Otra historia de comienzos duros y sacrificios. Comenzamos.
Edward Norton y James Norton llegaron a este mundo el mismo día en 1920. Eran hermanos gemelos, los más pequeños de un extensa familia. Fueron la encarnación del sueño americano en aquellos días. Nombrados a la vez chico más popular y hasta compartían mismo numero en el equipo
Eran inseparables y compartían la misma afición, la aviación. Siendo adolescentes consiguieron volar desde el aeródromo local convirtiéndose en héroes locales. Poco antes de comenzar la guerra se alistaron en el Army Air Corps. En 1942 obtuvieron sus alas.
Fueron enviados a Inglaterra como 2º Tenientes y destinados al nuevo 322nd Bomb Group. El 322º era un grupo de bombardeo medio equipado con los nuevos B-26 e integrado en la 8º Fuerza Aérea. Antes de entrar en combate las tripulaciones se instruyeron a conciencia.
Las tripulaciones practicaban vuelos rasantes a unos pocos metros de altura en unos aviones que no perdonaban errores. Los hermanos volaban como piloto y copiloto en el mismo avión.
El 14 de mayo de 1943 el 322º realizaría su primera misión de combate. Sería el bautismo de fuego para los B-26 en Europa. 12 aviones fueron enviados a un ataque rasante contra una planta hidroeléctrica en Holanda. Los gemelos Norton iban en uno de aquellos B-26.
La misión resultó ser un fracaso. El blanco estaba muy bien defendido y casi todos los aviones fueron dañados. Ninguna bomba dio en el blanco. Un B-26 dañado se estrelló al aterrizar muriendo un tripulante.
El mando aliado decidió repetir táctica y blanco solo tres días más tarde. No parecía una muy buena idea. Esta vez se envían 11 B-26 a la misma zona. Cuando se acercan al blanco un B-26 sufre un fallo eléctrico y regresa a base, el resto continua volando en dos grupos.
Esta vez la misión iba a ser un desastre. La zona del blanco había reforzado sus defensas. Los 2 primeros B-26 fueron derribados por fuego antiaéreo. Los dos siguientes B-26 chocaron en el aire estrellandose contra el suelo dañando un 3º B-26 que haría un aterrizaje forzoso.
De la segunda formación que les seguía aunque consiguieron lanzar sus bombas, 3 de ellos serían derribados por el fuego antiaéreo. Solo dos B-26 saldrían de la zona del blanco para ser derribados minutos más tarde por los Fw190 que les seguían.
De los 11 aviones que habían despegado, solo el que abortó la misión sobrevivió (posiblemente fue captado por el radar alemán al elevarse cuando regresaba). 60 hombres no regresarían aquel día a su base.
El B-26 de los hermanos Norton sería uno de los derribados por la antiaérea en la segunda formación. De los 6 tripulantes 3 conseguirían sobrevivir y serían capturados por un barco alemán.
El cuerpo sin vida de James Norton apareció unos días después en una playa holandesa y fue enterrado en un cementerio cercano. El cuerpo de su hermano nunca apareció.
Unos días más tarde otro B-26 del 322º se estrellaría cerca de su base practicando el vuelo a baja altura y muriendo toda su tripulación. La 8º fuerza aérea suspendió este tipo de ataques y los B-26 comenzaron a realizar misiones a media altura donde demostraron su valía.
La unidad se distinguió en sus ataques durante el Día D y las semanas posteriores.
Y hasta hubo aviones famosos en el 322º de los que ya os hablé .
Volviendo a los hermanos Norton, la noticia cayó como un mazo en la pequeña ciudad. Su padre no quiso repatriar el cuerpo de su hijo tras la guerra. Dijo que sus hijos no se habían separado ni un solo día en vida y quería que estuvieran lo más cerca posible tras ella.
Los gemelos Norton son recordados también donde nacieron, varias placas los recuerdan. La terminal del pequeño aeropuerto de la localidad esta dedicada a ellos.
Otra consecuencia de aquella misión es que el Army Air Corps prohibió volar a hermanos en la misma tripulación.
Y hasta aquí por hoy.
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