🌍 David Senabre 🌍 Profile picture
Profesor titular de Universidad. Hilos de Cine, Historia y Cultura. Reflexiones: #Pensamientosaltuntún. Falta de respeto=BLOQUEO. Cuenta B: @David__Senabre

Apr 3, 2023, 20 tweets

#Efemérides #TalDíaComoHoy #BOTD #Cinematography #Actor #MarlonBrando

Hilo de 20 tweets.

1924.

Hoy, 3 de abril, nació MARLON BRANDO (f. 2004), actor y director estadounidense con 2 Premios Óscar: Mejor actor por “On the Waterfront” (1954) y “The Godfather” (1972).

Tenía, además, 2 Globos de Oro y 3 BAFTA.

Considerado uno de los mayores mitos de la Historia del Cine.

Marlon Brando era el tercer hijo de Dorothy Pennebaker, de sangre irlandesa, y Marlon Brando, descendiente de franceses que americanizaron su apellido original, «Brandeau».

Su padre, de carácter fuerte, era representante de una fábrica de productos químicos, y eso hizo viajar a la familia, cambiando de residencia en varias ocasiones (Illinois, California, Minnesota), antes de establecerse en una granja de Libertyville, Illinois, en 1937.

De su madre, artista aficionada y principal impulsora de un grupo teatral de Omaha (por el que a fines de los años veinte pasaron unos aún desconocidos Dorothy McGuire y Henry Fonda), heredaron, tanto él como sus hermanas, Joselyn y Frances, su atracción por la escena.

Rebelde desde la niñez, el joven Bud (era su sobrenombre familiar) ingresó con dieciséis años, en contra de su voluntad, en la Shattuck Military Academy de Fairbult, Minnesota, donde lejos de «enderezarse», fue expulsado dos años después por insubordinación.

Después trabajó en lo que surgía: albañil y conductor de excavadoras.

Desde 1943 se fue a vivir con su hermana Joselyn y para ganarse la vida siguió trabajando como vendedor de refrescos, lavaplatos, botones o ascensorista en unos grandes almacenes.

Una recomendación lo condujo ante Erwin Piscator, director del Dramatic Workshop en la New School for Social Research, embrión del Actor’s Studio.

Allí asistió a las clases de Stella Alder, alumna, en Moscú, de Konstantin Stanislavski, cuyas técnicas aplicaba.

Diez obras entre 1944 y 1947 (Molière, Shakespeare, Ben Hecht, Jean Cocteau, Bernard Shaw...) foguearon su talento, y dos frases sirvieron para convencer a Tennessee Williams de que él era el intérprete ideal para encarnar al Stanley Kowalski de "A Streetcar Named Desire".

Con el beneplácito del dramaturgo y la dirección de Elia Kazan, Marlon Brando fue un Kowalski nunca superado, y de la noche a la mañana consiguió que todo Broadway hablara de él.

El éxito rotundo del montaje propició su versión cinematográfica.

El actor ya había debutado en “The Men” (1950), de Fred Zinnemann, donde supo trasladar a la pantalla toda la fuerza y los matices con que había dotado a su personaje en la escena, aunque su poder de seducción se multiplicó.

Pasó un mes en un hospital militar para prepararse.

Con “A Streetcar Named Desire” (1951), Marlon Brando adquirió una inmediata fama mundial y con ella nació el mito.

Un icono que imitaron sus contemporáneos.

Esa rebeldía personal y en sus personajes la siguió plasmando en títulos, como “The Wild One” (1953), de László Benedek,

o “The Fugitive Kind” (1959), de Sidney Lumet.

El primer papel con un carácter más humano fue en “The Young Lions” (1958).

En seis años que llevaba de carrera había sido candidato al Óscar en 5 ocasiones y, aunque lo podría haber ganado por “Viva Zapata!” (1952), de Elia Kazan,

o “Julius Caesar” (1953), de Joseph L. Mankiewicz, lo obtuvo por “On The Waterfront” (1954), en la que encarnó al contradictorio Terry Malloy (el ex boxeador que merodea por los muelles de Nueva York), un álter ego del director del filme, Elia Kazan, atormentado por el fantasma

de la delación después de haber contribuido a la siniestra caza de brujas liderada por el senador Joseph McCarthy denunciando a sus camaradas.

Brando, que encarnaba el inconformismo frente a otras estrellas de Hollywood, creía que trabajaba contra el star-system pero, en

cambio, su personaje convenía a la gran fábrica de sueños: era el mejor vendedor de sus productos.

La primera etapa de la década de los 50 se cerró con su único trabajo como director, “One-Eyed Jacks” (1961), un western crepuscular que marcó las pautas por las que desde entonces

se rigió el género, pero que en su momento no fue justamente valorado.

Continuaría con otras películas relevantes como “Mutiny on the Bounty” (1962), de Lewis Milestone, “The Chase”(1966), de Arthur Penn, “Reflections in a Golden Eye” (1967), de John Huston y

“A Countess from Hong Kong” (1967), de Charles Chaplin, con Sophia Loren.

Un decenio después, obeso, decadente, irreconocible, fue rescatado de la medianía por Francis Ford Coppola, quien con “The Godfahter” (1972) lo llevó a su segundo Óscar, recogido en su nombre por Sacheen

Littlefeather, descendiente de apaches, como protesta por el trato a los indígenas norteamericanos.

En el Brando renacido pudo la codicia, y con “Superman” (1978), de Richard Donner, cobró 4 millones de dólares por 10 minutos e inauguró 14 años de trabajos mercenarios y muchos

prescindibles, que caracterizaron su última etapa, donde actuó, así, obligado por las deudas.

Al final de la década Francis Ford Coppola logró convencerlo para que encarnara al personaje del coronel Kurtz en “Apocalypse Now” (1979).

De las últimas 9 películas sólo dos serían de

cierta significación y permiten cerrar con dignidad el ciclo profesional en ocaso de la estrella: Tomás de Torquemada en “Christopher Columbus: The Discovery” (1992), de John Glen, y “Don Juan DeMarco” (1995), de Jeremy Leven.

FILMOGRAFÍA
(ver imagen adjunta)

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