Tras rellenar multitud de solicitudes y meses de espera, por fin el Ayuntamiento le ha concedido el permiso a mi periódico para realizar un reportaje de las estaciones “fantasmas” que aún existen en el Metro de la ciudad. Acompañado de Paco, el fotógrafo, comienzo el recorrido>>>
En torno a estas estaciones fantasmas, algunas de ellas del siglo XIX, se han creado una serie de leyendas, en las que no faltan los espíritus malignos, asesinos y demás siniestros personajes. Todo planificado, a última hora hemos sabido que no vamos a hacer solos el recorrido>>>
Nos guía Manuel Prieto, un técnico que, según nos han asegurado, es el que mejor conoce todas las líneas e historia del Metro. Será esa su gran virtud, porque desde la luego la educación y la simpatía, no. Huraño y bronco, no te mira cuando te habla y parece que le molestas>>>
Si mis investigaciones son correctas, deben existir 4 estaciones “fantasmas” entre las 3 líneas de Metro actuales. Reviso mis anotaciones, que llevo en una tablet, antes de comenzar, cuando Paco, el fotógrafo, se acerca y me dice en voz baja: yo a este tío lo conozco de algo>>>
No puedo seguir hablando porque Manuel Prieto se acerca para decirnos que comenzamos por la Línea 2, que es la que tenemos más cerca. Es la Estación La Selva, ¿verdad?, le pregunto y me responde con un sí escueto y cortante. Accedemos a través de una pequeña y oscura puerta>>>
No necesitó mucha imaginación quien la bautizó. A pesar de la oscuridad, La Selva es un jardín caótico, donde crecen aspidristas, helechos y orquídeas “drácula”. Anoto en mi tablet mientras que Paco, en vez de tomar fotografías, parece buscar algo en su portátil. ¿Qué le pasa?>>>
Yo a este tío lo conozco, insiste Paco. Pasados 10 minutos Manuel nos indica que debemos continuar. Vamos a la siguiente estación, Correos, nos anuncia. No concuerda esto con mis anotaciones. Perdone, si este mapa no está equivocado, ahora deberíamos ir a El Pozo, le rectifico>>>
El Pozo está en obras, responde Manuel sin mirarnos, y sigue su camino. Estará suelto el fantasma del que habla la leyenda, bromeo, y el técnico me mira con desprecio. Por fastidiarlo le cuento a Paco la historia, de un ser fantasmagórico que vivía en el interior del pozo>>>
Que acababa con quien iba a sacar agua, y que por eso cancelaron la estación, relato. Tonterías, dice Manuel Prieto en voz alta, sin girarse. Nos subimos en una cabina, circulamos por una vía solitaria 2 minutos y en el trayecto creo ver, en la oscuridad, la Estación El Pozo>>>
No me ha parecido ver obras. Curioso por naturaleza, y extrañado por su respuesta, le envío un mensaje a mi amigo Luis, que trabaja en Prensa de Metro. Nada más hacerlo, y a punto de llegar a la nueva estación fantasma, Correos, Paco el fotógrafo se acerca misterioso>>>
Claro que me sonaba la cara de este tío: es el padre del Violador del Metro, me cuenta al oído. ¿Qué hablas? Mira, me dice, al tiempo que me enseña una fotografía que se ha enviado al móvil, en la que aparece Manuel Prieto, rodeado de policías, arrodillado junto a las vías>>>
No me cuesta recordar el caso, que sucedió hace 10 años. Germán Prieto, conocido como el Violador del Metro, porque aquí actuaba, fue descubierto cometiendo su último delito y en la huida, viéndose acorralado, se lanzó al tren que llegaba en ese momento, muriendo en el acto>>>
Su cuerpo, especialmente su rostro, quedó tan desfigurado que tuvieron que recurrir a la huella de su dedo índice para confirmar su identidad. Lo recuerdo todo, ya que ocupó la portada de mi periódico. Manuel se gira y nos dice que tomemos la primera puerta a la izquierda>>>
La estación Correos ya no tiene nada de fantasma, y es que hasta hace poco fue zona de restauración. Apenas le presto atención y me dedico a buscar más información sobre el hijo de Manuel, el Violador del Metro. Accedo a un enlace cuando recibo la respuesta de mi amigo Luis>>>
No hay ninguna obra en la Estación El Pozo, hace 15 años que nadie ha entrado ahí, leo. La noticia me deja tan descolocado que hasta Paco se da cuenta de que me sucede algo. Tras enseñarle el mensaje, me pregunta: ¿y por qué este hombre nos ha contado lo de la obra?>>>
No le respondo a Paco, pero su comportamiento y que nos haya mentido me invitan a sospechar. Manuel Prieto, mirándonos de reojo, nos anuncia que nos dirigimos a la última estación, Carretería. Cerrada desde 1926, se utilizaba para que los carros recogieran carga y viajeros>>>
Finjo escribir, pero vuelvo a la búsqueda sobre el Violador del Metro. Su último delito lo cometió un mes antes de morir. La víctima fue una chica polaca de 19 años, llamada Lena. Tuvo una gran repercusión porque su madre y 4 hermanos organizaron batidas en el Metro>>>
Recuerdo que mi compañera Mónica estuvo tratando de hablar con la madre, una vez que murió el Violador del Metro, pero le fue imposible. Dominado por la curiosidad, le digo a Paco que entretenga a Manuel. Cuando lo tengo de espaldas, recorro el túnel que nos condujo hasta aquí>>>
Con mucho cuidado, sin que nadie me vea, recorro un tramo pegado a la pared, hasta que llego a la Estación El Pozo. Activo la linterna y empiezo a examinar un espacio en el que se masca humedad, años y soledad. No he dado ni 50 pasos, cuando alguien me habla a mi espalda>>>
¿Qué hace?, me pregunta Manuel Prieto. ¿Por qué ha dicho que estaba en obras esta estación?, le replico. El técnico, antes de responder, nos mira. Se muerde los labios. Mi hijo se dirigía a esta estación el día que murió y desde entonces no la he vuelto a pisar, confiesa>>>
Aprovecho que Manuel Prieto mira hacia el suelo para tomar fotografías del lugar, a pesar de la oscuridad reinante. Durante unos minutos, se crea un tenso silencio que rompo proponiendo que nos marchemos. Abandono El Pozo con la sensación de no haber encontrado lo que buscaba>>>
En la salida, nos despedimos de un abatido Manuel Prieto. Nada más perderlo de vista, le digo a Paco: Ha vuelto a mentirnos, su hijo se dirigía a la Estación Correos, justo en dirección contraria. Examino las fotografías que he tomado en El Pozo. Apenas puedo ver nada>>>
Hasta que encuentro una foto en la que aparece una palabra pintada en blanco en el muro: siostra. Esto lo hemos visto antes, dice Paco. Mira, y vemos en el portátil a un hermano de Lena, con un cartel en el que se lee siostra. Paco busca más fotografías del caso>>>
Encuentra varias de la madre de Lena, con sus 4 hijos. En el Metro antes de comenzar una batida para buscar al violador y otras posteriores, que no se utilizaron porque Mónica, mi compañera, no terminó el texto. En una foto, la madre y 3 hermanos escoltan a Lena en el juzgado>> >
El hermano que anteriormente llevaba el cartel en el que se podía leer siostra no está. Ausencia que me llama la atención. Comparo las primeras fotografías con las segundas y falta el más moreno, y que parece de mayor edad. Llamo a Mónica, mi compañera del periódico>>>
¿Tienes el teléfono de la madre de Lena?, le pido. Lo busco, responde Mónica. Unos segundos después, recibo el mensaje de Mónica con el teléfono de Sofía, que es el nombre de la madre, y no dudo en llamarla. Invento que estoy realizando una encuesta, cuando responde>>>
Tras varias cuestiones sin interés, le pregunto si tiene hijos, y me responde que 5. Una hija y 4 hijos. Cuando le pregunto si ha fallecido alguno, me dice que no. Y cuando le planteo si todos viven con ella, me dice que no, que el mayor vive fuera. Regresó a Polonia, me dice>>>
Pero lo dice sin convicción, consiguiendo que mi curiosidad aumente. Al finalizar, Paco me dice que siostra quiere decir hermana en polaco y un escalofrío me recorre el cuerpo. Tenemos que regresar a El Pozo, le digo a Paco. Aunque tan nervioso como yo, no me contradice>>>
Repetimos el recorrido que hicimos con Manuel Prieto: por un túnel que conduce a la galería abandonada que finaliza en El Pozo. Nada más entrar, nos damos cuenta de que no estamos solos, escuchamos pasos y voces que proceden de lo más profundo y oscuro de la estación fantasma>>>
Descubrimos que se trata de Manuel Prieto, apoyado en el brocal del pozo parece hablarle a su interior. Sin hacer ruido, conseguimos llegar hasta donde se encuentra. A menos de un metro de distancia, conectamos las linternas y enfocamos hacia lo más profundo del pozo>>>
A pesar de su oposición, Manuel Prieto no evita que veamos, en el interior del pozo, a un hombre greñoso y escuálido, con los ojos desencajados, que levanta sus manos, como pidiendo auxilio. No tardamos en descubrir que le falta el dedo índice, de su mano derecha.
FIN
¿Más?
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¿Es tu hijo?, le pregunto a Manuel Prieto. Se lo piensa antes de responder. Es el precio que tenemos que pagar por todo el daño que le hicimos a la familia de Sofía, nos dice. Paco y yo no podemos apartar la vista del interior del pozo, a pesar de la terrorífica imagen>>>
Como si hubiera traspasado la frontera de lo humano, es un ser deformado corporalmente, que le cuesta ponerse en pie, y el pelo le alcanza la cintura. La luz de la linterna le molesta, y parece que intenta incorporarse. De repente, grita: SIOSTRA, y todo se vuelve oscuro.
FIN
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Espero que te haya gustado el hilo #EstaciónFantasma. Si te apetece RT/MeGusta, que te agradecería muy sinceramente, te ruego que lo hagas en el primer tuit, para no adelantarle el final a nadie. MIL GRACIAS!!!!! Justo en el enlace inferior 👇👇👇
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