Rembrandt Harmenszoon van Rijn Profile picture
El mejor pintor de las Provincias Unidas de los Países Bajos.

Aug 24, 2022, 22 tweets

Existe una iglesia en Portugal en la que se usaron 300 Kg de oro para decorar su interior. La iglesia del Rey Midas, como dijo alguien de por aquí.

Vamos a conocer la iglesia del convento de San Francisco, en Oporto, una obra maestra de #LaFiebreDelOro.

#OrgulloRococó

La actual iglesia es del S. XIV, edificada sobre una anterior del S. XIII. Pero su fama viene de los grandiosos retablos que decoran su interior realizados en talla dorada (talha dourada) en el S. XVIII.

La talla dorada es una técnica en la que la madera es esculpida (tallada) y posteriormente revestida de una película de oro.

Fue muy desarrollada en Portugal para la decoración de altares y retablos a partir del S. XVII debido a un motivo claro.

Tras su independencia de España en el S. XVII, Portugal se encontraba en una situación económica difícil. Artísticamente se separa de los modelos castellanos, volviendo a un "estilo nacional" cercano al naturalismo manuelino, con menos imágenes.

Pero no había mucho dinero.

La talla dorada, utilizando pan y polvo de oro, era una solución más económica para dar esplendor en un momento difícil.

Pero todo cambió en el S. XVIII: la paz ibérica y el descubrimiento de minas de oro y diamantes potenciaron este arte al máximo. Como vemos en esta iglesia.

La mezcla estilos gótico y barroco ya se intuye en la fachada principal, con un rosetón gótico bajo el cual se asienta una portada barroca, con la figura de San Francisco en el centro, enmarcada entre columnas salomónicas.

El interior está totalmente ocupado por altares y retablos en talla dorada realizados en el S. XVIII en los que participaron diversos autores.

Como el retablo de la capilla de San Antonio, realizado por el gran tallador del S. XVIII Luís Pereira da Costa en 1724.

Manual Pereira da Costa Noronha realizó entre 1750 y 1751 los altares de la Anunciación de Nuestra Señora y Nuestra Señora de la Encarnación.

Pero su gran obra maestra es altar y retablo de los Mártires de Marruecos y de Japón, de 1750-51.

La parte inferior representa cómo los frailes franciscanos Berardo, Otón, Pedro, Acursio y Adyuto fueron decapitados el 16 de enero de 1220 en Marrakech.

El 5 de febrero de 1597, fueron crucificados en Nagasaki 26 cristianos, entre los que se encontraban 6 franciscanos.

Es a estos 6 franciscanos a los que representa Manuel Pereira da Costa Noronha en la parte superior del retablo.

Francisco Pereira Campanhã y José Teixeira Guimarães realizan en 1766 el altar y retablo de Nuestra Señora de la Soledad.

Destaca el magnífico trabajo de la reja.

Pero la iglesia sufrió intervenciones antes del S. XVIII.

Durante los S. XVI y XVII diversas familias patrocinaron a los franciscanos, financiando varias de las capillas laterales. Como la de San Juan Bautista, encargada por João Carneiro para su familia.

Diseñada por Diogo de Castilho, se realizó en 1530.

Un arco con motivos manuelinos nos da la bienvenida.

Sobre el altar, una pintura del bautizo de Cristo por Juan el Bautista, acto presidido por Dios Padre, el Espíritu Santo y por el propio donante, João Carneiro, atribuida a André de Padilha (1525-30).

El altar y el retablo son del S. XVIII.

Hemos dejado a propósito para el final la gran obra maestra de esta iglesia: el impresionante Árbol de Jesé que realizaron para la capilla de Nuestra Señora de la Concepción António Gomes y Filipe da Silva en 1718, con imágenes de Manuel Carneiro Adão de 1719.

Se trata del árbol genealógico de Cristo, partiendo de Jesé, padre del Rey David, dormido en la base y representándose a los Reyes de Judá en cada rama que sale del tronco que brota de Jesé.

Por encima se encuentran la Virgen con el Niño.

En la base, está Nuestra Señora del Buen Viaje o de la Buena Muerte, representando el último viaje que realiza cada cristiano hasta abrazar la muerte, con la Virgen como compañera de viaje.

La iglesia se quedó pequeña para la comunidad franciscana, por lo que en el S. XVII se construyó anexa a ella la iglesia de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, de estilo neoclásico italiano.

En su interior destacan los frescos de la bóveda de Custódio José Ferreira de 1797-1800.

La casa del Despacho de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, con su Sala de Sesiones en el primer piso, donde encontramos esta Virgen con el Niño dormido, un óleo anónimo del S. XV-XVI, con esta preciosa moldura del S. XVIII de José Teixeira Guimarães.

O el Cementerio Catacumbal en el sótano construido en 1746 y en uso hasta 1866 para entierro de los hermanos de la Orden.

El altar también es de José Teixeira Guimarães.

Espero que hayáis disfrutado de esta visita, que os recomiendo encarecidamente si vais a Oporto.

Y si seguís #LaFiebreDelOro y #OrgulloRococó encontraréis muchas más historias interesantes.

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