Cuando hablamos del régimen de Nicolás Maduro en #Venezuela🇻🇪, por lo general tendemos a caer en el error de que él controla TODO.
Nada más alejado de la realidad, la tiranía venezolana es mucho más compleja.
¿Quién compone el régimen? ¿Cómo es el entramado de poder?
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Es muy común, cuando hay una dictadura, que se deposite toda la responsabilidad y se crea que todo el poder reside en el dictador. Los casos donde eso es real son muy contados. No existe tal cosa como un "Estado de un solo hombre" porque uno, para gobernar, necesita de otros.
De las muertes y los crímenes de lesa humanidad ni hablemos, muchísimos dictadores y hasta te diría que la mayoría de ellos se fueron a la tumba luego de haber liderado regímenes con miles o millones de víctimas sin haber matado nunca a nadie personalmente con sus propias manos.
Luego hay otros regímenes donde hay un jefe de Estado con mucha presencia nominal, pero lo cierto es que (a lo interno) no tiene un gran poder. En esa categoría entra (sin duda alguna) Miguel Díaz-Canel en Cuba por ejemplo, y con algunos matices, podría entrar Nicolás Maduro.
Lo primero que hay que entender es que la estructura del chavismo precede a Maduro por ser el heredero de Hugo Chávez. Por eso, para diseccionar al régimen hay que analizar a los principales actores de las siguientes ramas del mismo: la civil, la económica y la militar.
Si tenemos que hablar de gente poderosa en Venezuela, una cita obligada es Diosdado Cabello. Lo hemos visto en fotos, lo hemos visto casi a la par de Maduro, vemos extractos de su alocución semanal ("Con El Mazo Dando").
Ahora bien, por casualidad, ¿sabés quién es?
Cabello fue uno de los militares que acompañaron a Chávez desde el principio (con el intento de golpe de 1992). Lo acompañó en fundar su partido y tomar el poder. Fue presidente interino por unas horas en abril de 2002, luego del fallido golpe de Estado en contra de Chávez.
Lo cierto es que casi no hay lugar del Estado, el Ejército y el Partido (PSUV) donde no lleguen (al menos sutilmente) los tentáculos de este siniestro sujeto. Se le ve como el hombre fuerte de Venezuela y algunos sugieren (con bastante evidencia) que sobrepasa por mucho a Maduro.
Curiosamente, sin embargo, los cargos que ha ocupado Cabello en términos institucionales no han sido muy relevantes. Esto se debe a que su control sobre estas posiciones radica en una red de contactos, no en un cargo. Tiene familiares y allegados en esos puestos realmente claves.
Pero el poder de Cabello no proviene ni del Estado, ni del Partido, ni del Ejército, sino de otro de los pilares del régimen que es el extenso aparato paralegal y paraestatal. Es decir, los grupos delincuenciales (narcotráfico, guerrillas y colectivos) vinculados al chavismo.
Cabello supervisó el entrenamiento militar de los colectivos y la gran mayoría de las investigaciones apuntan a que juega un papel central en las operaciones ilegales de la dictadura. Mientras tanto, también tiene incidencia en los aparatos de inteligencia estatal (el SEBIN).
Y ya hace dos días, ese poder se terminó de consolidar con su nuevo nombramiento: "Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela". Ya tiene autoridad de jure sobre los nombramientos en el aparato represivo de inteligencia-policial que antes tenía de facto.
Cabello (el segundo más buscado por Estados Unidos después de Maduro) es una pieza central en que el régimen no se caiga, pero él y Maduro no se llevan bien. Incluso se sabe que Maduro y otras facciones del régimen han cooperado para intentar disminuir o limitar su poder.
De hecho, en su última alocución, Cabello fue tan lejos en dejar al descubierto esta rivalidad cuando llamó a no votar por "Futuro", el partido de Héctor Rodríguez, gobernador del Estado Miranda, considerado arquitecto de un armado "madurista/posmadurista" al margen del PSUV.
El atrincheramiento de Cabello respecto a otros sectores no es inusual y se explica fácil: orden de captura internacional de Estados Unidos, no es Maduro para negociar y casi nadie lo reivindica o lo quiere. En pocas palabras, es indiscutidamente el que más jugado está si se cae.
Del otro lado de Cabello están los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, quienes históricamente han dominado el aparato civil (y más recientemente el económico) del régimen. Son también dos de las caras más conocidas de la dictadura después de los mismos Maduro y Cabello.
Los Rodríguez son hijos de Jorge Antonio Rodríguez, fundador del partido marxista "Liga Socialista" (en cuyas filas inició su militancia el mismo Maduro). Rodríguez participó en actos de secuestro y guerrilla durante la democracia, y murió en prisión mientras era torturado.
Los hermanos construyen su legitimidad política en exprimir el legado de su padre (para sectores de la izquierda venezolana un mártir revolucionario) y tanto Jorge como Delcy han tenido una destacada trayectoria en la militancia partidista hasta la llegada de Hugo Chávez.
Delcy Rodríguez fue canciller, ministra de Finanzas, desde 2018 es vicepresidenta y desde hace dos días Ministra de Petróleo. Jorge Rodríguez fue alcalde de Caracas (Municipio Libertador), Ministro de Comunicación e Información y desde 2021 es presidente de la Asamblea Nacional.
Jorge Rodríguez fue rector y presidente del CNE por un breve período de tiempo y guarda influencias en el CNE. De hecho, la empresa argentina que presta el servicio electrónico al CNE desde la ruptura del régimen con Smartmatic en 2017 (Ex-Clé) está estrechamente vinculada a él.
Mientras tanto, Delcy Rodríguez está casada con Yussef Abou Nassif Smaili, hoy por hoy uno de los empresarios más poderosos del país. También influye en nombramientos en cancillería, lo que les ha permitido a ella y a su hermano dominar las relaciones diplomáticas del régimen.
Vemos entonces que los hermanos Rodríguez influyen más en el aparato institucional, partidista y económico del régimen, así como en las relaciones exteriores. De hecho, Jorge Rodríguez fue uno de los que representó al régimen en la firma del famoso Acuerdo de Barbados en 2023.
En cuanto al aparato judicial (uno de los principales brazos fuertes de la dictadura), tenemos a la hoy primera dama Cilia Flores. Abogada y jurista, Flores fue nada más y nada menos que la defensora de Hugo Chávez y sus compañeros en el juicio tras la intentona golpista de 1992.
Flores fue presidenta de la Asamblea Nacional entre 2006 y 2011 y Procuradora General de la República entre 2012 y 2013, en la última etapa de Chávez hasta que se casó con Maduro. Se considera que tuvo a su control el nombramiento de buena parte de la red de jueces del chavismo.
Contrario a otros casos donde el dictador pone a su esposa en puestos importantes, esto fue al revés. Maduro se casó con ella (de hecho lo hizo después de asumir, en julio de 2013) porque ELLA tenía influencia sobre nombramientos judiciales clave. Y lo sigue teniendo hoy día.
Si bien las internas rara vez toman estado público, acá hay otro posible ejemplo. Elvis Amoroso (contralor general y una ficha de Cilia Flores) no era la opción favorita de Jorge Rodríguez para presidir el CNE antes de las elecciones de 2024. Fue nombrado por influencia de ella.
¿Por qué es relevante? Se ha insinuado que los Rodríguez (menos expuestos internacionalmente que Maduro y Diosdado) eran los más "vacilantes" en cuanto una transición electoral. Amoroso pudo ser garantía de que un CNE controlado por Jorge no traicionara a Maduro en los comicios.
Por último, pero no menos importante sino al contrario, está el general Vladimir Padrino López. Ministro de Defensa desde 2014, Padrino es el que controla a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (más allá de las influencias de otros) y es básicamente el líder militar del país.
Aunque alineado con el chavismo, Padrino es de los últimos jerarcas militares de Venezuela que quedan de antes de Hugo Chávez. De hecho, tuvo formación en "operaciones psicológicas" en nada más y nada menos que la Escuela de las Américas, en Fort Benning, Estados Unidos.
Padrino ha sido por mucho tiempo la ficha de Maduro para impedir que Diosdado Cabello tome el control del ejército (lo que le daría un dominio casi total sobre el régimen). Aunque el poder de Cabello en el aparato de inteligencia ha aumentado, su influencia militar ha disminuido.
Padrino ha sido visto (al igual que los Rodríguez y al contrario que Cabello) como un eslabón "flaqueante", aunque por ahora se ha apegado la decisión de no soltar el poder. No hay análisis que no sostenga que cualquier escenario donde él se de vuelta sería el fin del régimen.
Pero no es el único elemento. Padrino controla la jerarquía militar pero muchas de las acciones recientes (como salir a reafirmar la lealtad de las FANB al régimen cada dos por tres) dan a entender que existe un descontento palpable en los rangos inferiores o incluso los medios.
Hay más gente importante pero en algún punto está subordinada. Está la familia Chávez (sus hermanos e hijos), que fue sumamente poderosa cuando Chávez vivía. Su poder político se fue restringiendo tras su muerte al Estado Barinas y al final perdieron la gobernación en 2022.
¿Y Maduro? Bueno, Maduro fue dirigente sindical proveniente de la Liga Socialista, formado en Cuba, y fue por seis años ministro de Relaciones Exteriores con nulo inglés (y justo de español), para luego ser vicepresidente en 2012 por unos meses hasta la muerte de Chávez en 2013.
Ya con el esquema hecho (Diosdado en inteligencia, los Rodríguez en la burocracia, Cilia en el aparato jurídico y Padrino en el ejército) toca preguntarse, ¿cómo es posible que un tipo con un prontuario mucho menos destacable como Nicolás Maduro sea el que actúa como presidente?
Fácil, todos tienen mucho más poder pero ninguno el suficiente para controlar a los otros. Entonces la única forma de evitar una interna fraticida que destruya al régimen es que lo presida otro que no sean ellos. Ahí es donde entró (en 2013 y hasta ahora) poner a Nicolás Maduro.
Maduro realmente ejercería como una suerte de "tapón" que impide que el régimen se destruya a sí mismo por los constantes enfrentamientos paranoicos entre estos personajes. Si me decís que tengo que ser uno de ellos en una mesa donde estén todos, al último que elijo es a Maduro.
Ser Maduro no es fácil. Todo el pueblo te odia, todo el mundo te desprecia, hay una recompensa por su cabeza y no sos más que un pelele cuya función es que los que mandan no se maten entre sí. Está bastante alejado de ser el famoso "Gallo Pinto" que describieron en campaña.
El único otro punto a favor de Maduro era su estrecha vinculación con Cuba. Teniendo por aclarada la inmensa influencia del régimen castrista en Venezuela, Maduro era la figura del chavismo que más les gustaba porque era de los pocos jerarcas que fue formado como cuadro en Cuba.
El poder real del propio Maduro radica en su condición de unificador de una estructura donde reina la desconfianza interna. Eso lo vuelve imprescindible (no pueden removerlo) y quizás (en aras de resolver conflictos ocasionales) le deje tener la última palabra en ciertos asuntos.
Eso lo diferencia, por ejemplo, de Díaz-Canel en Cuba. Canel tiene atrás a la vieja guardia castrista, que gracias a su lógica de "plaza sitiada" por Estados Unidos ha sabido operar unida sin mucha interna. Frente a eso, Canel es mucho más prescindible y no tiene ningún poder.
En resumen, no se sabe muy bien cuánto tiempo esta estructura pueda aguantar asediada antes de que se presenten fisuras, o incluso si eso es realmente necesario para que se termine cayendo, pues muchas de sus acciones reflejan un aislamiento interno y externo cada vez mayor.
En definitiva, esto es más o menos lo que hay adentro del régimen y sus cinco principales caras. Esperamos esto haya aportado alguna claridad (o por lo menos información) a la estructura interna del poder que hoy tiene oprimida a Venezuela.
#VenezuelaLibreDelDictador
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