En Escocia se dio una historia similar a la que sucedió en Japón con el famoso perro llamado “Hachiko”.
El nombre de este perrito escocés era Bobby, pero detrás de lo sucedido se escondía algo muy turbio.
Empecemos con la historia…
En Edimburgo existe la emotiva historia del perrito Bobby, al igual que Hachiko, Bobby también tiene una estatua, pero esta historia es mucho más turbia.
Vayamos primero a lo que cuentan los locales y los guías de turistas.
Hace más de 150 años vivía en Edimburgo un hombre llamado John Gray.
Trabajando como vigilante nocturno tuvo la idea de adoptar a un perrito Skye Terrier de unos 6 años al que nombró Bobby.
En lugar de dejar al perrito en casa, John se lo llevaba al trabajo, vigilaban juntos, comían juntos y al final de la jornada se iban a a casa y descansaban juntos.
La amistad entre ambos se hizo muy famosa hasta que una fría noche de invierno, John enfermó de tuberculosis.
El perrito fue siguiendo el cortejo funebre por toda la ciudad hasta llegar a su destino final, el cementerio de Greyfriars.
Los locales no se sorprendieron cuando vieron que Bobby no se separaba de la tumba de su amo y pensaron que pronto se cansaría de estar ahí.
Al verlo triste y en la intemperie, el dueño de un bar cerca de la entrada del cementerio le alimentaba y le contaba a los asiduos visitantes de su negocio la historia del perrito.
Con el tiempo, muchos curiosos entraban al cementerio a buscar a Bobby para dejarle comida.
La historia fue pasando de boca en boca y pronto gente de toda Inglaterra empezó a acudir a Edimburgo a visitar a Bobby y de paso hacían una parada en el bar para escuchar su historia.
Pero como era un perro sin dueño, tenían que meterlo a una perrera…
Pero muchos vecinos y dueños de negocios cercanos defendieron al perrito e incluso, un político llamado William Chambers, le dio una placa y lo nombró propiedad del estado para que nadie lo molestara.
Eso hizo que más y más gente fuera a visitar la zona.
Sin embargo, después de 14 años de vivir en la intemperie, Bobby murió junto a la tumba de su amo, rápidamente se le hizo una estatua y se dice que tocar la nariz del animal da buena suerte.
Los visitantes seguían yendo a visitar la estatua y a escuchar la historia.
Bueno, pues esa es la historia que te cuentan cuando visitas Edimburgo.
Pero temo decirles que es una gran mentira, la realidad es bastante turbia, de hecho en la historia hay muchas cosas misteriosas que seguramente no notaron.
Por ejemplo, ¿recuerdan que Bobby fue adoptado a los 6 años y que estuvo 14 en la tumba de su amo?
Pues veamos cuánto vive esta raza y encontraremos nuestra primera pista.
Otra pista está en la estatua del perro, en un principio miraba a la entrada del cementerio, pero después se cambió y mira en la dirección contraria.
¿Por qué?
Para que puedas ver el negocio que está detrás, al fin y al cabo fue uno de los lugares en donde inició la historia.
Además en la fotos se notaba que era otro perro.
¿Ya entendieron dónde está el engaño?
El verdadero Bobby murió y se deshicieron del cuerpo para seguir lucrando con la historia, por eso vivió tanto ¡¡¡ERAN DOS PERROS!!!
Todo fue descubierto por un reportero llamado Jan Bondeson en 2011 y sacó a la luz que todo fue un engaño de las empresas de publicidad de la época Victoriana.
Acá les dejo el nombre del libro por si les interesa 👇🏻
Al final, y a diferencia de la historia de Hachiko, este relato no trató de la naturaleza noble y desinteresada de los animales, sino de la naturaleza humana y que cada quien saque sus conclusiones.
Está por demás decir que contrario a lo que dicen los guías, sobarle la nariz a la estatua, no trae buena suerte, de hecho el ayuntamiento de Edimburgo tiene que cambiar la nariz cada cierto tiempo y ya no sabe qué hacer para acabar con esa tradición.
Lo que sí es verdad es que muy cerca de la entrada se empezaron a escribir los libros de Harry Potter.
En este pequeño café que ven aquí, y que desgraciadamente se incendió en agosto del año pasado 👇🏻
@jk_rowling ha dicho que la idea y primeras palabras surgieron en un viaje de tren Manchester - Londres, pero seguramente algo de inspiración obtuvo aquí en Edimburgo, ya que si son fans de la saga y pasean por el cementerio verán tumbas con nombres y apellidos muy familiares:
Pero esa historia y muchas más, se las contaré en otra ocasión.
Por lo pronto así termina la historia del perrito Bobby y su verdadero y triste final.
Nos vemos mañana con otro relato.
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