Apodada Langevin por sus camaradas de armas, Renée Bordereau era una máquina de matar al servicio del Rey y la Verdadera Religión. Es decir, que luchó contra la República Francesa, el Directorio, el Consulado y el Imperio dejando el campo de batalla hecho un asco.
Con su cabeza puesta a precio, escapó de los gendarmes haciéndose pasar por una mujer que se hacía pasar por un hombre que se hacía pasar por una mujer... Eh, ya sé, es complicado, pero el truco le salió bien.
Tras muchos años dando guerra, finalmente fue apresada y pasó años en los infectos calabozos del Mont Saint-Michel. Pero sobrevivió y cuando regresó la monarquía a Francia, fue liberada y tratada como una heroína.
Aquí la tenéis. Condecorada personalmente por Luis XVIII, escribió al dictado sus memorias, que son un libro digno de lectura, donde se cuentan los enemigos muertos por docenas.
Langevin es una de las mujeres más peligrosas de #MujeresDeArmasTomar, que publica @PrincipalLibros y que os recomiendo leer, porque, aunque viene con dibujitos y se cuenta ésta y otras historias en clave de humor, luego deja poso y da en qué pensar.
Si no os fiáis de mi criterio, siempre podéis hacer caso a una opinión acreditada.
¡No os olvidéis! Este domingo estaré a vuestra disposición para firmar ejemplares.
¡Os espero!
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