¡Oh, dios mío, me he hecho un test de anticuerpos unos meses después de la vacuna y ya no tengo anticuerpos! ¿Qué está pasando? Si te has visto en esta situación, en este hilo te voy a contar con una comparación absurda por qué debes estar tranquilo.
En primer lugar, no hace falta que te hagas ningún test. Si no eres un paciente inmmunodeprimido y tienes la pauta completa, lo esperable es que tengas inmunidad. Y eso no consiste solo en tener anticuerpos. Aquí viene la comparación absurda.
Imagina que te acabas de mudar a una casa nueva y tienes un montón de cuadros para colgar, PERO NO TIENES TALADRO.
Te pasas varios días de ferretería en ferretería, porque no quieres un taladro cualquiera. Quieres que no sea caro, que tenga variedad de brocas y que pese poco. (Nótese aquí que no tengo ni idea de taladros).
Al final, tras recorrer muchas tiendas, das con el taladro perfecto. Te lo llevas a casa y cuelgas sin problema todos los cuadros. Cuando acabas lo guardas en el trastero.
Pero cuando pasan unos meses (o unos años, según tu Diógenes) te das cuenta de que no lo has vuelto a necesitar y lo tienes en el trastero cogiendo polvo. Así que decides venderlo en Wallapop. No te dan mucho dinero, pero al menos te lo quitas de en medio.
Sin embargo, pasan los meses y te da por hacer puzzles de 1.000 piezas. Te haces mayor, ya. El caso es que decides enmarcarlos, vas a colgarlos en la pared, orgulloso de cómo te han quedado. PERO NO TIENES TALADRO.
Te maldices por haberlo vendido, pero entonces descubres que ya no tienes que recorrer mil tiendas, porque sabes exactamente dónde lo compraste la otra vez. Así que vas directamente. Esta vez los cuadros no tienen que quedarse tirados a la espera, los cuelgas rapidísimo.
Y con las vacunas pasa lo mismo. ¿Para qué queremos unos anticuerpos que puede que no usemos ‘cogiendo polvo en el trastero’?
Ante el primer encuentro con el virus (o con la vacuna que imita al virus) generamos anticuerpos a mansalva. Pero con el tiempo decaen. Sin embargo, sí que se quedan otros componentes del sistema inmunitario, como las células de memoria.
Y estas son precisamente las que se encargan de poner todo en marcha rápidamente, para que en un futuro encuentro volvamos a generar anticuerpos, antes de que al virus le dé tiempo a hacer estragos.
No debemos preocuparnos porque los anticuerpos se vayan de nuestro trastero. Volverán cuando los necesitemos.
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