Ley de Weber (1905) nuestra percepción visual de un estímulo dado NO depende del nivel absoluto del estímulo, sino de su magnitud en relación con los niveles de fondo.
Si se comparan dos estímulos pequeños, basta una diferencia mínima para distinguirlos. Pero si son grandes deben ser muy distintos para darnos cuenta.
Se puede distinguir perfectamente la diferencia de una pesa de 100 gr de una de 120 pero NO entre una de 200 gr de una de 220.
A los viejos el TIEMPO les pasa volando. Aunque un año tiene siempre la misma duración, la relación entre lo que dura un año y el tiempo que llevas vivido es cada vez más pequeña.
Un período de seis meses preso se siente mucho más que uno de tres. Pero una pena de 20 años y tres meses NO se percibe mucho más que otra de 20 años.
Mientras que la mosca permanece inmóvil, el sapo no se mueve, pero tan pronto como la mosca se mueve (discontinuidad), el sapo la atrapa. Este patrón de comportamiento indica que el sapo detecta CAMBIOS rápidos en un estímulo visual más que el estímulo en sí.
Muchos sistemas biológicos se comportan de manera similar, no percibn solamente el estímulo, sino que detectan la tasa de CAMBIO en el estímulo. El sistema INMUNE es uno de ellos.
“Alicia: ¿Cuánto tiempo es para siempre? Conejo blanco: A veces, solo un segundo.” ― Lewis Carroll, Alice in Wonderland.
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