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Ego sum @nestormarques 📚La Roma de Constantino 📺 El Condensador de Fluzo | 12 años divulgando la cultura romana

Oct 24, 2021, 58 tweets

Un pequeño terremoto se acaba de sentir en Pompeya. Nadie se ha alarmado, la población de la zona está acostumbrada a soportarlos cada cierto tiempo sin conocer bien su origen y naturaleza.

Pero hoy los hados tienen reservado algo diferente.

Comienza el desastre… #HiloRomano

Para los que vivís esta retransmisión por primera vez, os recuerdo que tendremos varios días de hilos dedicados a diversos detalles de la erupción que destruyó Pompeya y las ciudades vesubianas en el año 79 d. C.

En el primero intentaremos recrear en tiempo real la erupción.

Y para los que ya sois fieles seguidores, atentos porque este año traigo varias novedades exclusivas directamente desde Pompeya.

En colaboración con el Parco Archeologico di Pompei (@pompeii_sites), os voy a llevar a algunos lugares que muy poca gente ha podido visitar...

Aunque la fecha no es segura (info más adelante), probablemente hoy en el 79 d. C. el monte Vesubio entró en erupción arrasando Pompeya y otras ciudades como Herculano, Oplontis o Stabia, así como cientos de villas y zonas de trabajo agrícola e industrial de la bahía de Nápoles.

Plinio el joven, junto a su tío, Cayo Plinio Secundo –más conocido como Plinio el viejo–, acaba de oír una tremenda explosión al otro lado de la bahía.

Desde Miseno el joven tendrá una visión excepcional de la tragedia, que transmitirá años después por escrito.

Según nos cuenta Plinio, hacia la hora séptima –más o menos entre las 13 y las 14h–, el Vesubio ha entrado en erupción.

La gigantesca columna de humo, ceniza y gases asciende ya imparable hasta alcanzar más de 15 km de altura en el cielo.

Los ciudadanos de Pompeya están viendo ya la gran columna de humo que brota del monte, pero no pueden imaginar todavía la fuerza mortal que la acompañará muy pronto...

El viento arrastra la nube de gas y ceniza hacia Pompeya ocultando el sol por completo y sumergiendo la ciudad en la más oscura y larga de las noches.

Sus calles tardarán siglos en volver a ver la luz.

Plinio el Viejo, desde Miseno, ha quedado fascinado por columna de humo del Vesubio. Para un gran naturalista como él, ese desconocido e impresionante espectáculo de la naturaleza es digno de contemplar y estudiar.

Comienza a llover sobre Pompeya ligera piedra pómez acompañada de peligrosas rocas mucho más densas del interior del Volcán, que caen sobre la ciudad con una fuerza devastadora.

Sobre toda la ciudad se va acumulando una capa de lapilli –rocas volcánicas de pequeño tamaño–.

Miles de personas ya tratan de huir de la ciudad de Pompeya bajo la nube de ceniza que expulsa el Vesubio, mientras se cierne sobre ellos un completo caos nocturno.

Los ciudadanos huyen despavoridos; creen ver gigantes terroríficos en la columna de humo del Vesubio.

Algunos levantan sus manos hacia los dioses, suplicando para expiar aquel terrible prodigio.

Otros piensan que ya no hay dioses y que ha llegado la noche eterna para el mundo.

Algunos esclavos, ante la confusión reinante, comienzan a desertar por miedo aun sabiendo que, si son capturados, lo más seguro es que se les castigue con una fuerte reprimenda física o incluso con la muerte.

Entre las ruinas de Pompeya se han encontrado diversos cuerpos de esclavos que murieron en la erupción y que conservan todavía los grilletes de hierro fijados a sus tobillos.

Las puertas de Pompeya, especialmente la marina y la estabiana, hacia el sur, se encuentran ya colapsadas ante la avalancha de gente que huye despavorida

Muchos ciudadanos han tardado en darse cuenta del auténtico poder destructivo que se acerca y ahora pagan las consecuencias.

El Vesubio, implacable, ya ha lanzado más de cien millones de toneladas de ceniza y piedra pómez sobre Pompeya y sus alrededores. Las calles de la ciudad comienzan a estar cubiertas por una densa capa de escombros volcánicos...

Las piedras acumuladas en los tejados comienzan a amenazar la integridad de los edificios y la de quienes se refugian en ellos. Pronto dejarán de ser un lugar seguro para muchos pompeyanos que se niegan a abandonar sus casas.

Muchos se refugian en el interior para rezar. En su concepción, nos encontramos ante un prodigium, un desastre natural que envían los dioses para demostrar que la pax deorum se ha roto.

¿Qué habían hecho mal? ¿Sería el emperador Tito el culpable de desatar la ira de los dioses?

El día se torna en noche y la luz en oscuridad. En estos momentos la visibilidad es prácticamente nula en Pompeya. Las únicas luces que pueden verse son las de las antorchas de aquellos que tratan de huir de una muerte segura y los rayos que iluminan el negro cielo.

Mientras se prepara para salir a explorar, Plinio el Viejo es informado de la magnitud de la catástrofe por un mensajero que trae una carta desesperada de su amiga Rectina, esposa de Tasco.

Plinio el Viejo abandona la idea de su viaje de exploración naturalista para dejar paso a una misión de rescate en su papel como almirante de la flota militar de Miseno.

Plinio el Viejo zarpa con su flota pasando sin detenerse –a causa de la mala mar– por una ciudad que hasta ese momento se ha librado prácticamente de la lluvia de escombros volcánicos: Herculano…

Ante la complicada situación del mar, antes de llegar a Pompeya, Plinio decide dirigirse hacia la pequeña ciudad de Estabia, un poco más alejada del Vesubio, prácticamente al fondo de la bahía. Allí podrá desembarcar sin tantos problemas.

Las calles de Pompeya están ya desiertas y cubiertas por una capa de más de un metro de escombros volcánicos que hace prácticamente imposible caminar a través de ellas.

Muchos pompeyanos que siguen refugiados en sus casas ven impotentes como los tejados comienzan a derrumbarse, matando a cientos que se creían seguros en sus hogares.

Las puertas de algunas casas de Pompeya –como esta de la casa del Efebo, I.7.11– se han encontrado intactas todavía atrancadas para evitar que nadie pudiera entrar a robar mientras sus dueños huían o, en otros casos, para protegerse mientras se refugiaban en el interior.

La piedra pómez y la ceniza hacen que el ambiente esté cada vez más seco, provocando problemas respiratorios a quienes continúan en Pompeya. Muchos terminarán por asfixiarse, sufriendo muertes lentas y dolorosas.

Una parte de lo que conocemos del momento de la erupción ha llegado hasta nosotros gracias a las cartas que Plinio el joven le escribió al historiador Tácito años después del suceso. De ellas se conservan varias copias de copias transcritas durante la Edad Media.

Erupciones tan violentas como la de Pompeya se conocen como "plinianas" en honor a Plinio el joven que las describió por primera vez. Hasta 1883, cuando sucedió la erupción pliniana de Krakatoa, los científicos pensaban que la descripción de Plinio había sido exagerada.

Al comienzo del hilo os he comentado que la fecha de la erupción no es completamente segura, a pesar de que la tradición la estableció el 24 de agosto.

En este video en directo os muestro todas las evidencias que apuntan al 24 de octubre.

También os dejo por aquí otro #HiloRomano en el que os hablé de este tema.

Las evidencias arqueológicas que desmienten la fecha tradicional de la erupción el 24 de agosto al descubierto.

Y este año, además, os traigo un nuevo video grabado en la llamada Casa con Jardín, en las excavaciones más recientes de la Regio V de Pompeya.

En ella, en 2018 apareció un grafito de carboncillo que porta una fecha muy clarificadora...
📺

Plinio, ya en Estabia, se ha refugiado de la lluvia de ceniza en casa de Pomponiano, un amigo que tiene una villa en la ciudad. Allí pasará la noche, la misión de rescate se reanudará mañana.

Después de una calma relativa, el Vesubio comienza ahora a desatar de nuevo su furia escupiendo fuego por su cráter, como si la puerta del inframundo se hubiera abierto.

El viento cambia de rumbo y el flujo piroclástico comienza a descender a toda velocidad en dirección a la ciudad de Herculano que hasta ahora se había salvado de la catástrofe.

Muchos herculanenses se han refugiado bajo las bóvedas de hormigón del puerto junto a la playa para resguardarse mientras esperan a ser rescatados por mar. Piensan que están seguros, pero todo cambiará en unos instantes...

La nube piroclástica, que viaja a más de 200 km/h y está a más de 500 ºC, mata a las más de trescientas personas que se resguardan en la playa de Herculano. Hombres, mujeres y niños quedan congelados en el tiempo para siempre.

Hace solo unos días, al límite de la zona excavada de la playa de Herculano, ha sido hallado el cuerpo de otra de las personas que murieron aquella noche. Fue arrastrada (podría ser una mujer, aunque todavía es pronto para saberlo) por la oleada de flujo piroclástico.

Los herculanenses que esperaban ser rescatados en la playa murieron carbonizados de forma instantánea por la nube piroclástica del Vesubio. El choque térmico fue tan intenso que sus tejidos blandos se desintegraron al instante.

Recientemente se ha encontrado incluso un fragmento de cerebro vitrificado por la enorme temperatura en el que se han podido individualizar las neuronas conservadas.

Pertenecería tal vez al portero del collegium de los sacerdotes augustales. Todavía está tumbado en su cama.

Este es el aspecto que tiene hoy en día el interior de las bóvedas en los muelles del puerto de Herculano. Durante su excavación se hallaron más de trescientos de cuerpos entre las bóvedas y la zona de la playa, todos cubiertos por 26 metros de escombros volcánicos.

Toda la ciudad de Herculano quedó enterrada bajo 26 metros de escombros volcánicos en un solo instante. Nadie volvió a saber nada de ella hasta 1500 años después.

Con la ciudad de Herculano ya completamente borrada del mapa, me despido hasta las 7 de la mañana mientras el Vesubio sigue expulsando millones de toneladas de escombros volcánicos sobre la bahía.

Lo peor está todavía por llegar...

Tras una noche de relativa calma, un gran terremoto se siente en toda la bahía de Nápoles y otra oleada de flujo piroclástico emerge del volcán, esta vez va directa hacia Pompeya.

La nube volcánica pierde fuerza al acercarse a Pompeya y no llega a cubrir la ciudad, pero los gases tóxicos avanzan, asfixiando a cientos de personas que todavía se refugian en sus casas.

Algunos pompeyanos, todavía vivos, deciden ahora intentar huir de la ciudad en un ambiente cargado de gas tóxico y ceniza. Pocos lo conseguirán. Es demasiado tarde y su destino está sellado.

Una tercera nube piroclástica de gas y roca incandescente llega a Pompeya arrasando la ciudad y matando a todos los pompeyanos que aún están vivos. Pompeya quedará sepultada y olvidada durante más de mil quinientos años.

Pompeya fue enterrada bajo cinco metros de piedra y ceniza. Herculano bajo 26 metros de escombros volcánicos. Por ello el potencial en la conservación de Herculano de cara a su futuro descubrimiento –se ha excavado un 25%– es todavía más espectacular.

Plinio, ya en la playa, siempre aquejado de problemas respiratorios, cae fulminado por los gases tóxicos de la nube volcánica. Su cuerpo es hallado al día siguiente.

Fue testigo de excepción de una de las catástrofes naturales más impresionantes del mundo antiguo.

Varios miles de personas que se han quedado en los alrededores de la bahía, muchas en las vías de salida de las ciudades, mueren al extenderse la nube tóxica y la ceniza volcánica.

En Roma ya se ve la nube de humo y ceniza y muchos piensan que la tierra se está volviendo del revés y que el sol se está apagando para siempre.

La noche eterna de la que el mundo ya nunca saldría.

Ante las noticias de la erupción del Vesubio, el emperador Tito ordena enviar ayuda a las ciudades afectadas de la bahía de Nápoles sin conocer realmente la magnitud del desastre.

Muchos llegarán a pensar que aquel desastre es un aviso claro de Júpiter. El emperador Tito ya no tiene legitimidad para continuar gobernando. El gran incendio de Roma del año 80 afianzará aún más la idea y la prematura muerte del emperador en el año 81, confirmará las sospechas.

La misión de rescate consiguió recuperar algunos cadáveres, estatuas y otros objetos sagrados de la zona sur de Pompeya, principalmente el Foro, que había quedado menos enterrado por encontrarse más lejos del Vesubio.

Al ver el nivel de devastación, la misión de rescate fue abortada definitivamente, abandonando los restos de las ciudades a su suerte. La zona quedó para siempre enterrada y olvidada.

De las 20.000 personas que vivían en Pompeya se han hallado más de 1.100 cuerpos. Se cree que murieron más de 5.000 personas. Las ciudades de Pompeya y Herculano nunca más volvieron a reconstruirse ni habitarse después de la erupción del Vesubio del 79 d. C.

Hasta aquí este primer #HiloRomano sobre la erupción del Vesubio en el año 79.

Gracias a los más de 3.000 nuevos amantes de la antigua Roma que os habéis unido en las últimas horas.

En los próximos días seguiré hablando de este tema con más detalles y curiosidades históricas.

Aprovecho para recordaros que en mi nuevo libro ¡Que los dioses nos ayuden! aparece reflejada la religiosidad doméstica romana, de la que tanto sabemos gracias a los hallazgos de la ciudad de Pompeya.
Su terrible desgracia es nuestro gran tesoro.
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