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1907.
Hoy, 12 de mayo, nació Katharine Houghton Hepburn KATHARINE HEPBURN (f. 2003), actriz.
Fue actriz de Teatro y Cine durante más de 60 años de profesión ininterrumpida.
La única intérprete, hasta la fecha, que ha recibido 4 Óscar a la Mejor actriz.
Apareció en 44 películas, 9 películas para Televisión y 33 obras de Teatro.
Nació en el seno de una familia aristocrática que decía descender de un hijo bastardo del príncipe Juan de Inglaterra.
Esta alcurnia y el hecho de que sus antepasados hubieran llegado a Estados Unidos en el Mayflower eran referencias que los Hepburn mantenían con orgullo.
Fundamentaban su supuesta “clase” en el conocimiento, y se enorgullecían de contar entre sus amistades con George Bernard Shaw.
Kate era la segunda de seis hermanos -Tom, Dick, Bob, Marion y Peggy-, criados en ese ambiente culto y liberal en el que era común entre ellos leer en
voz alta a Ibsen o Shakespeare y opinar y discutir sobre sus obras a una edad nada habitual.
Su padre, Thomas Norval Hepburn, era un respetado cirujano especialista en urología, y un atleta de primera categoría desde sus tiempos de estudiante en el Randolph-Macon College de
Virginia.
Su madre, Katharine Martha Houghton, era militante sufragista, el modelo de su famosa hija.
Después de que su hermano Tom se quitara la vida, ingresó en el exclusivo Bryn Mawr College de Filadelfia, donde más tarde estudió arte dramático y se convirtió en miembro
permanente del grupo de teatro universitario.
En junio de 1928, al día siguiente de su graduación, viajó a Baltimore para entrevistarse con Edwin H. Knopf, director de una Compañía de Teatro que ensayaba en esos momentos "The Czarina"; tras mucho insistir, se hizo con un breve
papel en la obra.
Este debut y su famoso temperamento le valieron, en aquellos primeros tiempos, el mote de «la Zarina».
En 1931 se consagra como actriz en Broadway con "A warrior’s husband". David O. Selznick, responsable de producción de la RKO, le ofreció un contrato
que ella misma negoció hasta lograr un salario de gran estrella, 1.500 dólares semanales, cuando en el teatro ganaba 100.
Fue el precio que consideró justo para mudarse a Hollywood.
En el verano de 1932 rodó su primera película, “A bill of Divorcement”, junto a John Barrymore,
y el director, George Cukor, quien la dirigiría en una decena de filmes, entre ellos, "Little Women” (1933), basada en la novela de Louise M. Alcott, en la que encarnó a Jo, un papel que contribuyó a cimentar su propia androginia, en una época en que imperaban mitos de
feminidad como Jean Harlow o Mae West.
El éxito de esta película y de “Morning Glory” (1933), de Lowell Sherman (su primer Óscar), abrió una etapa de auge en su carrera.
Rodó títulos del calibre de “Stage Door” (1937), de Gregory La Cava; “Holiday” (1938),
de George Cukor, o “Bringing up Baby” (1938), de Howard Hawks.
Por entonces Katharine regresa a Nueva York y retoma su labor en los escenarios.
Su reaparición en Broadway supuso un nuevo auge en su carrera: su trabajo en la comedia de Philip Barry
“The Philadelphia Story” llegó a las 400 representaciones y recibió el aplauso unánime de crítica y público.
El multimillonario Howard Hughes le regaló los derechos para que únicamente ella pudiese hacer la versión cinematográfica.
Y Hepburn, tras comprar su libertad a la RKO (cancelar el contrato le costó 220.000 dólares), volvió a la Costa Oeste para ofrecerle la adaptación al zar de la Metro Goldwyn Mayer, Louis B. Mayer, quien aceptó, aunque no se plegó a las exigencias de la actriz de que los
coprotagonistas fueran Clark Gable y Spencer Tracy.
Le proporcionaron a Cary Grant y James Stewart y tuvo a Cukor como director.
La química conseguida prueba que fue la elección perfecta para una película memorable.
Esta vez perdió el Oscar injustamente frente a Ginger Rogers,
pero ganó con justicia un prestigio eterno.
Conoció a Spencer Tracy durante “Woman of the Year” (1942), de George Stevens, y desde entonces hasta “Guess Who's coming to Dinner” (1967), de Stanley Kramer, formaron una de las grandes parejas del cine y de la vida, a lo largo de
9 películas y 27 años.
Durante los años 50 y 60 rebajó mucho su ritmo de trabajo, lo cual no le impidió cosechar grandes éxitos como “The African Queen” (1951), que coprotagonizó con Humphrey Bogart, o la citada “Guess Who's coming to Dinner” (1967) y
“The Lion in Winter” (1968), por los que obtuvo sendos Óscar de forma consecutiva.
En las décadas siguientes, redujo su presencia cinematográfica a papeles esencialmente de apoyo, con la notable salvedad de “On Golden Pond” (1981), auténtico testamento fílmico por el que
se le concedió su cuarto Óscar, y en el que compartió cartel con otra gloria del cine clásico estadounidense, Henry Fonda.
Hepburn se despidió del cine en 1994, ya octogenaria, para retirarse a su casa de campo, en Old Saybrook, Connecticut, donde la acompañaban familiares,
amigos y su biógrafo, Scott Berg, que la visitaba los fines de semana y concluyó allí 20 años de entrevistas que dieron forma a un libro, _Kate remembered_ (2003), que, según lo pactado, publicó sólo tras la muerte de la actriz.
FILMOGRAFÍA, TV y TEATRO.
(ver imagen adjunta)
LA HISTÓRICA ENTREVISTA A KATHARINE.
El 3 de octubre de 1973 Katharine Hepburn concedió su primera entrevista para TV a Dick Cavett (1936--) en el "The Dick Cavett Show" (1968-1995).
La declaración completa de estas increíbles 2 horas y media de repaso de su vida supuso una revolución en los Media americanos y el relanzamiento de su carrera profesional, según explicó Dick.
Parte 1ª: 1h09':
Parte 2ª: 1h14':
Frank Capra dijo de ella, cuando la dirigía en “State of the Union” (1948):
«Hay mujeres, y además está Kate. Hay actrices, y además está Hepburn».
Pese a su divismo, era de una enorme generosidad con sus compañeros gracias a un dominio de sus posibilidades que le permitía
una inmediata adaptación que hacía las delicias de sus directores.
Luego estaba su porte singular (su altura, el cuello largo, los pómulos altos, las facciones angulosas...), un tipo de belleza que ha perdurado en el tiempo ajeno a cánones y modas. El resto era aplomo,
seguridad en sí misma y mucho talento.
En la vida real era todo un carácter, y hasta más allá de los noventa años conservó una energía y una lucidez que no lograron apagar los temblores que le producía la enfermedad de Parkinson que padecía desde hacía tiempo.
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