Existe fascinación a veces morbosa, por historias de vampiros y sangre, y está época del año con el día de los muertos en puerta invita a estas historias tan seductoras…hablando de vampiros se nos viene a la mente Dracula y Transilvania, pero la realidad supera a la ficción…
Existe un castillo y un personaje femenino sediento de sangre más cruel que lo descrito por Bram Stoker… Elizabeth Bathory, la “Condesa de sangre”.
Nacida en 1560 en una de las familias más ricas de Transilvania, como no, tras casarse con un conde se establece en Cachtice.
Este castillo se encuentra en los Carpatos que hoy forman parte de Eslovaquia, una fortaleza, que como hacia el propio Drácula, desde la que guerreaban los ejércitos húngaros contra los otomanos.
Sus tierras iban desde Hungría hasta Viena y empezaron a escucharse historias…
Tras morir su marido( 1604) se empiezan a oír sangrientos sucesos, que incluyen la tortura de mujeres y niñas.
Bathory había agrupado en su castillo una siniestra corte de brujos, alquimistas y amantes del esoterismo, donde empieza a apuntar maneras torturando a criados.
La sociedad en principio miró para otro lado, la posición de Bathory era elevada, y total, se estaba desprendiendo de campesinos…hasta que de campesinos pasó a perseguir a hijas de nobles, entonces sí movieron cielo y tierra…(lo de la empatía y justicia ya tal).
Gyorgy Thurzo, cortesano real, y a quien se había confiado la herencia de la viuda a la muerte del conde, era ambicioso y vio oportunidad de investigar sobre ello.
Las torturad iban desde las más “livianas” como introducir agujas bajo las uñas, quemar con tenazas calientes…
Sumergir en aguas congeladas hasta el canibalismo.
La condesa disfrutaba especialmente embadurnando a sus víctimas con miel y que las hormigas se las comieran vivas.
Bathory, siguiendo esos cultos esotéricos, se bañaba y bebia en la sangre de sus víctimas para mantenerse joven.
Su máquina de tortura favorita era la “doncella de hierro”. En ella los pobres torturados eran metidos en una estructura similar a una mujer, hueca y de metal con pinchos en su interior, al encerrarlos dentro, acababan muriendo desangrados.
Al Más puro estilo Drácula, buscando la inmortalidad y eterna juventud.
Bathory tras las pesquisas fue declarada culpable, pero en vez de ser ejecutada, quizá por su enorme riqueza y las propiedades que tenía fue encarcelada en su propio castillo.
El investigador, se hizo con una riqueza enorme tras el juicio, culpable o no Bathory, fue el gran beneficiado.
A Bathory se le tapió la puerta de su habitación con una pequeña abertura para comida, bebida y lo básico.
Finalmente moriría 4 años después, en 1614 con 54 años, dejando atrás años de tortura, y demostrando que lo del “vampirismo” no viene solo de Vlad “el empalador”.
También Bathory tuvo su cita con el cine, en 2008 en Bathory interpretado por Anna Friel.
Y en “La Condesa” de 2009, interpretado por Julie Delpy, aunque el argumento muy diferente a su biografía, ya que en la peli realiza conquistas sexuales para mantener la juventud.
Lo cierto es que Bathory fue acusada de tener 50 cadáveres enterrados en sus mazmorras y se le atribuyen hasta 650 muertes, permaneciendo en el Libro Guinness como la asesina en serie femenina más prolífica.
Su castillo, residencia y prisión, fue incendiada en 1799 y de él solo quedan ruinas…
FIN.
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