En 1800, cuando todo El Ferrol se encontraba festejando la onomástica de la reina María Luisa, el teniente general Moreno de Mondragón abandonó los festejos para ir a caballo hasta la playa de Doniños y verificar una información de alarma. Y acertó: había comenzado una invasión.
Una flota de 100 velas francesas había aparecido en el horizonte esa mañana, y el vigía del Monteventoso había dado la voz de alarma. Sumidos en las festividades, el teniente general Francisco de Melgarejo había reunido a sus oficiales, que no le dieron mayor importancia al hecho
La razón era que esa zona era habitual de tránsito de flotas aliadas francesas en dirección a las Indias Occidentales, sobre todo las Antillas, y al Mediterráneo, a su basa de Tolón. Sin embargo, hubo una información que no cuadró a Moreno: la flota llevaba botes en los pescantes
Este detalle puede parecer baladí, pero da mucha información ya que normalmente en travesías largas las lanchas y botes se estibaban en el foso del combés y no los pescantes. Esto implicaba que los navíos tenían la intención de realizar algún desembarco.
Moreno de Mondragón, reunió a sus oficiales y cabalgó hacia el Monteventoso para confirmar las informaciones del vigía y cuando llegó vio a una avanzadilla inglesa desembarcando a cerca de 10.000 hombres en las playas de Doniños y San Jorge. La escuadra enemiga batía las defensas
Entonces el oficial español cabalgó hasta su navío insignia, el Real Carlos, y desde allí organizó las primeras medidas para defender la ría del Ferrol de la invasión inglesa, desembarcando a 500 infantes de Marina bajo mando del capitán de navío Ramón Topete.
Curiosamente, el hijo de éste, Juan Bautista Topete era guardiamarina en la misma flota. Al poco tiempo, el teniente general Melgarejo y el mariscal de campo Donadío eran informados por un mensajero de Moreno sobre la situación. Con esto comenzó una heroica resistencia.
Finalmente, se lograron reunir a cerca de 3.000 hombres entre infantes, marineros, soldados, milicianos y paisanos ferrolanos, y dos días más tarde, con cerca de 1.500 bajas (80 según ellos) los ingleses se vieron obligados a reembarcar. Las medidas de Moreno fueron cruciales.
Bibliografía:
Escrigas, G. (1969). Ferrol heroico. Coruña: Ed. Moret.
Moreno, J. (2003). Historia y descripción de la ciudad y departamento naval de Ferrol. Ferrol: Ed. Embora.
Láminas:
José María Bueno
Angus McBride
y otras.
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