En las últimas semanas (a medida que encadenaba nuevos fracasos militares) el Kremlin ha incrementado su retórica sobre el recurso a un ataque #nuclear. Esta escalada se puede analizar desde diferentes ángulos, también desde el prisma de la #desinformación
Abro hilo 🧵
1) La #desinformación para consumo exterior se esfuerza en trasladar la percepción de que los dirigentes rusos se mueven por un cálculo emocional. El orgullo herido o la imposibilidad de aceptar la derrota les llevaría a apretar el “botón nuclear”
washingtonexaminer.com/policy/defense…
2) Esta narrativa admite múltiples variantes: Putin como “hombre loco” al que no preocupan las represalias, o Putin como contrapeso de unos “halcones” que ya no puede frenar. La conclusión siempre es: para evitar el apocalipsis nuclear debes dejarme ganar.
dw.com/es/dmitri-medv…
3) La #desinformación para consumo interno intenta evitar la desmoralización de su población. Rusia es una potencia invencible que no ha querido (hasta el momento) dar un “golpe en la mesa” por humanidad (a pesar de las continuas provocaciones de la OTAN)
newsweek.com/russia-nuclear…
4) Un entorno mediático envenenado por la desinformación traslada a los rusos la idea de que el recurso nuclear está exento de consecuencias. Cómo si Rusia fuese la única potencia que tiene este armamento o, al menos, el coraje para romper el tabú
aljazeera.com/news/liveblog/…
5) Sin embargo, el verdadero impacto de la #desinformación en la escalada retórico-nuclear no son estas narrativas, sino cómo ha corroído los esquemas mentales de la población sometida durante años a sus efectos
6) La doctrina estratégica sobre las armas nucleares se ha construido durante décadas bajo la premisa de que existe una racionalidad inherente en los actores que deben tomar decisiones sobre el empleo (o no) del armamento nuclear.
7) A este respecto aconsejo este estupendo episodio de @GStrategy_UGR sobre cómo ha evolucionado este debate y en qué situación nos encontramos actualmente
global-strategy.org/disuasion-nucl…
8) El problema se plantea cuando existe un contexto o incentivos que limitan o anulan estos frenos racionales. La desinformación divulgada por Rusia ha creado la paradoja de que sus élites también son víctimas de sus efectos.
tandfonline.com/doi/abs/10.108…
9) En plena Guerra Fría, Reagan y Thatcher tuvieron conocimiento a través de un desertor del KGB que el discurso soviético denunciando la intención de EE.UU de llevar a cabo un primer ataque nuclear, no sólo era propaganda para consumo interno/externo
10) se había terminado convirtiéndose en el sentir mayoritario de la élite soviética, la cual terminó creyendo firmemente que EE.UU estaba preparando el primer ataque
11) Thatcher, muy preocupada, creyó que había llegado el momento de abandonar la retórica del "imperio del mal", la cual sólo estaba acelerando las pulsiones paranoicas del régimen soviético. Había que buscar la distensión, lo que empezó a ser posible tras la muerte de Andropov
12) Para más detalles de este episodio puede consultarse el estupendo libro de Ben Macintyre, que narra cómo la información facilitada por uno de los más importantes desertores soviéticos ayudó a moldear la política exterior de Occidente
13) Esta cosmovisión conspirativa y paranoide que limita el proceso racional de toma de decisiones no quedó sepultada tras la caída del Muro de Berlín. El entramado de seguridad ruso (incluyendo el propio Putin) es heredero de esta escuela. Otro imprescindible al respecto 👇
14) En conclusión: varias décadas de #desinformación promovida desde el Kremlin ha corroído las bases sobre las cuales se asienta la disuasión y el equilibrio nuclear, y este es un grave problema que abre la puerta a un desenlace ilógico en la guerra de #Ucrania.
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