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Eme
Extremadamente sensible a la vida. Yonkigitana del Arte. Me ves en @cabildomuchodxt . Me lees en @elconfidencial.Te enseño Sevilla. Me tropiezo, aprendo y vivo.

Feb 26, 2022, 15 tweets

Un viernes me calcé mis botas de andurreo y me fui a la judería. Si los zapatos tuvieran revisiones como los coches, los míos se habrían pasado la suya algunos cientos de kilómetros. Pocas cosas hago mejor que andar.

Estrecheces, adarves, patios con vergeles y fuentes, traqueteo de maletas, algún turista desorientado, pensiones, un gato. Los gatos son los únicos sevillanos a los que todavía no han echado del centro.
Huí de Santa Cruz y me fui a San Bartolomé.

La judería de Sevilla era una de las tres más grandes de Castilla. La calle principal era Santa María La Blanca hasta San José, donde se situaba el mercado. Aún se conservan nombres que recuerdan los oficios de quienes habitaron esta zona: Curtidores, Refinadores, etc.

Hay huellas deslabazadas que nos sisean a través del tiempo.
Las llaves que se conservan en el tesoro de la Catedral y que entregaron musulmanes y judíos al rey Fernando III el 22 de diciembre de 1248.
"El Rey de los reyes abrirá, el Rey de la Tierra entrará".

En la calle Verde, verde viento, verdes ramas, la Historia parece salir al encuentro de quien quiere escucharla.
Entre casas, palacios y hoteles, hay voces que nos cuentan su historia para que no la borremos.

Había un arcediano de Écija, Ferrán Martínez, culpando a los judíos de todos los males de la ciudad. Tiesura máxima, epidemias, crisis derivada del conflicto entre Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara, etc.

Con la cabeza como un bombo, la barriga llena de odio y menos de dos dedos de frente, el 6 de junio de 1391, los que se habían dejado incendiar por el sujeto arcediano, asaltan la judería.
Sangre, fuego, muerte.
Devastación.

Ya he perdido de vista al último turista en arrastrar su maleta por esta calle.
Estoy sola. Aquí ocurrió.
Hace seiscientos años. Se me eriza la piel.
La judería quedó devastada casi en su totalidad.

Se salvaron las sinagogas, podían convertirse al culto católico.
Santa María la Blanca, San Bartolomé, Santa Cruz y Madre de Dios.

Más arriba, en San Isidoro, en lo que yo llamo la acrópolis sevillana, hay un Crucificado del siglo XIV. Es el Cristo de los Maestres.
Una leyenda cuenta que, mientras la judería se cubría de muerte, las llagas del Crucificado empezaron a sangrar.

Desde entonces se le conocería como Cristo de la Sangre.

No me voy de la calle Verde sin asomarme al patio de la Casa de los Padilla.
Arcos renacentistas, mosaicos de colores, fuentes y un vergel.
Hoy forma parte del entramado hotelero de 'Las casas de la judería'.
Quien pueda darse el capricho de alojarse, que no lo dude.

Calle Céspedes, Archeros, Alegría.
Y Levíes. Y el Palacio de los Mañara. Donde nació el filántropo que fundaría la Santa Caridad de la calle Temprado.
De origen islámico, pasaría después a levantarse un edificio mudéjar y, tras él, el actual.
Hoy está ocupado por la @CulturaAND

Por la calle Vidrio me alejé de la judería, buscando otra historia que añadir a la autobiografía que escribo en la suela de mis zapatos .
Pero eso os lo cuento otro día.

@carlos_pastor_c, muy amablemente, me cedió algunas de las fotos del hilo.
Otras son mías.
Y el resto, de la wiki.

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