Gorka López de Munain Profile picture
Aunque me doctoré en Historia del Arte, lo mío es la historia de las imágenes. Profesor en la @upvehu, en la @UNED y en la Univ. de Buenos Aires.

May 8, 2021, 15 tweets

Lo prometido es deuda 😉. En un hilo anterior sobre el diablo de Cahors terminé con esta curiosa imagen. ¿Qué está pasando?, ¿qué hacen estos personajes? ¿por qué tanta inquina? El sobrearco de la portada es un cúmulo de imágenes increíbles… vamos a verlo en detalle ⬇️⬇️

En el hilo dedicado al demonio del canecillo (decimonónico) vimos cómo éste se había recreado por completo, quizá recordando el diablillo que se había puesto en el puente de Valentré para rememorar una antigua leyenda.

Pues bien, aquí nos pasa lo mismo. Al comparar la imagen que abre este hilo con fotografías antiguas, me he dado cuenta de que, una vez más, ¡se trata de una recreación incorporada en la restauración de principios del XX! Pero este caso es algo distinto…

Viendo fotos más en detalle comprobamos que la diferencia con respecto a las piezas que lo acompañan se hace más que evidente, tanto en el material empleado como en la ejecución.

Desconozco el motivo por el que se retiró la dovela con los tres círculos decorados para poner en su lugar la imagen de los personajes “luchando”, pero es muy probable que fuera una licencia estética que buscaba dotar de mayor continuidad al conjunto, algo impensable hoy día...

Aclarado por tanto el asunto, entremos en harina viendo todo el despliegue de variopintas escenas que recorren este guardapolvo de piedra (marcado en rojo). Por ser una de las partes más expuestas de la portada, hay algunas piezas algo desgastadas por el paso del tiempo...

En esta amalgama de enérgicas figuras, dispuestas en sentido longitudinal, aparecen en primer término (nº1) dos animales luchando con dos personas. Un poco más arriba, aprovechando la estrechez del marco, un personaje vestido tira de los pelos a otro que parece retorcerse (nº 2).

A continuación, dos personajes armados, uno con una espada y otro con una lanza, atacan a un hombre que intenta defenderse agarrando de la pierna a uno de ellos. Por cierto, este será uno de los modelos empleados para la pieza rehecha en la restauración.

Bajo la atenta mirada del demonio del canecillo, la lucha se torna cada vez más violenta y salvaje. Dos hombres aprisionan a un tercero que abre su boca con gesto de dolor. Uno de ellos le corta los genitales, mientras el otro se abalanza sobre su cabeza.

Pongo aquí unos detalles de la escena, que no tiene desperdicio (la segunda foto está tomada de @WikiCommons ). En la vista más abierta aparece la dovela con la que comenzábamos este hilo (nº 2).

Poco a poco la violencia va desapareciendo (¿quizá la pieza con los tres círculos que se eliminó en la restauración marcaba un punto de inflexión en la temática?) Dos personajes luchan tirándose de los cabellos (nº 1) mientras un cantero trabaja un gran sillar (nº2).

A continuación, una mujer con el pelo suelto y los pechos descubiertos agarra una gruesa vara que, en el otro extremo, es también sostenida por una figura masculina (nº1). Acto seguido, un hombre con unas enormes tenazas se acerca a un caballo (nº2) que está siendo herrado (nº3).

Os pongo el detalle de esta secuencia porque es espectacular.

El conjunto se cierra con unos hombres de aspecto rural, uno de los cuales toca un cuerno. En la última pieza vuelven a aparecer las escenas de batalla, con unos pequeños soldados luchando con espadas y con los típicos escudos en forma de lágrima habituales del siglo XII.

En resumen, una panoplia de vida, muerte, violencia, lucha, creación… un espejo crudo de su tiempo que encaja con la vida del santo a quien está dedicada la catedral: San Esteban. De hecho, su lapidación aparece en el tímpano con todo detalle… pero eso lo dejamos para otro hilo

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