Hay aparatos que llegan a su último vuelo y son recordados con cariño por los que los volaron y mantuvieron. Hay otros sin embargo…
El protagonista de esta pequeña historia es un Harrier GR7A. No uno cualquiera, en concreto el ZD469. Un aparato que resultó ser un imán para las desgracias a lo largo de su carrera. Fue bautizado por un mecánico como Christine, por un libro de Stephen King.
A lo largo de su carrera estuvo a punto de llevarse por delante la vida de un ingeniero y un mecánico en dos incidentes separados mientras se le realizaban tareas de mantenimiento. Las compuertas del tren de aterrizaje se cerraron provocándoles graves heridas.Comenzaba la leyenda
Mientras estaba desplegado en Italia para patrullar sobre Bosnia un pieza de un puente grua que se iba a utilizar para levantarlo cayó sobre el ZD469. Tuvo que ser llevado de vuelta al Reino Unido a bordo de un C-17.
Al ser reparado fue enviado a unos ejercicios en Noruega. En vuelo a baja cota rozó unos cables de alta tensión dañando la cola. De nuevo viaje a gastos pagados en un C-17 al Reino Unido.
Según parece sufrió daños significativos en 3 ocasiones por el impacto de aves. Estaba más tiempo en el taller que operativo así que ya es mala suerte esto.
El ZD469 fue desplegado a otro ejercicio en Canadá . Allí y en pleno vuelo perdió la parte superior acristalada de la cabina del piloto. Casi infarto para el pobre piloto y de nuevo viaje de regreso en un C-17.
En 2005 nuestro cenizo Harrier fue a la guerra de Afganistán.Mientras estaba desplegado en Kandahar la base sufrió un ataque talibán con cohetes. Como no, al ZD469 le cayó uno al lado rociándolo de metralla. Y como no, de nuevo viaje de regreso en un C-17.
Cuando llegó al Reino Unido y mientras era descargado en Brize Norton un ala, sin motivo aparente, se desprendió del Harrier.
La mayor parte de la cola del ZD469 que se encontraba intacta fue instalada en el ZD375 mientras se evaluaba que hacer con el primero. Inmediatamente el confiable ZD375 comenzó a tener mil problemas de mantenimiento (no relacionados con su pieza intercambiada).
Finalmente la RAF se rindió con Cristine y decidió que adornara la entrada a una de sus bases. En su vida operativa no había llegado practicamente a las 1000h de vuelo, había sufrido mil y un problemas y se había labrado una leyenda negra a su alrededor.
Pusieron al ZD469 para guardar la base de la RAF de Witteing ¿que puede salir mal?. Pues salió. Una joven conductora perdió el control de su vehículo mientras circulaba por la carretera al lado de la base y acabó estampada contra nuestro protagonista.
La conductora salió ilesa, no así su coche y el ZD469 que de nuevo tuvo que pasar por taller, esta vez por lo menos no fue en otro C-17. Y hasta aquí la historia de un avión gafado.
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