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Mar 30, 2023, 19 tweets

BLOODY MONDAY.

“No me gustan los lunes. Son tan aburridos. Solo lo hice por diversión,” contó Brenda Ann Spencer al periodista Steve Weigand. En 1979, la adolescente de 16 años utilizó un rifle semiautomático para asesinar 2 profesores y herir a 8 niños y 1 policía.

[Abro hilo]

Brenda Ann Spencer nació el 3 de abril de 1962 en San Diego, California. Creció bajo unas precarias condiciones económicas y de pequeña tuvo que soportar el divorcio de sus progenitores. Quedaría al cuidado de su padre Wallace. A su madre Dot no la vería muy seguido.

1.57 m de altura, delgada, pelirroja, de piel blanca, llena de pecas, y gafas para la miopía. Brenda odiaba su físico. Le gustaba la fotografía, la música y se ausentaba bastante a la escuela. Era rebelde, introvertida y con problemas de aprendizaje.

La chica inofensiva que veían los profesores contrastaba con la persona que llevaba dentro. Estaba fascinada con ser francotiradora y suprimía sus deseos cazando aves. En una ocasión le contó a un amigo sobre sus ganas de asesinar a alguien. Más tarde comenzó a consumir drogas.

En 1978 fue arrestada por disparar con una pistola de aire comprimido. Fue su primer aviso.

Pese a este incidente su padre le obsequió un rifle Ruger calibre 22 con mira telescópica y 500 balas como regalo de Navidad. Empezó a practicar tiro y a leer sobre criminales.

El lunes 29 de enero de 1979 Brenda se despertó sola en su casa, puso la música a todo volumen, se asomó por la ventana y vio a los estudiantes del Cleveland Elementary Institute de San Diego, su antigua escuela primaria. Eran blanco fácil. Tomó su rifle semiautomático y apuntó.

Los primeros disparos abatieron al director Burton Wragg que estaba ayudando a uno de los niños, y al conserje Mike Suchar que corrió para poner a salvo al resto que se encontraba en la puerta.

En un momento el tranquilo lunes se había convertido en un caos.

Un agente llegó al lugar colocando un camión de basura para bloquear la entrada principal. Aquella valiente acción salvó muchas vidas. Brenda finalmente disparó 36 proyectiles.

Los SWAT y la policía rodearon el perímetro. Un grupo de negociadores intentó persuadirla.

Una Burger King fue lo acordado para su rendición luego de 6 horas. Al entrar en su domicilio encontraron centenares de cartuchos de munición.

Al salir esposada los reporteros que cubrían la escena le preguntaron por qué lo hizo. Entonces dijo: “No me gustan los lunes.”

“No tengo ninguna razón, solo fue por divertirme. Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blanco fácil para mí. Fue muy divertido ver a los niños fusilados.”

La respuesta dejó helados a los presentes.

En el juicio, celebrado en San Diego en 1980, fue acusada de 2 cargos de asesinato en primer grado y asalto con arma mortal. Fue juzgada como adulta, pese a ser menor de edad. La joven confesó haber consumido drogas y alcohol antes de disparar, algo que las pruebas negaron.

Sus abogados consideraron la posibilidad de alegar demencia, pero esto no se concretó. Sin embargo, argumentaron que el maltrato físico que recibía por parte de su padre, y que incluía abusos sexuales, era la verdadera razón de su acto de violencia sin sentido.

El fiscal del distrito adjunto del condado de San Diego, Richard Sachs, la describió como una joven con “incapacidad para lidiar con el estrés e inclinación desmesurada a actuar con ira.” Brenda acusó a la fiscalía como responsable de una conspiración para falsificar las pruebas.

Los psiquiatras le diagnosticaron una lesión del lóbulo temporal del cerebro como motivo del origen de su agresividad. El deterioro se presume que fue causado por un accidente en bicicleta durante su infancia.

Admitió sus cargos y fue condenada a cadena perpetua revisable.

Fue enviada a la institución penitenciaria de mujeres en Corona, California, donde lleva 43 años. En 4 ocasiones le han sido denegadas las peticiones de libertad condicional por considerarla un peligro para la sociedad. De la imagen física de aquella pelirroja queda poco.

“Con cada tiroteo en las escuelas me siento en parte responsable” ha comentado. Pero ni aún así el tribunal deja de reconocer su falta de remordimiento hacia las víctimas.

Brenda Ann Spencer fue la autora del primer tiroteo a una escuela moderna en Estados Unidos.

Se hicieron varias canciones. La más exitosa fue ‘I don't like Mondays’ del grupo de rock The Boomtown Rats. Su autor, Bob Geldof, se justificó diciendo que el tema musical “no fue un intento de explotar la tragedia.” Brenda le escribió diciendo que la había hecho famosa.

En 1993, contó en Noticias de San Diego 8 que no recordaba haber dicho la frase. Que a causa de las drogas y el alcohol tiene un “recuerdo muy fragmentado de todo el día.” La mayor parte de lo que recuerda es por los informes policiales.

Los ‘Dulces 16’ no fueron tan grandiosos.

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