"No estamos huyendo de la discusión política", dice Becassino, mentira: huyen. Su campaña es otra: hacen video de @ingrodolfohdez diciendo "sí", otro diciendo "no", y luego, a partir envíos por Facebook y WhatsApp a votantes geoposicionados, envían lo que la persona quieren oír🧵
Puro #cambridgeanalytica: las bodeguitas bombardean a varios tipos de votantes con videos altamente personalizados de @ingrodolfohdez
acorde a la información que tienen de cada posible sufragante: al del "NO" se le manda el video del "NO" y al del "SÍ" Rodolfo diga "sí": "sí".
Los usuarios rotan los videos, poco importa el origen, no hay enlaces a un sitio ni traza de donde se originó la información, rotan y fluyen por Whatsapp, aparecen y desaparecen de los flujos y perfiles y avatares de Facebook, Instagram, Tik Tok, etc...
Por eso @ingrodolfohdez solo asiste a entrevistas en ambientes controlados, sin lugar a contrapreguntas, huye de hacer afirmaciones. En lo ético Becassino usa para Hernández el modelo marxista, el del cómico Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”.
Becassino hace su trabajo, le pagan por mentir, y publicita silogismos donde, inadvertidamente y sin salirse del guion presupuestado, define al gobernante como autocrata: "Rodolfo Hernández se basa en la VERDAD, LA VERDAD DE ÉL". cerosetenta.uniandes.edu.co/diario-de-la-s…
Y el resto lo hace la bodega, la directora: "Además, a una misma persona nunca le llegó un mismo video del ingeniero, porque la publicidad es invasiva y así logramos que no le cogieran fastidio. A partir de ahí, el algoritmo hizo el trabajo por nosotros." elpais.com/america-colomb…
La directora en la entrevista dice: “Somos muy buenos, ¿cierto?”. Y sí, lo son, en esta campaña se juntan el hambre con las ganas de comer: Hernández es un candidato dúctil, con ideología variable al algoritmo, al deseo de cambio del votante (poco importa si es uribista o no).
Un ejemplo. William Ospina dice que Hernández dice: "Algo que tal vez Petro ni siquiera podría decir porque a Petro lo satanizarían por decirlo: que hay que revisar las finanzas de las fuerzas armadas y que se habla mucho de que hay mucha corrupción en las fuerzas armadas, ¿no?"
Ahí es dónde el algoritmo y la red de envío personalizado de mensajes hacen su magia: en mi Facebook (35 millones de usuarios en Colombia), me sale Rodolfo antimilitarista y pasó de Petriste, blanco, nulo o abstencionista a ser un Ospina más en el Rodolfismo...
“En El Salvador, la campaña se basó en un eslogan que nació de la gente, que era: ‘Devuelvan lo robado’, muy duro contra la corrupción [...] y recoge una personalidad como Bukele, y lo convierte en un ‘rockstar’”, dice Victor López, de @kayros_group infobae.com/america/colomb…
López le vendió a Rodolfo Hernández el calco de la campaña que llevó a un autocrata como Bukele a la presidencia en El Salvador. El traductor y el que adapta esa campaña a Colombia es Becassino y la banda juvenil de la bodeguita rodolfista.
Este uniformado nunca verá el video de Hernández que publicita recortes de plata a la fuerzas armadas. La mujer verá el video de Hernández que publicita gabinete ministerial con 50% de mujeres. Aquí está la campaña: envios personalizados, datos y lo que da el plan de datos.
Hernández dice que sus seguidores son como "los secuestradores del 11 de septiembre de 2001, a los que se les lavó el cerebro." ¿Son terroristas? "No los estoy comparando. Lo que estoy comparando es que después de entrar en ese estado, no cambias tu posición. No la cambias".
Que diga estupideces el candidato Hernández es estrategia: gastamos energía en refutar esa "ametralladora de falacias" que produce titulares diarios mientras su campaña va por otro lugar: la de mandar videos personalizados por WhatsApp al gusto del votante.
Hernández dice que sus seguidores son como "los secuestradores del 11 de septiembre de 2001, a los que se les lavó el cerebro." ¿Son terroristas? "No los estoy comparando. Lo que estoy comparando es que después de entrar en ese estado, no cambias tu posición. No la cambias".
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