Guillermo Nicieza Profile picture
Medicina y Cirugía | Sanidad Militar | Historia Naval | Asturias/Madrid, España | RT≠Aprobación @Desdelatoldilla | 📚#Leonesdelmar🦁 #AnclasYBayonetas⚓️

Oct 15, 2021, 23 tweets

Con los debates de estos días sobre vela hoy les voy a contar algunas cosas curiosas sobre ello: los tipos de vela, cómo funciona cada una, cual ciñe mejor, cuántas y cuáles llevaba un navío y cosas básicas sobre su jarcia y maniobra. Y como ejemplo: un navío de 74 cañones.

Para ello vamos a empezar con un concepto importante: el aparejo. El aparejo es el conjunto de estructuras que permiten a la embarcación ponerse en movimiento aprovechando el viento. Lo podemos dividir en arboladura (palos, botavaras, vergas...), velamen (velas) y jarcia (cabos).

Dentro de la arboladura tenemos los mástiles más importantes que son: el palo mayor, trinquete, mesana y bauprés. Éstos están formados por el macho (parte baja), el mastelero (media) y el mastelerillo (alta). El de mesana además tiene su botavara y su pico de cangreja.

Los palos están atravesados por las vergas (horizontales), y el final de la verga se denomina penol. El macho, mastelero y mastelerillo suelen estar separados por las cofas, la más baja de mayor tamaño, y la superior más pequeña. Desde ellas se maniobraba parte de la jarcia.

Todo esto actuaría de esqueleto para sustentar las velas y para que una vez recogidas queden fijas. También permiten maniobrarlas mediante la jarcia sobre distintas partes del aparejo. Sin jarcia y con las velas recogidas, se asemejan a crucetas.

Por otro lado, el velamen estaría formado por los distintos tipos de velas, que clasificamos por su forma en velas cuadras (cuadradas o trapezoidales) o triangulares, pudiendo ser estas últimas además de cuchillo o latinas. Hay autores consideran latinas y de cuchillo sinónimos.

Sin embargo, realmente funcionan de forma algo distinta pero eso lo explicaré más tarde. La velas cuadras fueron posiblemente las primeras en aparecer y reciben distinto nombre según el palo donde vayan. Así tenemos (hacia arriba) vela mayor, gavia y juanete de mayor;

vela de trinquete, velacho y juanete de proa; sobremesana y periquito (o juanete de sobremesana), siendo accesorios los sobrejuanetes en los navíos de mayor porte y de forma tardía a finales del siglo XVIII. Se puede considerar la vela más estable para navegar, pero más compleja.

Esto es porque siempre presenta la misma cara al viento, la de barlovento, lo que ocurre por su disposición en el eje babor-estribor, de lado a lado. Al estar montada en una verga, es posible bracearla y llevarla a la amura de sotavento para cazarla y así ceñir viento.

Esta posición se beneficia de los principios aerodinámicos de la vela cuadra, parecido al ala de un avión por principio de Bernoulli, creando fuerzas de sustentación incluso cuando el viento es de través o de ceñida. Pero cuando mejor se navega es con viento por la aleta.

Sin embargo, aunque permite navegar de bolina, en zigzag, no es la mejor para ceñir viento ya que tiene limitaciones en el braceo a causa de la verga y los obenques del palo, así es raro amurarla más de 45º, lo que supone ceñir a 60º de ataque contraviento.

Pero su verdadera bondad es navegando en mar abierto, travesía atlántica y lejos de la costa, siendo muy estable en general y permitiendo navegar con solvencia con viento fuerte o flojo, e incluso en marejadillas. Es la vela más famosa y la mayoría de las velas de un navío.

La vela de cuchillo va montada en el eje de crujía, popa-proa, lo que la hace perfecta para ceñir viento al presentar dos caras al viento, alternativamente a barlovento y sotavento. Esto implica que no es necesario maniobrarla, sino que ella misma se sitúa para cazar viento.

Esto la hace la mejor ceñidora, y además, necesita pocos hombres para su maniobra. Las clásicas de cuchillo son los foques, estayes y cangrejas, también las escandalosas. Los barcos que llevan estas velas suelen ser muy rápidos y maniobreros, como la goleta.

Los foques y los estayes suele ir montados en sus propios nervios, es decir, no tienen vergas ni palos, lo que determina presentar ambas caras. La cangreja en cambio suele tener su botavara móvil y su pico de cangreja. Muy cazadas, en la crujía, puede ceñir casi a rabiar.

La vela latina es de las más antiguas, y es propiamente de la navegación de cabotaje y mediterránea, o fluvial, donde es realmente apta. No así en mar abierto, pues es menos estable. Aquí es donde vienen muchas confusiones al considerar igual la latina tradicional con la actual.

La latina tradicional va montada en una percha, que viene a ser una verga atravesada y en sentido variable. En cambio, las actuales tipo Bermuda, Marconi y similares no tienen percha, sino que se montan en botavaras o en nervios. Realmente éstas funcionan como las de cuchillo.

La latina tradicional en ese sentido ciñe aceptablemente pero siempre y cuando se pueda cazar mucho, lo que no siempre es posible. Si esto no ocurre flamea o incluso embolsa en sentido contrario, lo que detiene el barco. No es la que mejores fuerzas de sustentación hace.

La latina realmente es útil porque es de maniobra muy sencilla, se caza a sotavento, y requiere poca experiencia y hombres para maniobrarla, casi la mitad que para una vela cuadra. Además, viento a favor es muy rápida. El problema viene cuando se quieren hacer bordadas.

Porque con bordadas cortas o repiquetes requiere mucha maniobra para cambiarla de posición, y además para virar casi siempre obliga a hacerlo en redondo, trasluchando. Aquí es donde pierde eficacia con respecto a la vela cuadra y la de cuchillo, que bolinean y viran bien.

De hecho, este tipo de latina quedó relegada a navegación fluvial, de costa y pesca. Ocurrió cuando la latina de mesana comenzó a ser desplazada por la cangreja a finales del siglo XVIII. Al añadirse foques y estayes las latinas ya no se usaron en navegación en alta mar.

Por otra parte, ya que la vela de cuchillo es la más moderna, es la que presentan la mayoría de veleros de navegación ociosa o deportiva, sobre todo con aparejos tipo Marconi o Génova, donde se apareja mayor con foque/tormentín. La razón: maniobra sencilla y con poca dotación.

Otro día explicaré la anatomía propia de la vela y la jarcia más compleja de maniobra junto con maniobras sencillas.

Para el hilo me baso bastante en la obra de Jorge Juan donde expone esto.

Casi todas las láminas son de Carlos Parrilla

Gracias por leer.

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