A los pies de la estatua de Pompeyo yace el cuerpo inerte de Cayo Julio César, mientras los conjurados celebran la "liberación de Roma" #IdusDeMarzo #Hilostoria
Hoy podréis leer mucho sobre la muerte de Julio César en los #IdusDeMarzo pero ¿qué pasó después?
El 15 de marzo del año 44 a.C., el Senado romano se reunía en la Curia del teatro de Pompeyo ante el recién nombrado dictador perpetuo, Julio César. Allí lo esperaban Bruto, Casio y un buen grupo con ganas de asesinar al que ellos veían como un opresor.
César, lejos de poder presidir la sesión, fue rodeado y los conjurados empezaron a apuñalarle. Suetonio dice que el dictador no soltó ni un grito. #IdusDeMarzo
Con los puñales en la mano, los cesaricidas celebraban la liberación camino al Capitolio, intentando animar a la muchedumbre para que disfrutara de la libertad que habían conseguido. Pero claro, un poquillo de canguelo había, pa que vamo a mentir.
Mientras, los partidarios de César tomaron posiciones: Lépido ocupó el foro romano con una partida de soldados, y con él, Marco Antonio, compañero de César durante la guerra civil contra Pompeyo.
Los senadores estaban divididos ante el asesinato que había dejado el día de los #IdusDeMarzo. Unos querían suprimir la dictadura y volver al gobierno constitucional, otros veían un caos para todo el territorio romano si se anulaban todos los actos de gobierno de César.
Marco Antonio consiguió apaciguar los ánimos. Impulsó un pacto por el que los conspiradores no serían procesados, pero los actos políticos del dictador Julio César seguirían en pie y confirmados.
Pero el cónsul Marco Antonio tenía un as bajo la manga: los funerales de César. Antonio convenció a Bruto de que debían honrar a Julio César con unos funerales a la altura de lo que había sido para Roma, para evitar que el pueblo se enfadara.
Antonio convirtió los funerales de César en un espectáculo con teatro, música, y un suntuoso féretro para el difunto. El objetivo era usar el funeral como propaganda para poner al pueblo de parte de César y en contra de sus asesinos.
El 20 de marzo, el cuerpo de César fue trasladado al foro y colocado frente a los rostra (una tribuna para oradores), desde la que Marco Antonio pronunció la laudatio (un elogio) que se dedicaba a los personajes públicos en sus funerales.
A cada frase, Marco Antonio era un espectáculo de palabras y gestos. Momento culmen cuando Antonio cogió la toga ensangrentada de César y la mostró diciendo: "Los ciudadanos han dado muerte al hombre que ningún enemigo había podido matar". #IdusDeMarzo
Antonio mandó leer el testamento de Julio César. Dejaba al pueblo unos jardines junto al Tíber y a cada ciudadano le donaba 300 sestercios. Poca broma. Claro, automáticamente todo el mundo sintió dolor por César, y la ira hacia sus asesinos.
Una multitud asaltó las casas de los conjurados a gritos contra los asesinos de César. Marco Antonio se había salido con la suya.
Así que no sirvió de mucho el asesinato de César en los #IdusDeMarzo, pero tampoco la propaganda política a Marco Antonio. Éste tuvo que enfrentarse al heredero de la fortuna de César, y quien terminaría proclamando el Imperio: Octavio Augusto. Hasta aquí este #Hilostoria
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