Marines talan arboles y despejan zonas para que puedan aterrizar más helicópteros. Un CH-53 despega cada 10min desde el patio.
Se habilita el tejado para que tomen allí los CH-46.
Mientras unos 20 UH-1 de Air America ( la compañía de la CIA ) sin ningún apoyo recogerán a personal por toda la ciudad. La mayoría de esos UH volarían ese día con un único piloto como tripulación
Los Marines van preparando a los grupos que irán subiendo a los helicópteros. A medida que van pasando las horas se dejan de lado cualquier medida de seguridad y los helicópteros recogen tanto personal como pueden cargar.
Llega la noche y los extenuados pilotos de los helicópteros comienzan a tener problemas cuando aun quedan centenares de personas en la embajada. El Cte Jim Kean de los Marines les dice a sus hombres que enciendan los faros de todos los vehículos para iluminar el patio.
Para Jim es su regreso a Vietnam tras dos tour durante la guerra. Es el militar de más graduación en tierra en ese momento.
Pero en Washington se esta acabando la paciencia y tras sugerir varias veces al embajador que debe salir de allí se envía un CH-46 para que lo saque de allí si o si. Además se da la orden de que ya solo embarquen personal de la embajada y Marines.
A las 5 de la mañana el aturdido embajador embarcaba en el Lady Ace 09. Antes de que el Ch-46 despegará un miembro de su seguridad le entregaba la bandera del recinto doblada.
Las varias decenas de Marines que aun defendían el perímetro recibían la orden de muy despacio ir replegándose hacia la azotea del edificio. Mientras ya en vuelo Lady Ace 09 transmitía por radio el mensaje “ El tigre está fuera de su jaula”.
Y aquí es cuando casi la lían. En la cadena de mando alguien interpretó que el embajador era el último hombre que quedaba y dio la orden de regresar a repostar a todos los helicópteros en vuelo. Los Marines de la azotea estaban incomunicados y abandonados.
Se tardó un tiempo en descubrir el error hasta que un Ch-46 fue desviado y a toda velocidad se dirigió a la embajada. Allí miles de vietnamitas habían echado abajo las verjas y se encontraban ya dentro de la embajada. El Ch-46 aterrizó en el tejado pero no cabían todos.
Jim Kean dio la orden a sus hombres de que se despojaran de cascos, chalecos y munición para poder embarcar a más personal en el CH-46. Le dijo al suboficial Juan Valdez que eligiera a 9 hombres que serían los que se quedarían allí junto a el mismo y Valdez.
Con las luces del amanecer los carros norvietnamitas ya se escuchaban dentro de la ciudad. Kean habló con sus hombres. Aquel sería su Alamo particular, no sabían si llegaría otro helicóptero a tiempo pero no se rendirían sin combatir.
Tras una hora esperando los 11 Marines escucharon un sonido familiar. Swift 22, un solitario CH-46,llegaba escoltado por 4 helicópteros Cobra. Tras tocar la azotea los 11 marines embarcaron a la carrera. El Suboficial Juan Valdez se convertía en el último hombre en dejar Vietnam.
En el momento en que Swift 22 despegaba cientos de refugiados rompían la última puerta para llegar a la azotea solo para ver elevarse al CH-46. Eran las 7:53 de la mañana. A las 8:30 aterrizaban en el USS Okinawa.
A las 11:30 de la mañana los carros norvietnamitas entraban en el palacio presidencial a menos de 1 km de la embajada. Y hasta aquí por ahora. Habrá una segunda parte de algunos flecos que han quedado.
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