La aparición de las primeras esculturas tartésicas nos ha sacudido a todos. A la euforia se le suma lo sorprendente de sus formas, y ya han surgido comparaciones algo fabulosas.
Vamos a hablar sobre los rostros de Tarteso ⬇️🎭
#Iberiavieja
Las esculturas descubiertas en el Turueño pertenecen a 5 individuos, al menos un joven guerrero y dos diosas.
Muchos tuiteros (yo incluido) no han podido dejar de observar que el rostro de estas diosas se parece extrañamente al arte oriental de India e Indonesia.
Pero no debemos irnos tan lejos. Los referentes artísticos más cercanos pertenecen al estilo oriental que puede encontrarse entre griegos, etruscos y púnicos en los siglos VI y V a.C.
Uno de los elementos definitorios de estas esculturas tartésicas es su sonrisa, llamada "sonrisa arcaica", propia de las esculturas del arte arcaico griego y etrusco contemporáneos a las fechas del Turuñuelo, como este rostro de koré griega.
Otro detalle son las tiaras o recogidos de pelo, que podemos comparar aquí con la figura de Astarté púnica o con la imagen de la koré griega. Parecen parte de un peinado muy complejo que rodea algún tipo de tocado.
Precisamente en esos peinados destacan los rizos o bucles, como puede verse en este fragmento del Turuñuelo y su comparación con una koré griega arcaica.
Por último, los grandes pendientes o arracadas de oro, que conocemos como en este ejemplo de La Aliseda, aparecen aquí como objeto de lujo y prestigio, similar a las estatuas ibéricas producidas poco después, y que unen al Turuñuelo con el arte propio de Iberia.
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