#DiaDelOrgullo 🌈
El de Jacinto y Apolo vez uno de los amores más trágicos de la mitología griega. Como bien sabemos, desde que Apolo se burló de Eros, el travieso dios le jugaba curiosas jugadas. Blondel retrató el fin de esta historia en su cuadro la muerte de Jacinto.
Jacinto era un príncipe espartano o tebano, según la tradición que se consulté e hijo de la musa Clío, señora de la historia. No es de extrañar que tan gentil y hermoso joven llamara la atención de un grande del Olimpo, el dios Apolo.
No obstante alguien se le había adelantado. El aeda Tamiris, primer hombre que cortejó a otro hombre lo pretendía y se ufanaba de que al ser el mejor cantor podría enamorar al joven.
Apolo, se los dijo a las musas quienes dejaron sordo y mudo al orgulloso aeda.
Con el competidor eliminado el amor entre el dios y el joven efebo resplandeció y se sumieron en la más tierna aventura. Pero como toda dicha de mortales o inmortales no podía durar para siempre.
Algunas versiones exponen que la muerte del joven se dio cuando jugaba al disco con el dios. Otras versiones, mis favoritas, relatan que Jacinto fue asesinado por algunos de los dioses del viento Boreas o Céfiro.
El poderoso dios utilizando su poder hizo que el disco lanzado por Apolo adquiera particular fuerza y sumiera al joven en una breve agonía.
El dios, antes que el joven entrara a las tinieblas del averno, le rogó a su tío Hades que le concediera el alma de su amado.
Sosteniendo este precioso tesoro, similar a una fugaz llama 🔥, entre sus dedos como las cuerdas de una lira y utilizando su divinidad creó la flor de Jacinto.
A su belleza consagró el alma de su amado para mantener vivo su existencia en el mundo mortal y recordarlo en su larga inmortalidad
Mientras creaba la flor, según Ovidio, las innumerables lágrimas del dios, deslizándose por sus mejillas caían como gotas de cristal.
Estas divinas gotas dejaron una huella las primitivas letras griegas «¡Ay!, como símbolo del eterno lamento
La aventura y romance de Jacinto y Apolo ha sido una constante fuente de estudio e inspiración para académicos y artistas 👨🎨.
Desde su estudio como una leyenda iniciatica, donde el dios enseñaba a ser hombre al joven hasta la pintura y la música.
En 1730, por ejemplo, el también legendario Johann Sebastian Bach compuso “La disputa entre Febo y Pan, BWV 201”. En esta el dios Apolo relata el amor por su amado y como sus recuerdos permanecen, a pesar de la presencia de la muerte.
Estas palabras retiraron con nitidez el sentimiento del dios en una época en que tema de la homosexualidades era ilegal y tabú:
Con ansiedad
aprieto tus tiernas mejillas,
adorable, hermoso Jacinto.
Y beso tus ojos con agrado,
porque son mis luceros
y de mi alma, el sol.
Por ahora dejemos descansar el recuerdo de historia y celebremos que como los griegos su amor y otros similares no tengan restricción o discriminación o al menos así debería ser
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