Julio Profile picture
Farmacéutico, bipadre y del atleti. Hilos sobre historia de los medicamentos, curiosidades, farmacología y algo más… instagram/juliofdez79

Oct 2, 2022, 32 tweets

La reputación de un profesor en entredicho, un farmacéutico farsante, un premio de 300 francos y picores, muchos picores…

La sarna y su historia 🧵👇🏻

El arador de la sarna que es como se conoce, es un ácaro ( Sarcoptes scabiei) que va cavando túneles en el interior de nuestra piel, como si fuera un topo con su madriguera.

La primera vez q se hace referencia a este desagradable habitante de nuestra piel fue un médico andalusí

Avenzoar ( Abu Marwan ibn Zuhr; 1073-1162) ejercía en Sevilla, y describe en uno de sus libros ( Taysir ) un animalito que vive en el interior de nuestra piel pero que el ojo es incapaz de distinguir.
Tras él, una mujer, la primera que empezó a hablar de las enfermedades de…

la piel propone en su libro “Physica” métodos para exterminarlo. Está mujer, monja y con acceso al conocimiento de la época al pertenecer a la iglesia era Santa Hildegarda von Bingen ( 1098-1179).
Pero con la mística y creencias religiosas de esta época de nuestra historia…

Y que la procedencia de los conocimientos eran de un árabe y una mujer, ambos tratados quedaron en el olvido.

En 1590, Zacharias Janssen inventa el microscopio, y esto es un antes y un después para el estudio de estos “animalitos, no visibles a nuestro ojo”

Así fue, que en 1687, un médico naval, Cosimo Bonomo escribe una carta a otro médico naturalista, Francesco Redi.
En ella, le explica cómo las mujeres son capaces de extraer un insecto de las pústulas de los enfermos y que su contagio posiblemente sea por ropa y otros objetos.

Bonomo tenía tanto miedo a las repercusiones de sus escritos que apuntaba en su carta que tenía un colaborador, un farmacéutico de Liborno, Diacinto Cestoni, aunque existen sospechas de que Cestoni usará a Bonomo como pseudonimo por si era perseguido por sus ideas y protegerse.

Sea como fuere, esto permitió a Redi aislar el ácaro y mirarlo al microscopio.
Tedi estaba en contra de la teoría de generación espontánea, y defendía que los seres vivos se “generaban” mediante la reproducción.
Ya se sabe en esa época, sexo= pecado, no forniqueis!!!

Así que sus resultados publicados en “Osservazioni intorno a pellicelli del corpo umano” quedaron también en el olvido como ocurrió con Avenzoar e Hildegarda.
La ciencia a veces va más rápida que los prejuicios de muchos…

El caso que llegamos al S.XIX, y la historia pone en juego a un farmacéutico y a un profesor.
Jean L. Alibert daba en Paris clases sobre las enfermedades de la piel. Su método de estudio y enseñanza era como los botánicos, explicando grupos de enfermedades partiendo de un árbol.

Tras una de sus charlas, un farmacéutico, Jean Chrysanthe Galès( 1783-1854), aborda al profesor y le comenta que quiere hacer su tesis doctoral sobre los temas que el trata, y que le guíe en esa tarea.

Sin embargo, el profesor lejos de sentirse adulado, se mofó de su posible alumno y le dice “ puede escribir su tesis sobre la sarna, ya que su nombre está predestinado”
Esto no es más que un juego de palabras porque su apellido, Galés se parece a Gale, sarna en francés.

Habiendo quedado en el olvido todo lo que conté al principio, nadie sabía a ciencia cierta qué provocaba la sarna, así que, nuestro ambicioso farmacéutico estaba dispuesto a callar al profesor.
Semanas más tarde se presenta de nuevo ante él, y le dice que lo ha conseguido.

Esta vez si capta la atención del profesor y deciden organizar unas sesiones para presentar su descubrimiento.
La Academia de medicina prometía una cantidad a aquel que por fin desentrañará el misterio de la sarna.
Reunieron a varios médicos, académicos y otros alumnos.

Delante de un público expectante, nuestro farmacéutico embaucador extrajo varios ácaros de las vesículas de enfermos.
La ovación por esta demostración no se hizo esperar, se le reconoció el descubrimiento y ganó su premio y fama.

Galés, nuestro farma, no perdió el tiempo, y valiéndose de su fama, público un ensayo y abrió una consulta donde usaba vapores de azufre para gasear a sus pacientes. Era la fumigación del sarnoso…335 pacientes pasaron por su consulta.

Muchos no estaban nada convencidos de este descubrimiento y se plantearon preguntas, y así un naturalista, Cuvier, le parecía que los ácaros del farmacéutico tenían un sorprendente parecido con otros ácaros, los del queso…

¿habría dado Galés el cambiazo en sus demostraciones?

El escándalo en círculos académicos no dejaba de resonar, Galés hacía que no sabía nada y seguía a lo suyo( como cuando pillan a uno con la amante y lo niega todo a pesar de la evidencia).
La reputación del profesor en entredicho y la palabra ¡fraude! En boca de todos.

La polémica, se mantuvo hasta que Galés quedó como un embaucador y mentiroso, efectivamente los ácaros eran los del queso.
Y ¿cómo se llegó a esto?…un señor llamado Meynier quiso demostrar que lo que decía el farmacéutico era verdad.

Hizo la demostración tal cual y aparecían esos ácaros de las vesículas, pero ya alertas sobre el fraude, admitió que se había sacado un trozo de queso podrido del bolsillo.
El farmacéutico se había enriquecido, y fue un fraude, pero estamos de nuevo en casilla de salida.

¿Cuál es el responsable de la sarna? Aún esta pregunta no tenía respuesta, hasta que otro alumno de Alibert que había seguido toda la polémica le comenta que él puede extraer al ácaro.
El profesor con su reputación en horas bajas, ya no se fiaba.

Según el alumno, Simón F. Renucci, había un mal planteamiento de base, el ácaro no está en las vesículas, sino en el borde de los surcos que genera.
Finalmente el profesor acepta las conclusiones de Benucci, suspende sus vacaciones y en agosto de 1834 va a ver la demostración.

El profesor necesita recuperar su reputación, y Benucci esta vez si, extrae el ácaro con una aguja, repitiendo el resultado en varios enfermos.
El profesor emocionado, hace levantar acta, necesita recuperar su credibilidad.

Después de tanto escándalo, aún había detractores, uno de los más beligerantes, era el famoso Doctor Lugol, que estaba tan convencido de que era otro fraude, que ofreció 300 francos, una fortuna de la época, para quien demostrara la existencia del ácaro de la sarna.

Lugol es famoso por una solución que lleva su nombre entre otras cosas, solución de yodo con propiedades antisépticas.
Así pues, se llevó a cabo una demostración pública, con Luz y taquígrafos y allí Renucci volvió a demostrar la veracidad de su descubrimiento.

Lugol, se tuvo que tragar su orgullo y se hizo humo sin saberse nada de él…¿cobraría Renucci sus 300 francos?
No se sabe a ciencia cierta, pero lo que sí se sabe es que dió por fin carpetazo a la intriga y escándalo que rodeó al descubrimiento del ácaro.

Ya para terminar, decir que la sarna se transmite por contacto piel con piel o a través de ropas, toallas, sábanas contaminadas, siendo más frecuente su aparición en lugares donde existe hacinamiento.

Provoca un picor intenso, sobre todo por la noche, debido a que la hembra es cuando aprovecha para poner sus huevos.
Las vesículas que producen pueden complicarse a infecciones bacterianas, dando lugar a complicaciones más graves.
Según la OMS la padecen 200 millones personas.

Durante la época del confinamiento y posteriormente se vio un aumento de los casos con sarna.

El tratamiento principal es vía tópica con Permetrina 5% ( Sarcop ®). De una sola aplicación y no bañarse hasta pasadas al menos 12 horas.

Existen otros tratamientos vía tópica como pomadas con azufre 5-10% o Malation 0,5% en solución acuosa.
La famosa Ivermectina que ha estado en boca de mucha gente durante la pandemia, es útil vía oral para el tratamiento de sarna, salvo en embarazadas.
FIN.

Si llegaste hasta aquí muchas gracias, espero que no os haya dado picor solo de leerlo.
Se agradece que compartas el primer tuit del hilo si te gusto. GRACIAS!

Share this Scrolly Tale with your friends.

A Scrolly Tale is a new way to read Twitter threads with a more visually immersive experience.
Discover more beautiful Scrolly Tales like this.

Keep scrolling