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Politólogo portador sano con inclinación al transporte. Volví a caer en el vicio pero les juro que pongo más cosas en la red social sin Elon Musk.

May 28, 2022, 17 tweets

El hilo de comida que no pidieron: diez experiencias "étnicas" auténticas en Buenos Aires. No comida fusión, no (necesariamente) platos gourmet. Restaurantes que se especializan en cocina genuina de algún lugar puntual y la hacen bien. Algunos te fajan y otros no. Vamos.

1. RUSA. El Molino Dorado, en Almagro (Quito y Treinta y Tres Orientales). Comida rusa casera y vodka, mucho vodka. Atiende Dimitri, su dueño: hay que ir con ganas de charlar. Prueben de entrada la Olivier, la verdadera ensalada rusa. Precio: te faja un poco pero no tanto.

2. GRIEGA. Theos Souvlaki, en Palermo (J. Álvarez y Gorriti). La carta es tan chiquita como el local: gyros –la versión griega del shawarma, digamos–, musaka y unas papafritas con pimentón increíbles. El que poco abarca mucho aprieta. Sin servicio de mesa, precios muy accesibles.

3. COREANA. Me interesa recomendarles particularmente Sinko (Rivadavia 7728, Floresta), una especie de galpón-salón de fiestas muy usado por la colectividad donde se come hasta reventar en plan banquete: los platos vienen solos y todo es buenísimo. Te faja, pero salís rodando.

El gusto por lo coreano explotó últimamente así que hay un montón de buenas opciones. Como soy algo adicto recomiendo un par más: el clásico Una Canción Coreana, en Bajo Flores; Kyopo, para algo más rápido e informal, en la zona de Av. Avellaneda; Mr. Ho y Fa Song Song en Retiro.

4. ARMENIA. Sarkís iría de cajón, pero denle una oportunidad a las cenas de viernes y sábados en la UGAB (Armenia 1322, Palermo). Ayudás a los pibes a viajar, viene con demostración cultural y la comida es buenísima. Si hay flan de coco, llevá. Precio algo alto pero no abusa.

5. JAPONESA. Un rubro muy bastardeado. Me gustó Furaibo (Alsina 429, Monserrat), una casona antigua con altar budista y salón de masajes. Muy auténtico, carta amplia, gran sabor. Te faja fuerte. Más barato y genial: Nueva Casa Japonesa, San Cristóbal. Ramen: Orei, en Belgrano C.

6. MEXICANA. Buenos Aires está llena de falsas taquerías con burritos que no llegan ni a tex-mex. En Juan Pedro Caballero (Thames 1719, Palermo) les juro que los tacos tienen el mismo sabor que en CDMX. Carta acotada, sin servicio de mesa y muy barato, sobre todo para la zona.

7. VIET/THAI. Saigón me gusta mucho y es barato, pero desconfío de los lugares que se hacen cadena. Cang Tin (Dorrego 2415, Palermo) tiene una carta más corta, acaso más auténtica e igualmente exquisita. El pho es un camino de ida. Es salado en relación a lo informal del salón.

8. JUDÍA. Puede ser polémico porque es carísimo –sólo ir después del aguinaldo y para un aniversario que lo valga–, pero Mishiguene (Lafinur 3368, Palermo) vale su fama. Los platos son una fusión de la cocina sefardí (mediooriental) con la aquí más usual askenazí (centroeuropea).

9. PERUANA. De lo más caro a un clásico para todo bolsillo: La Conga (La Rioja 39, Once) es un bodegón donde, después de posiblemente hacer cola, podrán probar platos enormes con el sabor que encontrarían en un chifa de Lima. Oportunidad para comer ceviche sin dejar el sueldo.

Otro extremo de comida peruana: Tanta (Esmeralda 938, Retiro), emprendimiento del Marido de Pampita con el chef Gastón Acurio, ofrece una carta de gastronomía peruana reversionada que personalmente me voló bastante la cabeza cada vez que fui. Es caro, pero es más careta que caro.

10. FILIPINA. Cantina Sunae (Humboldt 1626, Palermo) es una puerta a la cocina filipina, que integra ingredientes del sudeste asiático con elementos tan familiares como la empanada o el tamal: vestigios de nuestro pasado colonial común. Hay fusión, pero hay mucho filipino. Caro.

También vale la pena el otro restaurante de la chef Christina Sunae, Apu Nena, en la zona hoy muy de moda de Chacalermo o Palermo Dead. Mucho más informal, con barra y mesas en la vereda, y platos pensados como tapas. Algo más barato que Cantina Sunae, que es más "romántico".

Hasta aquí llegamos porque dije diez cocinas, y once no son diez. Algunas más: Tandoor es una excelente opción de comida india pero siempre pedí, nunca fui a salón. Dobar Tek, croata, en San Telmo. Y para árabe la tradicional panadería El Horno de Medio Oriente, en San Cristóbal.

Reitero, la consigna no fue sólo restaurantes que me gusten (¡Narda!) sino de especialidad. Seguro me olvidé varios. Acepto las puteadas por porteño puto. Pero qué se le va a hacer, el PBI de esta ciudad depende de la gastronomía. Espero que les guste y les dé alguna idea.

Las fotos son propias menos de La Conga que no tenía y se la hurté a TN. Aprovecho para comentar que a pesar de que el puntaje en Google no impresiona he pedido mil veces peruano a domicilio en Huanchaco (también en Once) y siempre más que bien. También Status, en Congreso. Fin.

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