Todo el mundo conoce La muerte de Marat, de Jacques-Louis David (1793, @FineArtsBelgium).
Lo que es menos conocido es que formaba parte de un díptico con una obra hoy perdida de David.
Ésta es la historia de Los últimos momentos de Lepeletier.
En 1793, tras el asesinato de Marat por Charlotte Corday, el diputado Guiraut le encarga a David una obra para conmemorar este hecho, pues ya lo había hecho el mismo año con la muerte de Lepeletier.
Michel Lepeletier de Saint-Fargeau fue un diputado que votó a favor de la muerte de Luis XVI.
La misma tarde de la votación fue asesinado por un realista, un antiguo guardia del rey llamado Philippe Nicolas Marie de Pâris.
Moriría unas pocas horas antes que Luis XVI.
Así, Lepeletier se convertiría en el primer mártir de la Revolución Francesa: héroes revolucionarios muertos por su ejemplo.
Y se le encargó a David, el pintor de la Revolución conmemorar este hecho.
David se basó en una obra suya previa, El dolor y los lamentos de Andrómaca sobre el cuerpo de Héctor (1783, @MuseeLouvre).
Representa a Lepeletier en su lecho de muerte, como un Héctor moderno, pendiendo sobre él una espada con el texto: Premier martyr de la liberté (Primer mártir de la libertad).
La espada tiene grabada una flor de lis (emblema de los Borbones) para recordar el origen de la muerte.
Se conserva este dibujo de Anatole Devosge (1783, @museesdijon), que nos da una idea de la obra final.
Así se ha podido reconstruir la imagen final de la obra.
La obra se exponía en la Sala de Sesiones de la Asamblea.
Hay que imaginar cómo debía de ser la Sala de Sesiones en 1793 con las dos mártires de la Revolución de David presidiendo la estancia.
La obra tuvo una enorme difusión por medio de los grabados de Pierre-Alexandre Tardieu (1793).
En el @museecarnavalet se conserva esta copia anónima del S. XVIII, de baja calidad, que nos da una idea de la importancia que tuvo.
¿Por qué se perdió?
Tras la caída de Robespierre, David cayó en desgracia por su relación con El Incorruptible y ambas obras se descolgaron en 1795 confiándoselas a David, quien las conservaría hasta su muerte en Bruselas en 1825.
A su muerte, la obra se vendería a Suzanne Le Peletier de Mortefontain, hija de Lepeletier.
Aquí retratada precisamente por David en 1804 (@GettyMuseum).
La muerte de Marat no corrió la misma suerte y no sé consiguió vender en ese momento.
El problema es que ella era realista, por lo que probablemente hizo destruir la obra, pues también mandó destruir los grabados y planchas de cobre.
Pero hay quien dice que el cuadro no fue destruido, que está oculto en los muros del castillo familiar de Saint-Fargeau.
Sea cual sea la versión cierta, la obra actualmente ha desaparecido.
En 1794, David realizaría otra obra sobre otro mártir de la Revolución: La muerte del joven Bara (Musée Calvet).
Pero ésa es otra historia.
@Boro_RR @museesdijon De hecho, recuerda bastante a este dibujo de David de La muerte de Marat, vendido en @Sothebys en 2007.
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