Alberto Corona Profile picture
En @CINEMANIA_ES, @AnaitGames, @eldiarioCultura y @Choquejuergas. Escribí 'La otra Disney'. Contacto: alcrown9292@gmail.com

Mar 13, 2022, 38 tweets

Como no podía ser de otro modo, #Red me ha fascinado. No solo es un triunfo de Pixar, sino que también creo que es su propuesta más redonda desde ‘Del revés’ (de la que ya han pasado 7 años) y un paso adelante para el estudio a todos los niveles.

Hilo va explicando por qué

Quienes me conocen sabrán que llevo tiempo contemplando la trayectoria de Pixar con escepticismo, convencido de que Walt Disney Animation le tomó la delantera más o menos a partir de ‘Frozen’. Porque lo percibía como un estudio acomplejado, incapaz de prosperar creativamente

En la última década Pixar ha sido incapaz de sobreponerse a dos circunstancias en conflicto. Una, la absorción de Disney y la directriz de exprimir fenómenos a toda costa. El efecto ‘Cars’, que más allá de las ochenta secuelas de ‘Toy Story’ pronto nos llevará a... ‘Lightyear’

Dos, la conciencia de encabezar la animación mundial, espoleada por el aplauso crítico y canalizada a través de una filosofía empresarial algo embarazosa, según la cual si hablamos de Pixar hablamos de entornos familiares donde la felicidad (y la fertilidad) es una exigencia

De esta conciencia proviene la ansiedad por argumentos cada vez más enrevesados, propensos al aplauso intelectualista, que convierten en libro de estilo chistes recurrentes como “Pixar siempre nos hace llorar” o aquel adagio de “¿qué pasaría si x cosa tuviera sentimientos?”

Las consecuencias del choque entre fábrica de churros/fábrica de movidas que nos trascenderán han sido, sobre todo, de índole visual.

También han dado pie de vez en cuando a indigestiones dramáticas como ‘Soul’, pero sobre todo han llevado a… eso, películas sosas. Planas

Las inercias del 3D han permitido un avance progresivo de la técnica, pero el escenario donde debía desarrollarse estaba tan encorsetado que, durante un tiempo, Pixar no ha ido mucho más allá de un uso de la luz crecientemente elaborado, luchando con los límites del hiperrealismo

Por supuesto con excepciones (ciertos compases de ‘Soul’ o de ‘Coco’ a nivel de worldbuilding), y sin embargo el resultado general ha sido películas de argumentos previsibles donde es cada vez más evidente el uso de una plantilla, con un envoltorio formal muy muy conservador

Y entonces llegó ‘Red’.

‘Red’ ha logrado dejar atrás buena parte de todos estos defectos y limitaciones. Merece la pena indagar en cómo lo ha hecho

Un elemento vital es, claro, la animación. ‘Red’ se distancia enormemente de Pixars previos, porque pese a que la afluencia de texturas y juegos de luces es tan exquisita como siempre, aquí están puestos al servicio de una propuesta muy específica, y muy poco propia de Pixar

Acaso consciente de que su modelo no daba más de sí, por primera vez la lupa ha mirado alrededor, prestando atención a posibles mutaciones del medio con la certeza de que los días de estar a la vanguardia terminaron. De que ahora lidia con un entorno con mucha más competencia

Mientras la ambición conceptual de Pixar le llevaba a un callejón sin salida, DreamWorks e Illumination mimaban al público infantil con entretenimientos acaso desaliñados, pero de un lenguaje franco y directo.

Y Sony Animation, directamente, obraba una revolución animada

'Spiderverse', y luego ‘Los Mitchell contra las máquinas’, partían de la base de que el 3D, por mucho que evolucione, tiene unas limitaciones que las dos dimensiones nunca tuvieron. De ahí que quisieran apostar por una hibridación, no solo de dimensiones en sí sino de lenguajes

‘Spider-Man’ con el viñetado y el legado de los cómics. ‘Los Mitchell’ tratando de emular los ritmos de las nuevas redes sociales, combinándolos con las posibilidades de la subjetividad de su memorable protagonista: Katie, cuya mirada de exuberante inquietud condicionaba el film

De Katie hay que ir directamente a Meilin Lee, protagonista de ‘Red’ y quizá el personajes más deslumbrante con el que me he topado nunca en el audiovisual. Más allá de su acertadísimo diseño y la construcción de su carácter, simplemente por cómo se mueve. Y cómo afecta al film

Mei no es solo hiperexpresiva (algo que le viene bien a los temas que trata la película) sino que es su mirada y actitud la que propulsa el comportamiento visual de ‘Red’. Sus personajes solo pueden existir en un medio animado, histéricos, obsesionados con el movimiento

‘Red’ nace de un momento de la animación USA donde la sofisticación de las tres dimensiones ha de dar paso forzosamente a un renovado entusiasmo por la animación COMO CONCEPTO.

Hay una escena de cierto poder meta al inicio del film, cuando Mei se pone a dibujar a Devon

De pronto a Mei le da un arrebato y sigue dibujando de forma enloquecida, destacando músculos e incluyéndose entre los brazos de su creación.

Le espolea la floreciente libido, vale, pero también podría ser el entusiasmo de descubrir que no hay límites para lo que puede dibujar

Porque la mirada de Mei es, y esto nos lleva a otro elemento básico de ‘Red’, la de la directora: Domee Shi. ‘Red’ es una película de evidentes tintes autobiográficos (el simple hecho de que se ambiente específicamente en 2002), marcada por una visión artística potentísima

Todos conocimos a Shi por ‘Bao’, aquel corto que hacía buena a ‘Los increíbles 2’.

‘Bao’ era muy original. Tomaba decisiones arriesgadas, como un diseño de los personajes tirando a feísta, o una escena tan grotesca como aquella de la madre comiéndose a su hijo-bao

‘Bao’ era estrafalario. También lo era un corto no tan valorado, ‘Sanjay’s Super Team’, cercano a ‘Bao’ por venir ambos desarrollados desde identidades ajenas a la estadounidense. Ambos invocaban referencias alternativas que lograban algo realmente genuino

Por supuesto que esta es una de las claves por las que ‘Red’ es tan maravillosa y fresquita: no solo ha venido dirigida por una mujer (el primer Pixar que lo hace, tristemente), sino que además es una mujer racializada.

La importancia de ello se percibe a cada instante de ‘Red’

Pero sigamos con ‘Bao’. Su historia, en torno a una madre con síndrome de nido vacío, estaba muy vista sobre el papel, pero tirando de alegoría y del imaginario chino (Shi es una inmigrante china que se mudó a Canadá con dos años), nos topábamos con algo bastante inédito

La jugada es similar en ‘Red’, a mayor escala. Shi recrea la pubertad de una niña cualquiera desde un prisma rabiosamente femenino, y además enhebra ese prisma con la figura del panda rojo, que concentra todas las confusiones de la adolescencia incipiente

Es probable que guste más ‘Red’ que ‘Bao’, pero al igual que pasaba en su ópera prima Shi no se limita a reflexionar desde su alegoría, sino que prefiere “expandirla”. Llevarla a escenarios imprevistos que conducen a cierta sensación de dispersión cercano el clímax

(¿Ligero spoiler?) El devenir de la relación familiar conduce a un tercer acto excesivo a todas luces, donde Shi coquetea con la idea del kaiju como expresión de los traumas internos, estilo Vigalondo en ‘Colossal’.

No es gratuito, pues se relaciona igualmente con la animación

Shi ha concebido ‘Red’ como un homenaje a su infancia desde todos los ámbitos, puliendo un estilo que amalgama todo aquello que le estimuló entonces, las referencias que siempre le han acompañado. El guiño a Godzilla es anecdótico, pero no lo es en absoluto el asunto del anime

De hecho, es gracias a él que la animación de ‘Red’ es tan revolucionaria. Aunque hay cosas que no me convencen como el uso de las expresiones típicas del medio (despachadas a veces como filtros alargados de Instagram), si todo es tan potente es claramente gracias a dicho influjo

Y a nivel, digamos, teórico, es intachable. ‘Red’ recurre al anime consciente de lo bien que puede aprovechar sus resonancias para fortalecer la expresividad de sus personajes, pero también recurre a él porque Shi lo adora, y lo considera una parte importante de su identidad

La deformación de la realidad según la emoción que se sienta, las panorámicas de Toronto, la disposición festiva de personajes en pantalla… ‘Red’ muestra una comprensión genial no tanto del anime en sí, como de qué es lo que puede coger de él para ayudar a Shi a expresarse

‘Red’ dirige la mirada a la geografía asiática (en concreto a la cultura china, tan básica en su entorno familiar) y amplía lo que ya quiso hacer la estimable ‘Más allá de la luna’, donde también asistíamos a una explosión de color, maridajes con dos dimensiones y pop pegajoso

Volvemos a lo de antes. ‘Red’ es una película que observa atenta alrededor, comprometida a sacar a Pixar de su encrucijada. Sin duda no se libra de la temida plantilla al volver sobre esa búsqueda de la autoaceptación que lleva tratando por lo menos desde ‘Del revés’...

... pero se las apaña para haya tantos elementos estimulantes que dé igual. El arco de Mei (acepta las partes más desagradables de ti, sea la tristeza o un panda rojo) se alinea estupendamente con el rito de paso de la pubertad. Tan bien como lo hace… el conflicto generacional

Puedes pensar en ‘Lady Bird', pero sobre todo puedes pensar en el díptico ‘Lejos del árbol/Encanto’, que Disney estrenó el año pasado. También, por salirnos un poco de USA, podemos pensar en ‘Mirai’ de Hosoda, en tanto a la conveniencia de ponernos en el lugar de nuestros padres

El conflicto generacional le propina un peso extra a ‘Red’, cuando aún sin tenerlo la película ya tendría una solidez incombustible. Porque es tan honesta la mirada de Shi, tan preocupada por lo particular, que triunfa plenamente y alcanza una cumbre, diría yo, histórica

Creo que nunca me había encontrado un retrato tan bello de la amistad femenina, de una energía tan arrebatada. Y lo mejor de todo es que la animación, con todos los rasgos y procesos enumerados, no obedece a otra cosa que intensificar los sentimientos de sus personajes

Mei. Miriam. Priya. Abby. Verles moverse, hablar, emocionarse, es hipnótico, y a mí particularmente me ha provocado una felicidad inabarcable, que me hará volver una y otra y otra vez a ‘Red’ en el futuro

Revisiones que acumularé con gusto sabiendo no solo que es una rotunda obra maestra del cine de animación, sino también una muestra perfecta de por qué amamos este tipo de cine, y de sus posibilidades infinitas

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