Por la Grecia de Zeus Profile picture
Proyecto llevado a cabo por dos helenófilos para divulgar, pero, sobre todo, disfrutar con la Mitología Clásica.

Mar 28, 2022, 17 tweets

¿Sabíais que la mismísima Afrodita también cayó involuntariamente en las redes del amor?
ABRIMOS HILO 👇

Acostumbraba Afrodita a ser la culpable de los enamoramientos entre dioses y mortales, mas en una ocasión le tocó a ella ser la inocente víctima de un embrujo divino.

Pues Zeus, padre de todos, y quizá el mayor afectado de los habituales tejemanejes de Afrodita, infundió en ella el ánimo de unirse a un varón mortal.

Se trataba de Anquises, un apuesto pastor troyano que habitaba en las cercanías del monte Ida. Nada más verlo, Afrodita se enamoró perdidamente de él.

Y el ardiente deseo hizo que la diosa se presentase ante aquel mortal disfrazada de virginal doncella, pues no quería espantar al pastor con su divina apariencia. Pero tan bella era, a pesar del artificio, que obnubiló al joven Anquises.

«Salve, Señora. Sea bienvenida a estas moradas. Tal belleza no lleva a engaño, sin duda me encuentro delante de una de las diosas del Olimpo. ¿Ártemis la cazadora? ¿la áurea Afrodita? ¿quizá Atenea de ojos glaucos?...

… O tal vez se trate de una gracia o ninfa. En todo caso construiré un altar y celebraré en su honor hermosos sacrificios.»

A pesar de ser descubierta, la diosa del amor negó la mayor, identificándose como una simple princesa, hija del frigio Otreo.

«Secuestrada por Hermes vine a parar a Troya. El dios me aseguró que de un tal Anquises me convertiría en esposa legítima y pariría espléndidos hijos.»

A continuación Afrodita inundó de planes de boda la cabeza del pastor. Instó a Anquises a presentarle con la mayor celeridad a padres y hermanos, a mandar un mensajero a Frigia pidiendo la mano a sus padres, a preparar tal banquete nupcial que diera que hablar a dioses y mortales

Anquises, totalmente convencido de la (falsa) identidad de aquella muchacha, no puso más reparos en unirse a ella y, tomándola de la mano, la llevó a su cabaña donde por fin yacieron juntos.

Las horas pasaron, y mientras un agotado Anquises disfrutaba del profundo y reparador sueño, Afrodita recuperó el juicio. Y, con ello, su forma y tamaño original.

«¡Despierta, pastor!», le ordenó la diosa, quien ahora alcanzaba con la cabeza el techo de la cabaña: «y dime si en algo me parezco a aquella con la que recién compartiste lecho».

A pesar de que la belleza divina resplandecía en sus mejillas, Anquises reconoció de inmediato a su amante y, asustado, volteó los ojos hacia otro lado.

Sin querer mirarla de nuevo, por respeto, Anquises reprochó a la diosa haber sido víctima de un engaño y suplicó su perdón; pues es bien sabido que aquel hombre que yace con diosas inmortales no suele disfrutar de una larga vida.

Pero Afrodita aseguró a Anquises que nada había de temer, ni de ella ni de los demás dioses, mientras mantuviese en secreto dicho encuentro. Pues a resultas de este quedó la diosa embarazada, y daría pronto a luz a un héroe al que llamaría Eneas y que reinaría entre los troyanos.

Mas cuenta la leyenda que, tiempo más tarde, Anquises reveló a alguien de confianza su antiguo idilio con Afrodita. De inmediato, un rayo lanzado por Zeus le alcanzó y lo dejó ciego para siempre.

Si preferís leerlo todo del tirón, aquí os dejamos el enlace de este #EpisodioMitológico en nuestra web.
FIN DEL HILO
porlagreciadezeus.es/afrodita-y-anq…

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