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Fotografía, aviación, curioso en general, mis opiniones son solo mías . No muchas cosas sino bien hechas.

Sep 7, 2021, 16 tweets

Hoy toca contar la historia de un avión único, bueno más bien el desastre del que nació. No es otro que el NB-36H, el avión atómico.

Los americanos andaban investigando el uso de la energía nuclear para la propulsión de sus bombarderos y de ese interés nació el NB-36H que portaba en su bodega un pequeño reactor nuclear de 1 megavatio y 16 Tn de peso.

Ese reactor no impulsaba al B-36 (esa tecnología aún no existía). El proyecto era simplemente para comprobar que el avion y su tripulación podían sobrevivir al lado de un reactor nuclear en funcionamiento.

El NB-36H realizó 215 horas de vuelo en 47 vuelos. Su reactor nuclear estuvo funcionando durante 89 horas en esos vuelos. Aunque demostró la validez del concepto (la tripulación vivió para contarlo), el programa fue suspendido fruto de los avances de los misiles ICBM.

¿ Pero de donde salió aquel B-36 ? Por partes. El B-36 se diseñó durante la WWII. Se hizo un requerimiento para un bombardero por si caía el Reino Unido. Debía ser capaz de ir y volver a Alemania desde bases fuera de Europa. Nacía el B-36 Peacemaker.

Finalmente los primeros B-36 entraron en servicio en junio de 1948 en la base de Carswell en Tejas. Para 1952 las dos terceras partes de la flota de B-36 estaban en Carswell.

El 1 de septiembre de 1952 hubo altas temperaturas y una gran humedad. A la hora de la cena una gran tormenta atravesó la base. Lo que siguió fue conocido como el desastre de Carswell. El anemómetro de la torre midió vientos de 140Km/h hasta que salió volando.

El personal de la base se refugió en los pocos edificios de ladrillo. Cuanto todo paso no podían creer el estado de la base. Los B-36 habían roto los cablea de anclaje y habían chocado unos con otros. Los techos de los hangares se habían convertido en proyectiles para los B-36.

Un B-36 había literalmente volado hasta estrellarse en un barranco cercano. Otro tenía casi seccionada la parte delantera del fuselaje.

Nada menos que 82( prácticamente todos) de los B-36 habían sufrido daños. Cuando amaneció al día siguiente el General Le May, jefe del SAC, tenía un plan. La capacidad de respuesta nuclear de la USAF estaba seriamente dañada.

Le May impuso turnos de trabajo las 24h. Un tercio de los B-36, los menos dañados, se arreglarían en la propia base, otro tercio en otra base con mayores talleres y repuestos, y otro tercio en la propia fábrica.

El 1º B-36 reparado regresó al servicio a la semana y otros 9 en las siguientes dos semanas. Al mes había 51 B-36 que estaban operativos tras un trabajo ininterrumpido de los equipos de mecánicos. El 11 de mayo de 1953 el último B-36 reparado volvía al servicio.

Pero no todos volverían a volar. El B-36 que había “volado” estaba tan dañado que fue empleado para comprobar los daños en pruebas atómicas. El que había resultado con su cabina casi aplastada necesitaba cambios profundos y la fabrica propuso a la USAF convertirlo en el NB-36H.

De aquel desastre nació el NB-36H que volaría 4 años más tarde. Aunque en su día se achacó el desastre a un tornado últimamente se cree que fue una micro rafaga, lo que viene siendo que una tormenta se desplome.

A raíz de este desastre la USAF preparó planes para en base a predicciones meteorológicas trasladar los aviones temporalmente a bases más seguras.

Y hasta aquí por hoy. Otro día os cuento las luchas con la Us Navy que provocó la entrada en servicio del Peacemaker.

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