Tal día como hoy, 22 de noviembre de 1617, frente a la costa de Ragusa, la flota del almirante Francisco de Rivera, de 15 galeones y algunas galeras, se medía y derrotaba a una flota veneciana de 18 galeones, 34 galeras y 6 galeazas. Los venecianos tuvieron 4.000 bajas.
Venecia había prohibido la navegación a España en aquellas aguas, por el apoyo de ésta a los corsarios croatas. La flota española había partido por orden del duque de Osuna, virrey de Nápoles de Brindisi con el objetivo de expulsara la escuadra veneciana de la zona.
Una vez localizada la formación enemiga, en media luna, el almirante Rivera ordenó a sus naves poner la proa hacia los venecianos. El galeón de 46 cañones Nuestra Señora de la Concepción cruzó la línea veneciana y rompió su formación, haciendo fuego contra hasta 7 galeones.
Esto provocó que las galeras y galeazas venecianas se desordenaran y al acudir el resto de la escuadra española sufrieron un grave castigo de la artillería de los galeones de Rivera. Así, 4 galeras se hundieron frente al potente fuego del galeón San Marcos.
Sin embargo, tras más de 14 horas de combates de artillería donde los españoles fueron muy superiores, los venecianos huyeron con grandes bajas, sin poder ser perseguidos ni abordados por el temporal que se produjo. Los españoles se retiraron a Brindisi con 300 bajas.
Los venecianos en su travesía hasta Manfredonia, perdieron otras 13 de sus galeras y 1 galeaza, sumando otros 2.000 hombres más a los muertos. En la batalla de Ragusa, se puso de manifiesto que en el siglo XVII la escuadra española todavía tenía mucho que decir.
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