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Después de leerme gran parte de lo que se ha publicado estos últimos días, procedo a comentar lo que creo que ha pasado en Venezuela esta semana: 
Desde hace semanas, quizá incluso meses, había negociaciones en marcha para que varias figuras importantes del ejercito y el gobierno se pusieran de lado, en lo que a la permanencia de Maduro se refiere, o desertaran a la oposición.
Estas conversaciones eran dirigidas por la oposición, siendo solo supervisadas por Estados Unidos, para intentar no alienar en exceso a aquellas figuras, probablemente militares de alto rango, más recelosas.
Estaba previsto hacer una jugada esta semana, pero no cuando se hizo. Se dice que la fecha pensada era el miercoles, pero no parece que tuvieran fecha definitiva al respecto.
Pero el gobierno se enteró. Quizá los rusos tengan pinchado a todo el mundo o quizá se midió mal la lealtad de alguien a Maduro. Pero de algún modo Maduro se enteró (y por ende a los rusos) comenzando un proceso de seguimiento estrecho por parte de los lealistas.
Los opositores se enteraron de la filtración y entran en modo pánico, temiendo echar todo a perder. Así que lanzaron la jugada a medias y a la desesperada durante la madrugada del martes, intentando incendiar la pradera con lo poco que tenían y sin avisar a los estadounidenses.
Esto provoca los acontecimientos de la jornada entre los cuales destaca la carta del jefe del SEBIN, Christopher Figuera, que se distancia a si mismo de Maduro, sin renunciar al chavismo, tratando de ponerse de lado al no reconocer tampoco a Guaidó. clarin.com/mundo/director…
Los estadounidenses, pillados "con los pantalones bajados" se subieron al carro como pudieron e intentaron crear una atmosfera de colapso y abandono.
Pero no lo consiguieron, y al intervenir tan apresuradamente provocaron que las figuras más recelosas con el plan cortaran todo contacto con la oposición. Como dijo Elliot Abrams "apagaron sus telefonos"
Mientras tanto ¿que ocurría en Washington?
Su Plan A, a través del cual no tenían que hacer nada más que continuar con la retórica y las sanciones, se ha desmoronado sobre si mismo. Y esto les ha arrojado a una gran discusión entre distintos organismos del gobierno y dentro de la propia administración.
Por lo que se vislumbra parecen existir varias facciones diferenciadas y algunas figuras neutrales. Por un lado tenemos al sector más intervencionista que está encabezado por el Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, y propugna una intervención militar limitada.
A este grupo están opuestos varios generales del entorno del jefe del estado mayor Joseph Dunford tales como el Gen. Paul Selva, que creen que la intervención puede descontrolarse con mucha facilidad y no quieren comprometerse con un conflicto complejo con tantos frentes abiertos
Esto no quita que no se hayan presentado opciones militares al presidente, pero siempre resaltando sus riesgos y priorizando la precaución sobre el uso de la fuerza.
Así que tenemos a Seguridad Nacional por un lado y al Pentágono por el otro ¿y que ocurre con el Departamento de Estado? Que están divididos internamente.
Parece que el secretario de estado Mike Pompeo, favorece las ideas de Bolton pero existe una considerable preocupación sobre la posibilidad de que una intervención militar estadounidense rompa el consenso regional sobre Guaidó.
¿Y que ocurre en el Congreso? En terminos generales, parece haber un considerable nivel de consenso sobre la política llevada hasta el momento (sanciones, reconocimiento de Guaidó etc...) pero ¿existe ese consenso sobre un hipotético uso de la fuerza?
Por supuesto hay voces defendiendo, como la del republicano Rick Scott, que el uso de la fuerza es necesario, al menos para hacer entrar ayuda humanitaria.
Y desde luego parece haber cierto acuerdo entre ambos partidos en cuanto al rechazo de la presencia de Rusia en el país.
Y con Rusia hemos topado, y es que la influencia de Rusia en la situación sobre el terreno es más que considerable teniendo en cuenta las declaraciones de Pompeo de que son ellos quien mantienen a Maduro en el país actualmente.
No debemos olvidar que Rusia tiene presencia militar en Venezuela con al menos un centenar de asesores reconcoidos por el gobierno y posiblemente cientos de miembros de la PMC Wagner.
Y por si hubiera alguna duda de que los estadounidenses consideran que el papel de los rusos es importante, hoy se anunciaba que la semana que viene se celebrara una reunión entre Pompeo y Lavrov, probablemente en Finlandia.
Es destacable que esta es la segunda reunión sobre Venezuela que celebran oficialmente rusos y estadounidenses. Ya en marzo se reunian Elliot Abrams y Sergei Ryabkov en Roma. cnnespanol.cnn.com/2019/03/16/ven…
Acabando ya, no queda sino mencionar al decisor final en la cadena de mando estadounidense y es que ¿que opina exactamente Trump de todo esto?
Pues parece que no está ni mucho menos convencido de intervenir militarmente en Venezuela, y que parece preocuparle la "obsesión" que tiene Bolton con meterles en guerras.
Y como último detalle, cabe destacar que la situación no está en absoluto escrita. Ayer hubo una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y parece que si bien sigue sin haber consenso, las posturas de Bolton salieron reforzadas. Veremos que ocurre.
Muchas gracias a todos por leerme. Y por favor, es necesario recordar que estas son mis conclusiones personales en base a lo observado y leído los últimos días, nada más.
