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Destacamento comunista. Al servicio de la Revolución.

May 6, 14 tweets

En pocos días se celebrará el 80º aniversario de la victoria contra el fascismo. En plena escalada bélica, ambos campos capitalistas intentarán apropiarse de la victoria contra su creación. Los verdaderos responsables fueron otros:

los millones de hombres y mujeres que alimentaron al Ejército Rojo, el tenaz pueblo chino, los valientes partisanos, en su mayoría comunistas, que prestaron batalla en Yugoslavia, Albania, Grecia y Francia.

Es precisamente porque fueron personas corrientes las que marcharon a una muerte segura en pro de una causa mayor que queremos rescatar sus voces. Aquí tenéis algunas anécdotas, la mayoría de ellas en forma de cartas.

A diferencia del relato de la población soviética marchando a la guerra contra su voluntad , una parte importantísima de la ciudadanía soviética entendió que su deber era defender el único Estado obrero del mundo. Tal fue el caso de Denisov:

Otro mito extendido es el del soviético enfurecido al «poder ver mundo» por primera vez y comparar que «las riquezas capitalistas» eran superiores a las soviéticas. Mitya, campesino, no solo no se impresiona, sino que entiende las diferencias de clase de forma cuasi intuitiva:

Son conocidos los 28 de Panfilov, que detuvieron el avance alemán en Moscú. La guerra no deja mucho espacio para el sentimiento, pero en la de este comisario, amigo y vecino de uno de los caídos, el sentimiento logra colarse entre el oficialismo.

Todos los ciudadanos de la Unión tenían la obligación de luchar. No era extraño morir junto a un diputado, secretario o literato. Bien conocido es el caso de Iliénkov, del que los compañeros de @paralavoz_ han dado cuenta.

El caso de Abram Gutkin, médico, es tal vez menos sacrificado. Como inspector médico y secretario local del partido, tenía algo más de tiempo para escribir cartas, recomendar condecoraciones… e interesarse por España.

Recibir una condecoración por los servicios civiles en mitad del asedio más desgarrador de la historia de la humanidad es un deber que puede contribuir a alzar la moral, por humilde que uno sea.

Ganar la guerra es también una guerra en sí misma. Así lo contaba Basya Chaika, de 16 años en 1943, encargada de inspeccionar y encontrar a los colaboradores alemanes en territorio liberado.

Enfin, camaradas, en estos momentos en los que la burguesía rusa heredera del zarismo intenta apropiarse de la gesta de todos los pueblos soviéticos, y en el que la burguesía otanista, madre del fascismo alemán, intenta suprimir

el titánico esfuerzo del proletariado internacional, sustituyéndolo por un relato falsario, es imperativo que recordemos cuál fue el verdadero curso de la guerra.

Para tal fin, aquí os volvemos a recomendar algunas obras que consideramos interesantes, adjuntando, además, el magnífico «Días y noches en Stalingrado» de Grossman, disponible en @maimar_1.

Por lo demás, camaradas, en el 80º aniversario de la Ofensiva de Praga, la última gran batalla contra el fascismo en Europa, os dejamos esta última carta, hallada junto al cuerpo del tanquista 25 años después de su muerte. Una carta de amor.

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