Fue la directora de la primera película animada para niños.
Fue punta de lanza del expresionismo alemán.
Colaboró con Fritz Lang, con Brecht, con Kurt Weill.
Pero cayó en las sombras del arte durante mucho tiempo.
Hoy, en #berlinespobreperosexi, Lotte Reiniger y las siluetas.
Lo que acabáis de ver es el Papageno de La Flauta Mágica.
Pero no es un Papageno cualquiera, es del cortometraje que creó Lotter Reiniger.
Y que según Jean Renoir era la mejor adaptación que se había hecho nunca de Mozart.
Aquí tenéis más (altavoces encendidos):
Sin embargo, salvo que seas un entusiasta de la historia de la animación, dudo mucho que sepas quién es Lotte Reiniger.
Aunque sus tijeras cambiaron las historia del cine.
Todo comenzó como empiezan las carreras de muchos artistas: por pasión.
Lotter era una chica aficionada a las siluetas. En su tiempo libre recortaba y recortaba pequeñas figuras en cartulina negra.
Lo hacía por pasar al rato, pero a alguien le pareció que ahí había algo más...
Dos de sus compañeros del Institut für Kulturforschung en Berlín, la animaron a crear una pequeña película con esas siluetas.
Su primer trabajo fue esto:
Uno de esos compañeros, acabaría siendo su marido, su socio y su empleado.
Con él empezaría a trabajar en otros cortometrajes, esta vez persiguiendo una obsesión de Lotte: los cuentos de hadas.
Cuando era pequeña, la abuela de Lotte la llevó al cine. Allí descubrió una versión muda de La Bella Durmiente.
Le gustó tanto, que convenció a la gerente del cine para que la pusiera al día siguiente y poder verla.
Años después haría su propia versión.
Porque si algo destaca en el cine de esta berlinesa es la capacidad para rescatar una estética propia de los cuentos de hadas.
Sus figuras proceden de una tradición que los niños no solo entienden, sino que forman parte de su universo.
Por eso, el cine de Lotte triunfa entre el público infantil, porque pone el mundo a su altura, pero no los trata como idiotas.
Les concede un arte muy vanguardista, con un tratamiento expresionista del movimiento y la oscuridad.
Esa mezcla, le hará ser muy querida por los niños
En sus años en Berlín aprende a dominar el arte del Stop Motion. Con una paciencia sobrehumana, mueve cada pieza y lo capta con la cámara.
Pero Lotte quiere ir un paso más allá.
Diseñar, recortar y mover cada personaje es una locura, pero Lotte lo hace a velocidad del rayo.
Así que en 1923 decide que su nuevo trabajo será...
¡Una película infantil de animación!
Con la mirada del siglo XXI, esto no nos resulta raro, pero en la época era extrañísimo.
Por supuesto, nadie quiso financiar su trabajo.
Por suerte, Lotte era muy cabezota y consiguió que un banquero admirador le financiara la compra de celuloide.
Comienza a hacer el primer largometraje infantil de animación que se conserva: Las aventuras del príncipe Achmed.
Lotte se fabricó su propio estudio encima de un garaje y creo una herramienta que revolucionaría la animación.
La cámara multiplano:
Un artefacto con diferentes planos para poder tener a los personajes más cerca de la cámara y un fondo detrás.
Generando una idea de profundidad que hasta ahora no era imposible (o tremendamente cara) de hacer para la animación.
Este trabajo "solo" le llevó 3 años.
Una proeza que tuvo su recompensa en forma de éxito de público y crítica.
Y también dejó un legado...
¿A que no adivináis quién cogió la idea de la cámara multiplano para realizar su primera película 10 años después?
Os dejo un fotograma, por si os suena la película.
Por desgracia, la vida de Lotte Reiniger no fue tan exitosa como la de Disney.
Cuando estaba en la cresta de la ola, a punto de producir su tercera película sobre una ópera de Ravel, los Nazis toman el poder en Alemania.
Sus amistades con otros artistas les permiten salir del país.
Carl y ella en Italia y Francia con ayuda de Renoir, pero su madre enferma y vuelven a Berlín.
Están perdidos en una Europa que no entienden.
Allí, pasan el resto de la guerra, sobreviviendo a los bombardeos y al hambre.
Aunque ni en los peores momentos abandona sus siluetas.
Tras la guerra, Lotte y Carl se mudan a Londres donde abren un pequeño estudio para publicidad y algunos trabajos cinematográficos.
Y poco a poco, su trabajo va cayendo entre las sombras.
Su trabajo se consideraba algo para niños, solo cuentos de hadas... nada serio ni digno de ser recordado.
Pero en los años 70, cuando ella ya es considerada la abuela de la animación, sus nietos comienzan a homenajearla.
Sus siluetas comienzan en la obra de otros animadores.
Y su tradición llega hasta nuestros días, en escenas en películas que todos conocemos.
Como, por ejemplo, en la película final de Harry Potter:
O mi favorita, en los títulos de crédito de El ministerio del tiempo.
(Etiqueto a @olivares_javier para que me confirme o desmienta que Lotte Reiniger es la referencia, porque no he encontrado nada en Internet)
Así, esta artista Berlinesa, regresó de la oscuridad y hoy ocupa el lugar que merece.
Espero que os haya gustado, si así ha sido, podéis retuitear el primer tuit del hilo:
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Y esto ha sido todo por hoy en #berlinespobreperosexi.
Gracias por llegar hasta aquí.
Siento no haber comparecido el viernes, pero estaba destrozado y no veía que fuera capaz de sacar adelante un hilo con tantas referencias y vídeos.
Nos vemos el próximo viernes!!!!!
(O bueno, el jueves si venís a la Feria del Libro a verme)
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