Uno de los grandes hallazgos de la dialéctica de Hegel: todo sí mismo, para serlo, ha de incluir dentro de sí lo otro de sí mismo (F. Duque, p. 542).
La contradicción no es lo propio del pensamiento o del lenguaje, sino de las 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑎𝑠; es la contradicción, o determinación dialéctica, lo que constituye las cosas (pp. 591-593):
La operación fundamental del Hegel maduro: la negación de una determinación no supone su aniquilamiento, sino la afirmación de su opuesto y la asunción de esa determinación como momento subordinado del resultado obtenido (pp. 642-643).
Si la Lógica se adecuara tal cual al mundo existente, no harían falta ni filosofía, ni Lógica, ni ciencia (Marx: si esencia y apariencia coincidieran...) (p. 745).
«[Para Hegel], 𝑐𝑎𝑑𝑎 "𝑐𝑜𝑠𝑎" 𝑒𝑠 𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑎 𝑦 𝑠𝑢 𝑜𝑡𝑟𝑜, y (…) el límite de separación y conexión (…) es más "de verdad" que cada uno o que los dos juntos…» (p. 744).
El sí mismo y la diferencia entre conocer y saber en Hegel (p. 455):
El principio del fundamento en Hegel: todo está determinado, o, lo que es lo mismo, nada es (solo) en sí, sino en y por otro (pp. 443-444):
Dicho otra de forma: algo es únicamente en relación con otro, en relación con lo que no es (pp. 615-616).
«[C]ada miembro, para ser él mismo (para ser "en sí"), ha de ser no [solo] "el otro", sino "el o lo 𝑜𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑖́ 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜". Todas las cosas "sueltas" (...) lo son [solo] si se niegan a sí mismas (...) Necesitan de (la negación de) las otras para ser ellas» (Duque, 443).
Cómo Lenin leyó e interpretó esta cuestión:
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