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Alfredo García. Licencia de Operador de Reactor y Supervisor, Ingeniero de Telecomunicaciones, Licenciado en Comunicación Audiovisual y Divulgador Científico.

Jul 10, 2021, 22 tweets

EL JUGUETE RADIACTIVO ☢️

El Gilbert U-238 Atomic Energy Lab fue un juego lanzado por AC Gilbert Company en EEUU en 1950 para que los niños experimentaran con reacciones nucleares utilizando material radiactivo. En un HILO te explico su historia, contenido y riesgos.

Alfred Carlton Gilbert (1884-1961) fue atleta (campeón olímpico de salto con pértiga en Londres 1908), mago y fabricante de juguetes. Gilbert creía que los juguetes eran la base para construir un «carácter estadounidense sólido», por eso muchas de sus creaciones eran educativas.

Gilbert fue apodado «el hombre que salvó la Navidad» durante la Primera Guerra Mundial, cuando convenció al Consejo de Defensa Nacional de Estados Unidos para no prohibir la compra de juguetes durante la Navidad. Su acción se llevó a una película de televisión en 2008.

El Laboratorio de Energía Atómica de Gilbert era uno de los muchos kits de de reacciones químicas del mercado. Para los padres, impulsó la idea de que el uso de reacciones químicas por parte de los juegos impulsaría a sus hijos hacia una carrera en ciencias o ingeniería.

En 1954, Gilbert escribió en su autobiografía, «The Man Who Lives in Paradise», que el laboratorio era «el más espectacular de sus juguetes educativos». Gilbert defendió que era seguro, preciso y que algunos de los mejores físicos nucleares del país trabajaron en el proyecto.

La publicidad de Gilbert afirmaba que ningún material podría resultar peligroso, aunque advertían de no romper el sellado de las cápsulas de material radiactivo, ya que «correría el riesgo de tener mineral radiactivo esparcido en su laboratorio», perjudicando los experimentos.

La copia del catálogo Gilbert incluía la nota de seguridad de que «Todos los materiales radiactivos incluidos con el Laboratorio de Energía Atómica han sido certificados como completamente seguros por los Laboratorios Oak-Ridge, parte de la Comisión de Energía Atómica».

Entre otras actividades, el kit sugirió «jugar a ocultar y buscar la fuente de rayos gamma», desafiando a los jugadores a usar el contador Geiger para localizar una muestra radiactiva oculta en una habitación.

CONTENIDO
☢️ Contador Geiger-Müller (imagen), alimentado por una batería, para medir la actividad radiactiva.
☢️ Electroscopio, para detectar cargas eléctricas.

☢️ Espintariscopio, detector de emisiones breves de luz producidas por el impacto de radiaciones ionizantes o fotones sobre una sustancia luminiscente, visibles a simple vista después de un breve período de adaptación a la oscuridad.

Cámara de niebla o de Wilson con fuente alfa (Polonio-210) en forma de alambre, un dispositivo cerrado que contiene vapor de agua superenfriado y supersaturado. Cuando una partícula cargada de suficiente energía interacciona con el vapor, lo ioniza (lo carga eléctricamente).

Los iones actúan como núcleos de condensación. Al pasar las partículas producen una estela o traza diferente para cada tipo de radiación. La de una partícula alfa (núcleo de helio) es ancha y recta, y viaja a a 19.000.0000 m/s, mientras que la de una beta (electrón) es más fina.

☢️ Cuatro recipientes de vidrio con muestras de uranio natural (U-235).
☢️ Fuentes radiactivas de bajo nivel de actividad: beta-alfa (Pb-210), beta pura (posiblemente Ru-106) y gamma (Zn-63).

☢️ Esferas y varillas para construir un modelo de partícula alfa.
☢️ «Gilbert Atomic Energy Manual», un libro de instrucciones de 60 páginas escrito por el Dr. Ralph E. Lapp.

☢️ «Learn how Dagwood Split the Atom», comic de introducción a la radiactividad, escrito con la ayuda del General Leslie Groves, director del Proyecto Manhattan y John R. Dunning, físico que verificó la fisión del átomo de uranio.

☢️ «Prospecting for Uranium», un libro de 1949 publicado conjuntamente por la Comisión de Energía Atómica y el Servicio Geológico de Estados Unidos.

☢️ Tres pilas de tipo C, un tamaño muy habitual en los juguetes.
☢️ Catálogo de Gilbert Toys de 1951.

CRÍTICAS
En 2006, la revista @radar_online llamó al laboratorio «uno de los 10 juguetes más peligrosos de todos los tiempos, excluyendo pistolas de aire comprimido, hondas […] y cualquier cosa destinada a infligir daño», debido a su material radiactivo.
web.archive.org/web/2006121505…

La revista @IEEESpectrum publicó una revisión en 2020 describiendo la probable exposición a la radiación como «mínima, aproximadamente el equivalente a la exposición UV de un día del sol», siempre sin retirar las muestras radiactivas de sus recipientes.
spectrum.ieee.org/tech-history/s…

El @BulletinAtomic publicó el artículo «¿El juguete más peligroso del mundo?», incluyendo un vídeo en el que Voula Saridakis, comisaria del Museo de Ciencia e Industria de Chicago, explicaba todos los componentes del laboratorio e indicaba su bajo riesgo.
thebulletin.org/virtual-tour/w…

LEGADO
El laboratorio se vendió originalmente por 49,50 dólares, equivalente a unos 530 dólares de 2020. Apenas de vendieron unos 5000 ejemplares entre 1950 y 1951. Gilbert creía que no tuvo éxito comercial porque era más apropiado para personas con formación en la materia.

En mi opinión no era un juego apropiado para el gran público, debido al riesgo de manipulación indebida de material radiactivo. Aunque sí podría ser una buena herramienta didáctica en un centro docente, siempre bajo la supervisión de profesores formados en protección radiológica.

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