Así como hay populismos de derecha y populismos de izquierda, también hay “no populismos de izquierda” y “no populismos de derecha” o “no populismos progresistas” y “no populismos conservadores”. Hay que definir con que “no populismo” estamos. ¿O da lo mismo?
- ABRO HILO -
- ABRO HILO -
Dirán que no hay más izquierdas y derechas. No es nuevo. La respuesta tiene un problema: es de derechas. Y también es una respuesta populista.
Con el populismo solemos ser víctimas de un doble fraude. Por un lado están los que nos dicen que populismo es lo mismo que popular. Y por el otro, los que nos dicen que popular es lo mismo que populista.
Alfonsín decía que la meta era la democracia social (esa con la que se cura, se come y se educa). ¿Los que asimilan lo popular a lo populista, dirán que la democracia social y Alfonsín son populistas?
Ahora, me pregunto al igual que me pregunté ese día: ¿con que "no populismo" decidimos estar en la Convención de Gualeguaychú?
Como en serio creo en los acuerdos, siempre cuestioné la inexistencia de acuerdos programáticos. La verdad, es raro que en un frente de fuerzas distintas, no los haya habido ¿no? Claro, todo tiene una explicación posible.
La falta de acuerdos programáticos previos podía repararse creando un mecanismo que permitiera a las fuerzas de Cambiemos, antes de que se tomen las decisiones, hacerse escuchar.
Pero tampoco se avanzó en eso, salvo para el caso de los lugares en las listas). Lo ideológico parece que no importara mucho.
La política es diálogo, decía Alfonsín. Es cierto, como muchas otras cosas que decía. Pero volviendo al diálogo, si algo faltó en Cambiemos, fue eso: diálogo. Y no por responsabilidad del PRO, sino de la UCR.
El no diálogo es por una de estas razones: o uno no quiere escuchar o el otro no tiene interés en hacerse escuchar (ni siquiera porque lo escuchen los ciudadanos). ¿Qué creen que fue lo que pasó en Cambiemos?
La UCR oficial actuó en Cambiemos como si no tuviera nada que decir, o como si coincidiera en todo, o como con temor a contrariar. Me refiero a la UCR oficial. Por supuesto, Alfonsín no hubiera hecho eso. No te tenía miedo al diálogo ni a la deliberación, al contrario.
Una golondrina no hace verano. Pero ni siquiera fueron golondrinas, se parecían, pero no eran. Los de la UCR oficial, fueron reclamos muy tardíos. Los que sirven son los preventivos.
Aunque sí hubo radicales fieles con las ideas. Entre otros, el Presidente de la Convención Nacional Jorge Sappia. Por eso, seguro, algunos procuraron bloquear su funcionamiento todo lo que pudieron.
Descarto que actuaron así creyendo que actuar como otros decíamos, podría resultar un remedio peor que la enfermedad. Pero más allá de ello, hay que hacerse responsable de lo que se hizo, no tergiversar lo que se hizo.
Para crecer no alcanza con el equilibrio fiscal y la estabilidad monetaria. Hace falta más gobierno. No todo crecimiento reduce la pobreza y la desigualdad. Que se dé el crecimiento adecuado para ello, es tarea del Gobierno, no solo del Mercado.
La prioridad para la UCR es que gobiernen las ideas que aseguren sociedades cada vez más democráticas, pero también más justas y equitativas. Si esto nos importa ¿no creemos que para ello las ideas de la UCR son más apropiadas? Si no nos importa ¿que hacemos en la UCR?
Defender un candidato propio, no es otra cosa que defender las ideas del partido. ¿Defender, con humildad y sin sentirnos dueños de la verdad, lo que uno cree que es lo mejor para el país está mal? ¿Es mejor lo que hicimos hasta ahora? Luego de 3 años, los hechos dicen que no.
Si el PRO el propone candidatos propios, está bien. Es más, la UCR oficial lo aprueba. Pero que la UCR proponga candidatos que defiendan sus ideas y que la sociedad decida democráticamente, está mal. Que lo diga el PRO, vaya y pase; que lo diga un radical… ya es demasiado.
