25 de febrero de 1961.
9 de la noche.
Suena el teléfono en el Museo del Prado:
– ¿Dígame?
~ Hola. Quería saber si ha ocurrido algún incidente en el museo.
– No, ¿por qué?
~ No se preocupe. Adiós.
Horas después, un hombre cae de uno de los balcones del museo. 🧵 #Prado203
Es la 1 de la madrugada.
Gerardo Castro, celador del edificio, su mujer y su hijo oyen de repente un ruido en el jardín.
Su hijo, el más decidido, abre la ventana... y allí lo ve: un hombre, en el suelo, gime de dolor.
Tiene demasiadas heridas. Nada se puede hacer por él.
Su cuerpo, inerte, yace en el gélido suelo de la noche.
Una persona, de las que se han congregado alrededor del cadáver, da una voz de alarma:
– ¿Qué es lo que tiene en el bolsillo?
~ Parece un papel, responde otra.
Ambos se acercan y, sin mediar palabra, lo cogen.
Ahí llega la sorpresa: sobre un plano del Museo del Prado el hombre había trazado el camino que debía seguir para llegar a una de sus salas, donde, al parecer, se hallaba el «botín».
Junto al plano del museo, los allí presentes descubren una carta anónima que el ladrón iba a dejar en el lugar del crimen.
En ella exigía el desembolso de una elevada suma de dinero por la devolución de los cuadros robados.
Unas horas después el ladrón será identificado por la policía: se llamaba Eduardo Roncaño, vivía en Puente de Vallecas y había cumplido dieciocho años. No tenía antecedentes penales.
Más adelante, una de sus hermanas declarará que el joven Eduardo era un gran aficionado al arte.
Y os preguntaréis: ¿qué tendrá que ver la llamada del principio con el robo?
Pues, en realidad, nada.
Por caprichos del azar, aquella mañana la mujer que horas después llamaría al museo había escuchado una conversación en la que dos chicos mencionaban un robo en la pinacoteca.
Lo que ella ignoraba es que los jóvenes se referían a una película que se iba a grabar en Madrid, cuya trama versaba, casualmente, sobre un robo en el Museo del Prado.
La película, protagonizada por Rita Hayworth y Rex Harrison, era «Último chantaje».
Aquí acaba la breve historia que he elegido para celebrar el 203 aniversario del Museo Nacional del Prado. Espero que os haya gustado.
Todo lo narrado es real, a excepción de los diálogos. La noticia, como veis abajo, fue publicada en los periódicos.
¡Que disfrutéis del sábado!
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