Nueva Zelanda. Principios del s.XIX. Los maoríes viven como lo hicieron durante generaciones... costumbres, más o menos peculiares, mezcladas con la irrupción de mercaderes europeos que les venden armas de fuego sólo puede acabar con la Guerra de los Mosquetes. #WH_gore
Lo lamentable del tema es que adquieren las armas para usarlas contra las tribus vecinas que no las tenían en lugar de contra los invasores...
Esas otras tribus intentan desesperadamente adquirir armas de fuego, aunque solo sea para protegerse de ataques enemigos.
Es este período de desetabilización social, en la que los mokomokai se convierten en artículos comerciales, que comienzan a venderse como curiosidades, obras de arte y como especímenes de museo que se venden por altísimos precios en Europa y América
... y que los propios aborígenes usan para ser intercambiados por armas de fuego y municiones.
Ahora que sabéis lo que hacían para comerciar, os explicamos lo que es un moko, y lo que es un mokomokai.
Los "moko" son los tradicionales tatuajes faciales en la cultura maorí hasta mediados del siglo XIX, cuándo su uso empieza a desaparecer, aunque se ha presenciado una especie de resurgimiento hacia finales del siglo XX.
En la cultura maorí pre-europea, esos tatuajes son símbolos de estatus social.
En general, solamente los hombres se tatúan todo el rostro, aunque existen mujeres de alto rango que tenían tatuado los labios y la barbilla.
Los tatuajes moko sirven como una conexión entre el individuo y sus ancestros. 
Los ritos moko marcan la transición de una persona hacia el rango principal, así como los eventos significativos de sus vidas.
Cada tatuaje moko es único y contiene información sobre el rango, tribu, linaje, ocupación y hazañas realizadas por el sujeto.
Algo único. Exclusivo.
Estos tatuajes son caros y difíciles de elaborar, por lo que es utilizado casi exclusivamente por jefes y soldados de alto rango.
Además, en el arte de moko, las personas que crean e influyen en los diseños, así como los propios mokos, están rodeados bajo un estricto protocolo y tapu.
Cuando alguien con moko muere... cómo decirlo... se preserva su cabeza.
Se le arrancan los ojos y el cerebro, sellando todos los orificios de este con fibra de lino y goma de Kauri.
La cabeza es posteriormente hervida o cocinada a vapor en un horno, antes de ser ahumada a fuego abierto, y secada en el sol durante varios días.
Luego es cubierta con aceite de hígado de tiburón.
Estas cabezas preservadas, llamadas mokomokai, son conservadas por sus familias en cajas ornamentalmente talladas, y trasladadas únicamente para ceremonias sagradas.
Las cabezas de jefes enemigos asesinados en combate también son conservadas; estos mokomokai, el ser considerados trofeos de guerra, son exhibidos en los marae y la tribu vencedora se burla así de la otra.
También fueron claves para las negociaciones diplomáticas entre tribus rivales, cuyo retorno o intercambio de mokomokai se convertían en una precondición esencial para restablecer la paz.
Ahora que ya sabes qué es un mokomokai, podemos seguir con la Guerra de los Mosquetes.
El caso es que la demanda por armas de fuego es tal que las tribus llevan a cabo emboscadas en sus tribus vecinas para adquirir más mokomokai y comerciar con ellas.
También llegaron a tatuar a esclavos y prisioneros (aunque sin razón ni sentido, como lo era el moko genuino) para proporcionar cabezas y venderlas.
La época de mayor auge de la venta de mokomokai fue entre 1820 y 1831.
Parafraseando a Rodrigo Rato: eso... eso es el mercado, amigo.
En 1831, el Gobernador de Nueva Gales del Sur emite una proclamación que restringe el comercio de cabezas en Nueva Zelanda, y durante la década de 1830, la demanda por armas de fuego disminuye debido a una saturación de mercado.
Durante 1840, cuándo se firma el Tratado de Waitangi, y Nueva Zelanda se convierte en una colonia británica , el comercio de exportación de mokomokai prácticamente ha finalizado, de la mano con la disminución del uso del tatuaje moko en la sociedad maorí.
La oferta y la demanda.
Es entonces cuando entra en escena Horatio Gordon Robley.
Horatio nace en Funchal, Madeira, y hereda de su padre el espíritu militar y de su madre las habilidades artísticas que le permiten convertirse en dibujante y acuarelista.
Tras varios años, recala en Birmania donde, sin dejar de lado sus obligaciones militares, sigue dibujando y visitando a los autóctonos para documentar su vida cotidiana.
Llega incluso a tener tatuado un buda rojo en su brazo derecho.
Ojo a ese tuit anterior, que es fundamental. Se vuelve un apasionado de los tatuajes.
Años después, tras algunas vicisitudes que no vienen al caso, en 1863 es destinado a Nueva Zelanda para participar en la Guerra de la Tierra de Nueva Zelanda.
Rememorando su pasado en Birmania quiere empaparse de la cultura maorí y aprende algunas palabras.
Los británicos sufren entonces la derrota más humillante en aquella guerra. Y él se queda allí durante 1 año y medio más. Durante ese tiempo, sigue dibujando.
Dibuja las diferentes defensas maoríes pero también exquisitos detalles de los diseños de los moko de sus muertos y heridos.
Además, tiene tiempo de enamorarse de Herete Mauao y concebir a su hijo Hamiora Tu Ropere.
Después de un considerable periplo por el mundo con el ejército británico, se retira en 1887 y continua con la escritura, la documentación de lo que tiene recopilado y con los tatuajes.
Publica dos libros. En el primero "Tatuajes Moko o Maoríes" habla del arte del tatuaje maorí y también escribe unos capítulos sobre mokomokais disecados...
... y en este momento en que sabes quién es quién y qué es qué, llega el giro de guion.
Resulta que durante su estancia, el macabro Horatio decidió adquirir tantos "modelos" de mokomokai como le fuera posible, por lo que llegó a tener una colección única, de puro extravagante, con un total de 35 cabezas humanas disecadas.
Podéis verle aquí posando con ellas.
En 1908, en lugar de deshacerse de ellos tirándolos al contenedor orgánico, se los ofrece al gobierno de Nueva Zelanda por £1.000 libras; su oferta, sin embargo, es rechazada.
Más tarde, con excepción de los 5 mejores modelos que Robley retuvo, la colección fue adquirida por el Museo Americano de Historia Natural, Nueva York, por un precio equivalente de £1.250 libras.
En realidad, parece que quería hacer hueco en la pared de casa, pero había 5 que le gustaban demasiado. Vaya mentes enfermas que hay por el mundo.
Robley también coleccionaba antigüedades maoríes.3 Parte de esta fue adquirida por el coleccionista William Ockelford Oldman, la cual fue adquirida por el Gobierno de Nueva Zelanda en 1948.
Horatio murió en su casa de Londres en 1930. Desconocemos si pidió que con su cabeza se siguiera el ritual de los mokomokai. Le creemos capaz.
Tenemos claro que es una historia un poco extraña, pero la hemos encontrado en la wikipedia y nos ha parecido wikihilable, así que os la hemos traído a twitter. #BuenasNoches a unos y #FelizFinde a otros!!
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